Medicamentos Cardiacos son seguros para los Pulmones

Medicamentos Cardiacos son seguros para los Pulmones

La tradición médica dice que los bloqueadores beta que se utilizan para tratar la enfermedad del corazón no deberían administrarse a personas que también tienen una enfermedad pulmonar grave, pero un estudio holandés reciente sugiere que esta creencia es falsa.

Un estudio de más de 2,200 personas que tenían enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), un diagnóstico que incluye enfisema y bronquitis crónica, encontró que la supervivencia era mejor entre los que tomaban bloqueadores beta que entre los que no lo hacían, afirma un informe publicado en la edición 24 de mayo de la revista Archives of Internal Medicine por médicos del Centro Médico Universitario de Utrecht.

“Hasta donde sabemos, éste es el primer estudio de observación que demuestra que el tratamiento a largo plazo con bloqueadores beta podría mejorar la supervivencia y reducir el riesgo de exacerbación de la EPOC en un amplio espectro de pacientes diagnosticados con EPOC”, escribieron los investigadores.

“Esto es muy diferente de lo que enseñamos hoy a nuestros estudiantes de medicina”, comentó el Dr. Don D. Sin, profesor de medicina en la Universidad de Columbia Británica en Vancouver, Canadá, y coautor de un editorial acompañante. “Nuestras enseñanzas tradicionales se equivocan”.

La acusación contra los bloqueadores beta ha sido que, si bien mejoran la función del corazón, pueden hacer que las vías respiratorias se contraigan, un problema para las personas que tienen EPOC, explicó Sin. “Demostraron en este artículo que incluso a las personas con EPOC que tomaban bloqueadores beta les iba muy bien, mejor que a las personas que no los tomaban”, apuntó.

Los temores en torno a los bloqueadores beta y la EPOC datan de la década los 80, cuando se informó de “algunos efectos desagradables en pacientes con asma, especialmente a dosis altas”, dijo el autor del estudio, el Dr. Frans H. Rutten, profesor asistente de medicina en Utrecht. El estudio demuestra que estos medicamentos se pueden manejar con seguridad para las personas con EPOC, señaló.

“No sé de ningún problema real ahora mismo, especialmente cuando se empieza a tomar una dosis baja de manera que las vías respiratorias bronquiales puedan adaptarse a los medicamentos”, dijo Rutten.

La EPOC se diagnosticó en 560 pacientes al inicio del estudio en 1996 y 1, 670 desarrollaron la afección al final del mismo, en 2006. De éstos, a 665 les fueron recetados bloqueadores beta para tratar enfermedades cardíacas, mientras que a 1,565 no.

Durante un periodo de seguimiento medio de 7.2 años, el 27.2 por ciento de los que tomaron bloqueadores beta murieron, en comparación con 32.3 por ciento de los que no lo hicieron. La incidencia de exacerbación (un ataque grave) de la EPOC fue de 42.7 por ciento entre los usuarios de bloqueadores beta y de 49.3 por ciento entre los no usuarios.

El estudio no es la última palabra sobre los bloqueadores beta y la EPOC, señaló Sin. Esto tendría que provenir de un estudio aleatorio y controlado, que casi con seguridad nunca se hará, señaló.

“Si yo tuviera un ataque al corazón, no me gustaría participar en un ensayo clínico en el que hay una probabilidad de 50 por ciento de recibir un placebo”, señaló Sin. “Así que este estudio quizá sea la mejor evidencia que obtengamos”.

Y el incentivo de los beneficios que se derivan de un mayor uso de bloqueadores beta no existe para que para una compañía farmacéutica financie un ensayo como éste, ya que los bloqueadores beta están ampliamente disponibles en la forma económica de genéricos, agregó.

Sin reconoció que ha sido “un caso aparte” en el tema, ya que receta bloqueadores beta a las personas que tienen EPOC. “Pero con este trabajo, me siento mucho más confiado de que los pacientes de EPOC puedan tolerar los bloqueadores beta”, apuntó.

Existen algunas excepciones, destacó Sin. “Para las personas que tienen un asma muy grave y vías respiratorias muy reactivas, soy mucho más prudente”, destacó. “Empezaría con la menor dosis posible, y a partir de ahí aumentaría la dosis”.

FUENTES: Don D. Sin, M.D., professor, medicine, University of British Columbia, Vancouver, Canada; Frans H. Rutten, M.D., Ph.D., assistant professor, medicine, University Medical Center Utrecht, the Netherlands; May 24, 2010, Archives of Internal Medicine

HealthDay

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