La Humedad del Aire y del Suelo de la Caña de Azúcar

Conservación del Aire

3.4 La Humedad del Aire y del Suelo (Precipitación)

Como todo cultivo, la caña de azúcar también requiere de condiciones de humedad apropiadas para que pueda desarrollarse en forma normal. No obstante, en razón de su largo periodo vegetativo y de que es un cultivo con características de permanente. Se ve obligado a soportar todo tipo de variaciones climáticas y en cuanto a las condiciones de humedad se refiere. Debe pasar, de situaciones de sobresaturación en algunas épocas del año a las de sequía en otras.

A causa de la gran expansión geográfica que ha alcanzado este cultivo es común hallarlo en diversos lugares y condiciones. Por ejemplo, de extrema sequía en el Perú

. Donde depende completamente de riego; en regiones húmedas como las de la costa de Hawai donde llueven en promedio 3500 mm al año o tan disimiles como las de Bundaberg en Australia, Mtibwa en Tanzania y Porvenir en República Dominicana, con lluvias de 12.000 mm al año y mal distribuidas o como sucede en Colombia donde crece bien en climas semisecos como los del valle del Cauca o en climas predominantemente húmedos como los de la zona cafetera.

De todas maneras, la revisión bibliográfica enseña que la caña prospera mejor en regiones con un régimen hídrico anual entre 1000 y 1200 mm.

Estudios realizados por Padegaon en la India indican que el desarrollo de la caña con riego por aspersión no es tan bueno como el obtenido con agua lluvia natural y lo explica en virtud de que las gotas de lluvia que caen de gran altura fortalecen la fijación de nitrógeno en el suelo, lo cual promueve su crecimiento. (Lea También: Efecto del Viento en el Cultivo de la Caña de Azúcar)

La caña de azúcar requiere de un alto grado de humedad del aire:

Para obtener un crecimiento apropiado, por ello, en algunos lugares del mundo se acostumbra anegar los surcos a fin de proporcionar un microclima húmedo. Como todos los cultivos durante su primera fase de crecimiento, la caña absorbe humedad del aire no saturado que la rodea. Sin embargo, si las condiciones de humedad son de saturación, el proceso de transpiración puede cesar y por lo tanto inhibir su crecimiento cuando tales condiciones permanecen por largo tiempo. Como ocurre en las épocas de lluvia.

Por lo general, la floración se presenta al comienzo de la temporada seca cuando la humedad del aire gira alrededor del 75%. Ahora bien, con temperaturas altas en el día y bajas en la noche, y con una baja humedad relativa, la maduración es eficiente. Pero altas temperaturas acompañadas de alta humedad, favorecen el desarrollo de fitopatógenos.

Hay climas como el del valle del do Cauca que tienen dos temporadas lluviosas y dos temporadas secas, más o menos definidas y moderadas, que permiten un manejo adecuado del cultivo durante todo el año y por consiguiente una producción también continua. En otros lugares del país las lluvias y la temporada seca se diferencian en dos períodos, con lo cual se determinan las épocas de siembra y cosecha, respectivamente.

Cuando la humedad del suelo no es la adecuada, la germinación se retarda o se inhibe:

Tal es el caso del valle del río Cauca donde se ha observado una germinación inferior al 60%; ésta se corrigió con un incremento en la humedad del suelo mediante la aplicación de láminas de riego entre 100 y 200 mm con intervalos de 10 ó 15 días, con lo que se obtuvo un 90% de germinación (3).

Debido a que las condiciones de humedad en el valle del río Cauca no son las mejores para la caña de azúcar, el riego es una técnica que se ha generalizado en esta región. Pero como los costos del agua “en algunos ingenios corresponden al 50% o más de los costos totales de producción de la caña”, CENICAÑA. Viene desarrollando una serie de investigaciones con el propósito de definir con el mayor rigor científico las necesidades de agua del cultivo para esta región del país; estos estudios se iniciaron en 1980 y sus resultados se pueden consultar en los informes técnicos anuales de la Entidad. Como ilustración. Se transcriben algunos apartes correspondientes al Informe Anual de 1987.

“El estudio sobre requerimientos de riego de la caña de azúcar en áreas con nivel freático alto indica que la producción de caña no aumentó significativamente con el número de riegos aplicados a pesar de que el nivel freático se mantuvo entre 120 y 150 cm de profundidad durante la fase final del período de rápido crecimiento.

Aparentemente un nivel freático colocado entre 120 y I50 cm podría contribuir con suficiente agua para satisfacer gran parte de los requerimientos del cultivo.

Los resultados indican que en la programación de los riegos por el método del balance hídrico no se debe permitir que el agua disponible en el suelo caiga por debajo del 50% del agua aprovechable.

El estudio sobre el efecto del drenaje en la producción de la caña de azúcar adelantando en la estación (San Antonio), usando lisímetros pequeños. Permitió observar que el desarrollo de la caña depende en gran escala de la interrelación entre el contenido de humedad y la porosidad aérea del suelo.

Durante el periodo húmedo, el crecimiento de la caña decreció en la medida en que el nivel freático se hizo más superficial ( 150 a 50 cm ) debido a condiciones de mala aireación.

En el periodo seco, el crecimiento de la caña fue similar para las diferentes posiciones del nivel freático entre 40 y 120 cm. La caña en el tratamiento del nivel freático a 150 cm mostró un menor desarrollo en el periodo seco, debido al déficit de humedad resultante.

