Alertas sobre las ETS por Correo Electrónico

Alertas sobre las ETS por Correo Electrónico

Informar a alguien con quien se ha tenido relaciones sexuales de que se le ha expuesto sin intención a una enfermedad de transmisión sexual puede ahora hacerse simplemente haciendo clic.

Un informe reciente afirma que 30,000 personas han usado un servicio de Internet que les permite advertir a sus parejas sexuales que tal vez hayan sido infectadas con sífilis, gonorrea, VIH u otras enfermedades.

“Ha sido una manera innovadora y eficaz que nos permite comunicar a la gente con sus parejas sexuales”, afirmó el Dr. Jeffrey Klausner, director de los servicios de prevención y control de las ETS del Departamento de salud de San Francisco.

El servicio inSPOT, que se creó en San Francisco en 2004, está ahora en uso en varios estados, entre ellos Idaho, Luisiana, Nueva York, Oregón, Pensilvania y Washington, entre otros. Según el informe, el servicio “tiene el potencial de ser un recurso nacional e internacional”.

“Sabemos que inSPOT funciona”, apuntó Klausner. “He atendido a pacientes que me dicen que se les ha notificado [sobre tener una ETS], y su contacto a sido a través de inSPOT”.

Por lo general, los departamentos de salud en los Estados Unidos sólo notifican a las parejas sexuales de personas que tienen ETS si pudieran estar infectadas con sífilis, apuntó Klausner. Señaló que las autoridades no tratan de comunicarse con las parejas de personas que tienen VIH, el virus que causa el SIDA, o enfermedades como la gonorrea o la clamidia.

El Departamento de salud pública de San Francisco y un grupo sin fines de lucro encuestaron a hombres homosexuales en 2004 y encontraron que la mayoría no notificaba a sus parejas sexuales casuales cuando se les diagnosticaba una ETS. Pero el informe apuntaba que los hombres “dijeron en su gran mayoría que si hubiera una forma fácil, conveniente y anónima de informar a sus parejas sobre su exposición potencial a una enfermedad, la usarían”.

Y así nació el servicio inSPOT, primero como un servicio para los hombres homosexuales, y después para todo el mundo. Los usuarios usan un sitio web y navegan a través de un formulario que les permite escribir direcciones de correo electrónico de sus parejas sexuales y especificar una o más enfermedades a las que la persona podría haber estado expuesta.

La persona potencialmente expuesta a una ETS recibe entonces un correo electrónico con el asunto “Tarjeta electrónica de un amigo preocupado sobre su salud a través de inSPOT”.

Las personas que envían los mensajes pueden elegir hacerlo de forma anónima o incluir sus nombres. También pueden elegir imágenes que aparezcan en las tarjetas electrónicas, lo que incluye una foto de las palabras “lo siento” en un trozo de papel.

“Estamos viviendo en un nuevo mundo de comunicación a través de Internet”, apuntó Klausner. “La mayoría de personas está en línea todos los días. Esta herramienta de comunicación por Internet ofrece a las personas una manera de enviar un mensaje de manera anónima”.

Según el informe reciente, publicado en la edición de octubre de la revista PLoS Medicine, el quince por ciento de esas tarjetas electrónicas en 2006 y 2007 advirtieron a sus destinatarios de infección con gonorrea. El porcentaje para otras enfermedades fueron quince por ciento para sífilis, nueve por ciento para VIH y doce por ciento para clamidia. Casi la mitad de las tarjetas advertían sobre otras enfermedades, entre ellas ladillas y hepatitis.

Desde 2004, 30,000 personas han enviado casi 50,000 tarjetas electrónicas, según el informe.

Es posible que la gente use los mensajes para molestar o asustar a otros. No hay manera de confirmar que los que reciben el mensaje en realidad están en peligro de infección. Aún así, hay pocas indicaciones de que la gente haya abusado el sistema, al menos en San Francisco, señaló Klausner.

“Probablemente haya recibido unos cuatro correos electrónicos de gente enojada porque cree que no deberían haber recibido la tarjeta, que alguien la usó mal”, apuntó Klausner. “No podían creer que algo tan grave podría tener tan fácilmente el potencial para su uso erróneo”.

No está claro si el servicio de notificación en realidad ayuda a reducir las enfermedades de transmisión sexual.

“La verdadera prueba de este o cualquier otro método, entre ellos los tradicionales, es su efecto sobre la transmisión”, explicó el Dr. Richard Rothenberg, profesor del Instituto de salud pública de la Universidad estatal de Georgia, que estudia la notificación a las parejas.

Sin embargo, podría ser difícil, si no imposible, estudiar el impacto sobre la salud debido a que el servicio es confidencial, señaló Rothenberg. “Creo que nosotros y los autores debemos contentarnos con la idea de que este parece ser un método aceptable para cumplir con la obligación moral de notificar, y que tiene una probabilidad de ser un mejor método que lo que actualmente hacemos”, apuntó.

HealthDay

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