Dieta Mediterránea y la Inteligencia
Llevar una dieta al estilo mediterráneo, es decir, con mucho aceite de oliva, granos integrales, pescado y fruta, podría proteger al cerebro que envejece del daño relacionado con los problemas cognitivos, según encuentra un estudio reciente.
Otros estudios ya han encontrado que dichas dietas también reducen los riesgos de depresión, cáncer, enfermedad cardiaca y muerte prematura.
El más reciente estudio fue liderado por el Dr. Nikolaos Scarmeas, profesor asociado de neurología del Centro Médico de la Universidad de Columbia en la ciudad de Nueva York, y contó con la participación de 712 hombres y mujeres que tenían una edad promedio de 80 años. Ninguno de los participantes tenía antecedentes de accidente cerebrovascular y todos recibieron IRM para buscar infartos cerebrales, tejidos que han muerto debido a una reducción o interrupción del flujo sanguíneo.
Aunque los infartos son verdaderos accidentes cerebrovasculares, apuntó Scarmeas, son tan pequeños que no se notan.
En total, 238 personas tenían al menos un área de daño cerebral, comentó.
Los investigadores también evaluaron qué tan bien los participantes habían seguido una dieta al estilo mediterráneo durante los seis años anteriores a la IRM.
“Lo que encontramos fue que los que seguían una dieta más sana, más parecida a la mediterránea, tenían menos infartos cerebrales y accidentes cerebrovasculares en la IRM”, señaló Scarmeas. Su riesgo de padecer dichos daños se redujo en hasta 36 por ciento, aseguró.
El estudio encontró que la relación en el riesgo se relacionaba con el tipo de dieta consumida. “Dividimos la adherencia a la dieta en tres grupos: los que adhirieron muy poco [al plan mediterráneo], los que adhirieron con moderación y los que adhirieron intensamente”, dijo.
Las personas en la categoría media, las que siguieron la dieta moderadamente bien, tenían 21 por ciento menos probabilidades de sufrir de daño cerebral que las personas en el grupo de más baja adherencia. Los que la siguieron más de cerca tenían una reducción de 36 por ciento en el riesgo, frente a los que menos la siguieron.
El efecto de la dieta sobre la salud cerebral que encontraron fue más o menos igual que el efecto que no sufrir de presión arterial alta tiene sobre el cerebro, enfatizó Scarmeas.
En estudios anteriores, Scarmeas y colegas han mostrado que una dieta mediterránea podría ayudar a reducir el riesgo de enfermedad de Alzheimer y que podría prolongar la vida de los que sufren de la afección. Aseguró que ahora los nuevos hallazgos podrían ayudar a explicar el motivo de esto, que los que comen más sano tienen el menor número de infartos cerebrales asociados con el declive cognitivo.
Se espera que Scarmeas presente los hallazgos en la reunión anual de la Academia Estadounidense de Neurología (American Academy of Neurology) en abril en Toronto. El estudio fue financiado por los Institutos Nacionales de Salud de EE. UU.
Connie Diekman, directora de nutrición universitaria de la Universidad de Washington en San Luis, afirmó que el hallazgo expresado en el resumen del estudio “fortalece el mensaje sobre la importancia de los alimentos vegetales y los aceites saludables para la salud en general”.
“Aumentar la ingesta de alimentos vegetales puede mejorar la salud cardiaca y reducir el peso corporal, y ahora parece que [también] podría ayudar a la salud del cerebro”, añadió.
FUENTES: Nikolaos Scarmeas, M.D, associate professor, clinical neurology, Taub Institute, Columbia University Medical Center, New York City; Connie Diekman, R.D., director, university nutrition, Washington University in St. Louis; scheduled presentation, American Academy of Neurology annual meeting, Toronto, April 10-17, 2010
HealthDay
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