En la búsqueda de métodos ideales para reparar pérdidas de sustancia en los nervios periféricos, se ha investigado la utilización de injertos homólogos2, 30, 33, injertos pretratados8, 11, 30, 32, 37, injertos heterólogos8, 11 injertos vasculariza-dos12, 13, 14, 16, 27, 31 y envolturas de diferentes tipos4, 20, 22, 23, 26. La gran mayoría de métodos existentes indica que ninguno es absolutamente satisfactorio. Los estudios de Lundborg20, 21 han demostrado que los axones son capaces de encontrar el camino correcto a través de una cámara mesotelial vacía. Con el perineurio vacío28 y en este trabajo también se demostró la regeneración nerviosa a través de tubos.
Clásicamente, se ha dicho que los axones regeneran utilizando los viejos tubos endoneurales, principalmente Sunderland33,34 ha esbozado la importancia de los viejos tubos endoneurales o membranas basales que proveen conductos guías para la regeneración de los axones. En este trabajo experimental los extremos de los fascículos se dejaron libres en un tubo perineural vacío interpuesto entre ellos, esperando que encontraran el camino correcto hacia distal y efectuaran su propia organización, sin que existieran tubos endoneurales por los cuales las fibras crecieran. Esto también confirma los trabajos de Lundborg20 con la cámara Mesotelial, Restrepo28 con el perineurio vacío, Mackinnon y Dellon con Maxon y Colágeno22 y Restrepo con biotubos reabsorbibles29.
Muchos factores influencian la regeneración de una brecha en un nervio a través de un conducto vacío. Estos incluyen los mensajes neurotrópicos desde el extremo distal del nervio, el poten cial de regeneración en el extremo proximal, la revascularización y el contacto nervioso efectuado al interior del conducto. En este estudio, se demostró el crecimiento del nervio a través de este conducto guía de perienurio, al adicionar vascularidad a este tubo, por preservación de un pedículo vascular del sistema extrínseco, el proceso de regeneración se incrementó.
El análisis histológico muestra que las fibras regeneradas aparentemente se organizan con un patrón fascicular que se parece a la estructura de un nervio normal. En los estadios iniciales existe excesiva actividad fibroblástica y numerosos macrófagos. Sin embargo, éstos indican estadios previos para la maduración de la vaina de mielina. Estos hallazgos están de acuerdo con los resultados obtenidos por Cabaud6 y confirman el crecimiento y la maduración de las fibras.
Sunderland34 Weisse y Taylor37 demostraron que la circulación de un injerto nervioso debe restablecerse en pocos días para que éste sobreviva. También ha sido demostrado por Sanders30 que los injertos delgados se revascularizan mucho más rápido que los injertos gruesos.
Taylor35 utilizó el nervio radial vascularizado para la reparación del nervio mediano en el antebrazo y encontró una tasa de crecimiento axonal no esperada.
El sistema vascular intrínseco de un nervio es fundamental para su supervivencia3, 21, en el caso de injertos no vascularizados esta vascularización puede producirse por el desarrollo de anastomosis vasculares proximales y distales o por anastomosis locales provenientes del sistema extrínseco a lo largo del injerto12, 14. Con el medio de contraste fue posible analizar el restablecimiento de los vasos epineurales perineurales y endoneurales. Este patrón vascular se estableció más rápido en los injertos perineurales vacíos vascularizados.
Los resultados de este estudio muestran que cuando se utiliza un injerto perineural vacío vascularizado, la regeneración nerviosa y la reinervación muscular, según los registros electromiográficos y la histoquímica muscular, se produce más rápidamente y con mejor calidad.
Las propiedades de un conducto guía nervioso ideal deben incluir disponibilidad, baja antigenicidad, biodegrabilidad y fácil revasculari-zación. Con la interposición del perineurio como guía se está utilizando un tejido nervioso que no debe producir por lo tanto ningún tipo de rechazo; al ser una estructura delgada y aunado a esto con un pedículo vascular existente, la sobrevi-vencia en alguna medida está asegurada.
Puede suponerse que al utilizar un tubo de perineurio vacío vascularizado, la maduración de las fibras en crecimiento dentro de este tubo es más rápida que cuando el perineurio no está vascularizado, ya que, proporcionalmente el grupo vascularizado presentó mayores signos de regeneración en la semana dieciséis.
Agradecimientos
A los doctores Umar Abello R. y Margarita Álvarez, por su valiosa colaboración en la investigación de la Histología y la Electromiografía en este trabajo.
Al doctor Juan Manuel Arteaga por la excelente ayuda en la corrección de este texto.
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