En los tratamientos con nivel freático a 40 y 80 cm la producción de caña y azúcar disminuyó notoriamente a causa de las condiciones pobres de aireación en el suelo.

Un nivel freático ubicado entre 100 y 120 cm en un suelo franco arcilloso puede corresponder al nivel freático óptimo para el cultivo de la caña de azúcar. La contribución del nivel freático al uso consuntivo de la caña de azúcar estuvo entre el 48 y el 80% cuando el nivel freático se mantuvo por encima de los 150 cm”.

Con relación al estimativo de la evapotranspiración con base en la información de la evaporación obtenida del tanque clave A. De sostiene que “un factor del tanque de 0.7 – 0.75 para la programación de los riegos pude ser un valor satisfactorio”.

Además “el Estudio de ET adelantado con cuatro 1isimetros de caña en un suelo franco arcilloso de la serie Palmeras, indicó que cuando no hubo déficit de humedad en los tres primeros meses del cultivo, la ET mensual estuvo en el rango de 100-110 mm.
La ET aumentó durante el periodo de rápido crecimiento ( 4 a 9 meses ) hasta valores de 1Z0-140 mm/mes y posteriormente disminuyó a 80-90 mm/mes a los 11-12 meses de edad”. “El factor del tanque fue 0.5-0.7 para caña joven y aumentó a 0.7- 0.9 en el periodo de rápido crecimiento y luego decreció a 0.6-0.7 en el periodo de maduración. El valor promedio de K para todo el ciclo del cultivo fue de 0.76”.

Más adelante se aconseja ” ••• para aplicar los resultados obtenidos en un programa de balance hídrico. Se sugiere dividir el periodo vegetativo de la caña en tres etapas: caña joven, rápido crecimiento y periodo de maduración. Para caña joven ( 0-3 meses) se podría usar un [..0.4; en el periodo de rápido crecimiento ( 4-9 meses ) usar un K=0.8 y posteriormente, para el resto del periodo vegetativo usar [=0.6″

Se ha determinado también la importancia del nivel freático. “En el valle del Cauca los suelos son generalmente de textura fina con pobres condiciones de drenaje interno. Los niveles freáticos altos y colgados son muy comunes en las plantaciones de caña de azúcar. Un nivel freático alto en suelos de textura fina, a causa de la alta humedad, puede producir una reducción en el contenido de oxígeno (O2), aumentándose la concentración de C02 en la zona de ralees.

El déficit de O2 causa un incremento en la resistencia al movimiento del agua a través de las raíces, reduce la respiración de las raíces, la mineralización del nitrógeno, y la absorción de nutrientes y favorece la formación de productos tóxicos en el suelo y en la planta. Cuando persisten las condiciones de mala aireación por largo tiempo. Especialmente durante el periodo de rápido crecimiento de la caña de azúcar se produce la muerte de las células y rafees, retardando el desarrollo vegetativo y disminuyendo la producción”.

 

“El consumo de agua varió con la profundidad del nivel freático y la época (invierno o verano).  El porcentaje de agua por capilaridad que entró a la zona de rafees, aumentó a medida que el nivel freático estaba más cercano a la superficie. Cuando la precipitación efectiva fue inferior a 100 mm/mes. El mayor porcentaje de agua consumida fue aportada por capilaridad y por riego superficial.
Por ejemplo, durante el verano de diciembre/86 a febrero del 87, el aporte de agua capilar fue de 82, 60, 47 Y 36% para profundidades de nivel freático de 40, 80, 120 Y 150 CID. Estos resultados indican que la capilaridad puede contribuir con una cantidad considerable de agua a la zona de raíces. Reduciéndose así los requerimientos de riego del cultivo. La cantidad de agua de riego agregada dependió de la lluvia y posición del nivel freático.
Durante los meses secos, el porcentaje de riego se incrementó a medida que aumentó la profundidad del nivel freático. En las épocas de invierno la precipitación aportó un gran porcentaje de agua consumida y aunque la capilaridad disminuyó respecto a la del periodo seco, su aporte continuó siendo importante”.

Un estudio posterior comprobó que “a diferencia de la plantilla, en la soca no se observó el efecto del nivel freático sobre el ARE% (azúcar recuperable estimado en %) caña Y la producción de azúcar dependió de la producción de caña. La mayor producción se obtuvo cuando el nivel freático permaneció a una profundidad de 120 cm.

A su vez, a esta profundidad se pudo obtener un beneficio adicional por los aportes de agua por capilaridad que permitieron disminuír los requerimientos de riego en comparación con situaciones de nivel freático más profundo o donde no se registró su presencia” (8).

Se sabe que con un buen suministro de agua en las fases de germinación y macollamiento se asegura un alto rendimiento de caña pero que el encharcamiento o la sobresaturación son muy nocivos para el cultivo.

Si al momento del corte las condiciones del ambiente son de alta humedad, la calidad del jugo de la caña es mala y su rendimiento menor, en comparación con otras situaciones.

3.4.1 Efecto del Rocío

El rocío juega un doble papel, en primer lugar el rocío depositado sobre la superficie de las hojas, retarda el aumento de la temperatura de éstas por la mañana con lo cual se reduce la tasa de evapotranspiración y segundo. Proporciona agua para el uso directo de las plantas, el cual puede mitigar la severidad del estrés por agua durante las épocas secas prolongadas.

Sin embargo, en condiciones de días soleados y húmedos, el rocío puede facilitar la dispersión de enfermedades, puesto que, proporciona un clima adecuado para la proliferación de patógenos.

 

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