Botox Calmaría la Tos Crónica

Botox Calmaría la Tos Crónica

Por Anne Harding

El Botox podría ayudar a algunas personas con tos crónica que no responden al tratamiento habitual, según un estudio sobre cuatro pacientes.

El Botox, o toxina botulínica tipo A, es más conocido como un relleno para las arrugas, pero también tiene usos médicos, como el tratamiento de los músculos espásticos en personas con parálisis cerebral y la absorción de la sudoración excesiva.

El nuevo estudio sugirió que también calmaría la tos, aunque esa aplicación no está aprobada. Y los autores del trabajo advierten que no se debería considerar a la toxina como una “panacea”.

“Estudiamos a un pequeño subgrupo de pacientes que no respondían a otras terapias, a pesar de una amplia evaluación clínica”, dijo a Reuters Health el doctor Michael W. Chu, de la Escuela de Medicina Eastern Virginia, en Norfolk.

Toda tos que dura más de tres semanas, aun después del tratamiento, es crónica. Varias enfermedades pueden provocar esos cuadros, como el asma, la bronquitis crónica y el reflujo. A menudo, el tratamiento de la enfermedad alivia la tos, pero aun así algunos pacientes siguen tosiendo.

El equipo de Chu revisó las historias clínicas del hospital e identificó 438 pacientes que habían recibido tratamiento por espasmos en la laringe y tos crónica, de los cuales seis habían recibido Botox.

Los autores describieron el caso de cuatro de esos pacientes en Archives of Otolaryngology — Head and Neck Surgery. Eran tres mujeres y un hombre. Todos habían recibido varios fármacos y tres habían hecho terapia con un fonoaudiólogo sin éxito.

El primer paciente era un hombre de 64 años que se había jubilado como abogado por la tos crónica, que había padecido durante 30 meses. La segunda era una maestra de 38 años que había tenido tos crónica durante ocho meses. La tercera era otra maestra de 55 años que había tosido durante 30 años.

Por último, la cuarta paciente tenía 41 y había buscado tratamiento durante dos años por “vergüenza social”, lo que le impedía tener citas y realizar otras actividades sociales.

Los participantes recibieron varias inyecciones en uno o los dos pares de músculos junto a las cuerdas vocales. Todos sintieron “un alivio significativo de la tos”.

En dos pacientes, la calidad de vida asociada con la voz mejoró mucho y en una paciente disminuyó porque la voz le quedó soplada. Pero, a pesar de ese deterioro, la mujer de 41 años que había dejado de tener citas, expresó su felicidad con el tratamiento y recuperó su vida social.

La hipótesis del equipo es que algunos casos de tos crónica están asociados con una disfunción de la retroalimentación nerviosa en el sistema que controla el reflejo de la tos y el Botox habría interrumpido esa disfunción nerviosa.

Dado que el estudio no comparó el Botox con otras terapias, o con un placebo, es imposible decir si es más o menos efectiva que otros tratamientos. De todos modos, los autores concluyeron que “se puede considerar para tratar la tos crónica refractaria a otros tratamientos”.

FUENTE: Archives of Otolaryngology — Head and Neck Surgery, mayo del 2010.

Reuters Health

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