MONICA BEJARANO, MD, MSC*
Este número es muy especial, no sólo porque podemos presentarlo con mucho orgullo a los asistentes al XXXV Congreso Nacional “Avances en Cirugía”, sino porque en esta ocasión incluimos, entre otros, los artículos de los resultados de las encuestas que se hicieron el año pasado con el apoyo de la Asociación Colombiana de Cirugía.
La Sociedad Colombiana de Cirujanos Generales, hoy denominada Asociación Colombiana de Cirugía, ha velado desde su creación en noviembre de 1972, por el bienestar de los cirujanos generales en su ejercicio profesional.
Nuestros lectores encuentran en este número un artículo sobre el ejercicio de la cirugía general en Colombia que refleja el panorama de los cirujanos generales como colectividad, en el que se muestra que la mayoría trabajamos largas jornadas e, incluso, en varias instituciones, factores que, como lo menciona el doctor Rugeles, “deterioran la calidad de vida”. Dada la extensión de los resultados, y a petición de sus autores, hemos decidido publicar en un próximo número la segunda parte de esta investigación, relacionada específicamente con la cirugía mínimamente invasiva. Varios autores que han plasmado su pensamiento en las páginas de nuestra revista a través de los años, concuerdan en que “en la definición del cirujano y de la cirugía está implícito el concepto de excelencia” (1,2).
La excelencia es el propósito de hacer las cosas muy bien y cada vez mejor. Sin embargo, el precio que se debe pagar desde el punto de vista personal, familiar, social y profesional, puede llegar a ser muy alto (3). El éxito y el fracaso tienen una connotación anímica particular en el cirujano; por ello, este número también busca hacer un llamado de atención que propenda por el bienestar mental de nuestros cirujanos, mediante la lectura de los artículos sobre el síndrome de desgaste profesional del grupo de investigación quirúrgica de la Universidad de La Sabana, que nos ilustran sobre su impacto en los profesionales de la salud, desde la perspectiva de los cirujanos colombianos que asistieron al pasado Congreso Nacional y participaron en la encuesta.
Como lo menciona el doctor Escallón en su artículo, el logro de la excelencia en cualquier disciplina es fundamentalmente un problema de liderazgo, y el cirujano es un líder nato (1,3), pues estamos acostumbrados a dirigir un equipo que presta una atención muy especializada al paciente.
El líder, en buena parte, es también un maestro; es difícil distinguir entre liderar y enseñar, actitudes muy arraigadas en nuestra profesión de cirujanos. Para formarse una idea sobre otro de los perfiles de los cirujanos generales, la Pontificia Universidad Javeriana publica la evaluación de excelencia en la docencia de cirugía general, mostrándonos las áreas de fortaleza de sus docentes frente a las expectativas de los residentes.
Este número lo completan dos artículos que presentan avances tecnológicos en el manejo de pacientes en dos instituciones del país que han adaptado tecnologías extranjeras con muy buenos resultados.
Referencias
1. ESCALLÓN J. La excelencia en cirugía y el concepto de liderazgo. Rev Colomb Cir. 1994;9:127-9.
2. OVIEDO LI., ARIZA GJ., PESTANA RA. La ayudantía quirúrgica. Un arte olvidado en las escuelas de medicina. Rev Colomb Cir. 1997;12:47-50.
3. GUZMÁN F. El precio de ser cirujanos. Rev Colomb Cir. 1991;6:119-124.
Correspondencia:
MONICA BEJARANO, MD, MSc
Correo electrónico: monicirugía@gmail.com
Bogotá, D.C., Colombia.
* Cirujana General, Magíster en Epidemiología. Editora asociada, Revista Colombiana de Cirugía, Bogotá, D.C., Colombia.
