Identifican el ‘Circuito del Odio’ en el Cerebro

Identifican el ‘Circuito del Odio’ en el Cerebro

Investigadores británicos afirman haber identificado el “circuito del odio” en el cerebro.

Este circuito del odio comparte una parte del cerebro asociada con la agresión, aunque es distinta de las áreas relacionadas con las emociones como el miedo, la amenaza y el peligro, señalaron los investigadores, el profesor Semir Zeki y John Romaya del laboratorio de neurobiología del University College de Londres.

El estudio aparece en la edición en línea del 29 de octubre de la revista PLoS One.

“El odio se considera a menudo como una pasión malvada que, en un mundo mejor, se podría domesticar, controlar y erradicar”, dijo Zeki en un comunicado de prensa de la publicación. “Pero desde el punto de vista de un biólogo, el odio es una pasión tan interesante como el amor. Al igual que el amor, con frecuencia es aparentemente irracional y puede llevar a los individuos a cometer tanto actos heroicos como viles. ¿Cómo dos sentimientos tan opuestos producen el mismo tipo de conducta?”.

En este estudio, 17 voluntarios, hombres y mujeres, se sometieron a una resonancia magnética mientras veían la foto de una persona a la que odiaban junto a la de una persona “neutral”. Al mirar las imágenes de la persona odiada se activaba un área que incluía estructuras en la corteza y subcorteza así como componentes que generan un comportamiento agresivo y traducen esa conducta a la acción.

El circuito del odio también incluye una parte de la corteza frontal que se cree juega un papel crucial en la predicción de las acciones de los otros, probablemente una característica importante cuando una persona se enfrenta a un individuo que odia, dijeron los investigadores.

La actividad subcortical del circuito del odio involucra dos estructuras conocidas como el putamen y la ínsula. El putamen juega un papel en la percepción del disgusto y los estímulos desagradables, y podría formar parte del sistema motor que se moviliza para pasar a la acción, dijeron los científicos.

“De modo significativo, el putamen y la ínsula también se activan con el amor romántico. Esto no es una sorpresa. El putamen podría estar involucrado también en la perpetración de los actos de agresividad en un contexto romántico, al igual que en las situaciones en las que un rival representa un peligro. Estudios anteriores habían sugerido que la ínsula podría tener que ver con las respuestas a un estímulo aflictivo, y que observar tanto el rostro de un ser amado como de una persona a la que se odia podría contribuir a esa angustia”, dijo Zeki.

Agregó que la actividad de algunas partes del circuito del odio coincide con la fuerza de la intensidad del odio declarada por una persona, “lo que permite que el estado subjetivo del odio sea cuantificado objetivamente. Por ejemplo, este hallazgo podría tener implicaciones legales en casos criminales”.

HealthDay

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