Análisis de Sangre predice la Diabetes y la Enfermedad Cardiaca
Una prueba más reciente de hemoglobina A1C predice la diabetes tan bien como la prueba del azúcar en sangre tradicional, pero supera al estándar por excelencia en la predicción del riesgo futuro de enfermedad cardiaca y accidente cerebrovascular (ACV), según una investigación reciente.
Tras ajustar los factores de riesgo de la enfermedad cardiovascular, el estudio encontró que aunque los niveles de A1C que eran suficientemente elevados para diagnosticar la diabetes se asociaron con casi el doble de riesgo de enfermedad arterial coronaria, no se encontró una relación similar en las lecturas de glucosa en ayunas que eran suficientemente elevadas para generar un diagnóstico de diabetes.
A la prueba de A1C también se le conoce como prueba de hemoglobina glicosilada, y mediante una pequeña muestra de sangre mide los niveles de azúcar en sangre de los últimos dos o tres meses.
“Nuestros datos sugieren que la hemoglobina glicosilada es un factor de riesgo realmente potente para la diabetes y la enfermedad cardiovascular. Si tiene resultados anormales de hemoglobina glicosilada, debería recibir intervenciones para la diabetes y la enfermedad cardiovascular”, aconsejó la autora principal del estudio Elizabeth Selvin, profesora asistente de epidemiología y medicina del departamento de epidemiología de la Facultad de salud pública Bloomberg de la Johns Hopkins en Baltimore.
En enero, la American Diabetes Association (ADA) recomendó que los médicos podían comenzar a usar la prueba de A1C para el diagnóstico de la diabetes. Anteriormente, la prueba no se había recomendado porque no se había estandarizado entre los distintos laboratorios. La ADA establece el nivel de diagnóstico para la diabetes a partir de 6.5 por ciento, y para la prediabetes entre 5.7 y 6.4 por ciento.
El porcentaje de A1C es la cantidad de hemoglobina glicosilada o glicada que tiene una persona.
Para el presente estudio, Selvin y sus colegas midieron la A1C de más de 11,000 muestras de sangre almacenadas del Estudio sobre riesgo de la arteriosclerosis en las comunidades, que empezó en 1990. Ninguno de los voluntarios del estudio tenía diabetes ni enfermedad cardiovascular en el momento en que se tomaron las muestras.
Los investigadores compararon luego los niveles de A1C con los niveles de azúcar en sangre en ayunas y con la información de 15 años de seguimiento de la salud general recogida por el estudio anterior.
Durante ese tiempo, 2,251 personas fueron diagnosticadas con diabetes y cerca de 1,200 con enfermedad cardiaca, además 385 personas tuvieron un ACV isquémico (sin hemorragia), de acuerdo con el estudio.
Tal como se esperaba, los investigadores encontraron que los niveles elevados de A1C se asociaban a un mayor riesgo de ser diagnosticado con diabetes. Los que tenían una A1C inferior al 5 por ciento afrontaban un riesgo 48 por ciento menor de diabetes, mientras que los que tenían A1C entre 5 y 5.5 por ciento tenían un riesgo normal de diabetes. Sin embargo, a partir de aquí el riesgo aumentaba de forma rápida. Los que tenían una A1C de entre 5.5 y 6 por ciento experimentaban un incremento en el riesgo de diabetes de 88 por ciento. Los que tenían una A1C de entre 6 y 6.5 por ciento afrontaban un riesgo cuatro veces mayor. Las personas con niveles de A1C por encima del 6.5 por ciento tenían una probabilidad 16 veces mayor de ser diagnosticados con diabetes, frente a los que tenían niveles inferiores al 5.5 por ciento. Estos resultados eran similares a los de los niveles de glucosa en ayunas, señalaron los autores del estudio.
Sin embargo, la glucosa en ayunas y los niveles de A1C se diferenciaban ampliamente en la predicción del riesgo futuro de enfermedad cardiaca y ACV. Aunque la glucosa en ayunas no predecía el riesgo futuro, el estudio encontró que los niveles de A1C lo hacían de manera precisa.
Las personas que tenían A1C por debajo del 5.5 por ciento tenían un riesgo promedio de enfermedad cardiaca y accidente cerebrovascular, pero las personas con A1C entre 5.5 y 6 por ciento experimentaban un aumento de 23 por ciento en el riesgo. Para los que tenían una A1C entre 6 y 6.5 por ciento, el riesgo de enfermedad cardiovascular aumentaba a 78 por ciento. Cuando los niveles de A1C estaban por encima del 6.5 por ciento, el riesgo de enfermedad cardiovascular aumentaba cerca de dos veces.
Los resultados del estudio aparecen en la edición del 4 de marzo de la New England Journal of Medicine.
“Esta prueba lleva mucho tiempo entre nosotros, y el último dictamen fue que no se podía usar para predecir la enfermedad cardiovascular”, apuntó el Rafael Gonzalez, director de cardiología de Scott & White Healthcare en Round Rock, Texas. “Pero este estudio nos demuestra que podría ser un excelente marcador. Mientras más altos sean los niveles de A1C, mayor será el riesgo. Esto nos dice que necesitamos ser más agresivos con la prevención en las personas que tienen niveles más altos, quizá optar por reducir el colesterol LDL (malo), y hacer énfasis en los factores del estilo de vida”, explicó.
“La diabetes es como la presión arterial alta, las consecuencias no aparecen de inmediato. Y algunas veces, esto hace que la gente se plantee ‘¿por qué necesito tomar este medicamento?’. Por tanto, ésta es una evidencia más y quizá una buena forma de captar la atención de la gente”, agregó González
FUENTES: Elizabeth Selvin, Ph.D., M.P.H., assistant professor, epidemiology and medicine, department of epidemiology, Welch Center for Prevention, Epidemiology and Clinical Research, Johns Hopkins Bloomberg School of Public Health, Baltimore; Rafael Gonzalez, M.D., director, cardiology, Scott & White Healthcare, Round Rock, Texas; March 4, 2010, New England Journal of Medicine
HealthDay
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