Directrices para la Evaluación del Cáncer de Próstata
Por primera vez en cerca de una década, la Sociedad Estadounidense del Cáncer ha revisado sus recomendaciones para la evaluación del cáncer de próstata.
En nuevas directrices dadas a conocer el miércoles, la sociedad asegura que los hombres que eligen hacerse la prueba deben hacerse una evaluación anual si su nivel de antígeno prostático específico (APE) es de 2.5 ng/ml o superior. Pero los hombres cuyo APE está por debajo del umbral pueden ser evaluados con seguridad cada dos años. Los hombres cuyo nivel de APE es de 4 ng/ml o superior deben considerar hacerse más evaluaciones, como una biopsia. Directrices anteriores habían sugerido que los hombres que tienen APE inferior a 4 ng/ml deben hacerse evaluar cada año.
Aunque la sociedad del cáncer no recomienda la evaluación para todos, incuso los hombres en riesgo, sí ofrece intervalos de evaluaciones si los hombres deciden hacerse la prueba.
“En los EE. UU., hasta donde yo sé, ésta es la primera organización oncológica que ha recomendado evaluar con menos frecuencia que un año en directrices”, señaló Kathryn Taylor, profesora asociada de oncología del Centro Oncológico Integral Lombardi de la Universidad de Georgetown en Washington, D.C.
Las nuevas directrices también incluyeron sugerencias específicas sobre cómo estimular la toma compartida de decisiones, por ejemplo el uso de ayudas, que en muchos casos ya existe, y temas específicos sobre los que se debe hablar. Igual que antes, los hombres deben comenzar a hablar sobre la posibilidad de evaluar con su proveedor de atención de la salud a los cincuenta si están en riesgo promedio y antes, si están en mayor riesgo.
“Continuamos enfatizando la importancia de la toma de decisiones informadas y en estas directrices vamos un paso más allá”, señaló el Dr. Durado Brooks, director de cáncer colorrectal y de próstata de la Sociedad Estadounidense del Cáncer. “Por mucho tiempo, hemos dado alguna información muy general sobre lo que se debe decir a los hombres. Hemos gastado mucho tiempo, energía y esfuerzo en identificar los elementos básicos realmente importantes de esa conversación sobre decisiones informadas para que los hombres realmente entiendan cuáles son las incertidumbres y preguntas que rodean este asunto tan complicado”.
La Sociedad Estadounidense del Cáncer ha estado avanzando hacia un enfoque más intenso en asegurarse de que los hombres comprendan el complicado conjunto de riesgos y beneficios de las pruebas de APE y de los exámenes rectales digitales (ERD) al menos desde 1997, agregó. Las directrices también le restan importancia a los ERD y dicen que cuando se realiza la evaluación, se puede hacer con pruebas de APE con o sin ERD.
“No creo que haya habido nunca tanta profundidad y concentración en educar realmente a los hombres y ayudarles a tomar una buena decisión por sí mismos sobre si hacerse la prueba de APE o no”, señaló el Dr. Michael Barry, presidente de la Foundation for Informed Medical Decision-Making y profesor de medicina de la Facultad de medicina de la Harvard en Boston.
La prueba de APE en la sangre ha sido por mucho tiempo tema de controversia porque puede resultar en un alto índice de diagnósticos exagerados, que conducen a tratamientos innecesarios y a efectos secundarios duraderos, como impotencia e incontinencia.
La finalización de las directrices giran en torno a los resultados de dos ensayos aleatorizados largamente esperados, los más grandes en examinar la cuestión de la evaluación del cáncer de próstata. Lamentablemente, un ensayo de Europa halló cerca de 20 por ciento menos riesgo de muerte por cáncer de próstata entre los hombres evaluados, mientras que un ensayo estadounidense no halló diferencia en la mortalidad.
“Todos esperaban que estos estudios aclararan la cuestión, que las pruebas de APE no ofrecían ningún beneficio y que podríamos dejar de hacerlas o que ofrecían un beneficio y por tal razón debíamos seguir haciéndola. “, aseguró Barry. “La verdad es que la diferencia es mínima. Hay una posibilidad diminuta de reducir el riesgo de morir de cáncer de próstata, pero se puede pagar un precio por ella”.
Las directrices también dejaron de recomendar claramente las evaluaciones en la comunidad.
“Hacen énfasis en la toma de decisiones informadas y en los valores de los pacientes, resaltan realmente que no es una decisión de que algo sea correcto o incorrecto, de que los valores de los hombres realmente tienen una función central”, aseguró Taylor. “Poner esto en una posición privilegiada realmente fue un cambio”.
Las nuevas directrices aparecen en línea de manera anticipada a la edición impresa de CA: A Cancer Journal for Clinicians..
El Dr. Anton J. Bueschen, presidente de la American Urological Association (AUA), aseguró que su grupo está de acuerdo en que “el conocimiento informado, que incluye una discusión entre médico y paciente acerca de los riesgos y beneficios de las pruebas, es parte fundamental de la decisión de una persona de hacerse una prueba para cáncer de próstata. Es igualmente necesario que los pacientes reciban información confiable de fuentes culturalmente apropiadas.
“Sin embargo”, agregó en un comunicado de prensa, “la última declaración de la ACS podría no caracterizar del todo los beneficios potenciales de un método individualizado para evaluar el riesgo de los hombres que estén sopesando riesgos y beneficios de las estrategias de detección precoz y podrían causar confusión significativa para los pacientes. La AUA considera que no existe un solo estándar para el APE que aplique para todos los hombres ni debería haberlo. Parte del consentimiento informado es darle a los pacientes tanta información sobre su riesgo personal como esté disponible. Aplicar puntos de corte basados en la población mientras se ignoran otros factores de riesgo individuales (como la edad, la etnia, los antecedentes familiares, las características de biopsias anteriores, etc.) podría no darle a un paciente la evaluación más óptima de su riesgo, lo que incluye el riesgo de enfermedad de alto grado”.
FUENTES: Durado Brooks, M.D., director, prostate and colorectal cancer, American Cancer Society, Atlanta; Kathryn Taylor, Ph.D., associate professor, oncology, Georgetown University Lombardi Comprehensive Cancer Center, Washington, D.C.; Michael Barry, M.D., president, Foundation for Informed Medical Decision-Making, and professor, medicine, Harvard Medical School, Boston; March 3, 2010, news release, American Urological Association; March 3, 2010, CA: A Cancer Journal for Clinicians
HealthDay
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