El Protocolo de Kyoto es un acuerdo internacional que se adoptó en el año 1997 en la ciudad de Kyoto, Japón. Tiene el objetivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y, en consecuencia, luchar contra el cambio climático.
Este acuerdo fue el primer tratado internacional vinculante que estableció objetivos cuantificados de reducción de emisiones para los países industrializados. Entró en vigor en el año 2005 después de que se alcanzara el umbral de ratificación de 55 países. En conjunto representan al menos el 55% de las emisiones de GEI en el mundo.
A partir de entonces, los países firmantes se comprometieron a reducir sus emisiones de GEI en un promedio del 5,2% por debajo de los niveles de 1990 para el período de compromiso 2008-2012.
Objetivos del Protocolo de Kyoto
El principal objetivo del Protocolo de Kyoto es reducir las emisiones de GEI que causan el calentamiento global y, por tanto, el cambio climático. Se trata de una estrategia global para reducir las emisiones de GEI en el mundo y establecer un compromiso para limitar el aumento de la temperatura global a menos de 2°C por encima de los niveles preindustriales.
Además, el Protocolo de Kyoto tiene otros objetivos, como fomentar la investigación y el desarrollo de tecnologías más limpias y eficientes, y promover la transferencia de tecnología y conocimientos a los países en desarrollo.
Marco del Protocolo de Kyoto
El Protocolo de Kyoto establece un marco legal para la reducción de emisiones de GEI en los países industrializados. Los países firmantes del Protocolo tienen objetivos de reducción de emisiones de GEI asignados y están obligados a cumplirlos.
El marco del protocolo se basa en tres mecanismos: el comercio de emisiones, la aplicación conjunta y el mecanismo de desarrollo limpio.
Comercio de emisiones
Es un mecanismo que permite a los países cumplir con sus objetivos de reducción de emisiones comprando y vendiendo derechos de emisión. Los países que tienen emisiones de GEI por debajo de su objetivo pueden vender sus derechos de emisión a otros países que no cumplen con su objetivo.
La aplicación conjunta
La aplicación conjunta es un mecanismo que permite a los países que tienen objetivos de reducción de emisiones colaborar en proyectos con este objetivo en otros países que también buscan la reducción de emisiones. Los países que colaboran en un proyecto de reducción de emisiones pueden recibir créditos por las emisiones reducidas.
Mecanismo de desarrollo limpio
Este mecanismo permite que los países en desarrollo puedan participar en proyectos de reducción de emisiones y recibir créditos por las emisiones reducidas. Los proyectos los deben certificar un organismo acreditado y destinarse a reducir las emisiones de GEI de manera adicional a las que se habrían reducido de otra manera.
Compromisos de los países
Los países que firmaron el Protocolo de Kyoto se comprometieron a reducir sus emisiones de GEI en un promedio del 5,2% por debajo de los niveles de 1990 para el período de compromiso que es entre el 2008-2012.
Estos compromisos se establecieron en función del nivel de desarrollo y de emisiones de cada país. Por ejemplo, los países de la Unión Europea se comprometieron a reducir sus emisiones en un 8% por debajo de los niveles de 1990. Mientras que Japón y Canadá se comprometieron a reducir sus emisiones en un 6% y un 5%, respectivamente.
Estados Unidos no ratificó el Protocolo de Kyoto, aunque sí participó en las negociaciones y se comprometió a reducir sus emisiones en un 7% por debajo de los niveles de 1990.
Resultados del Protocolo de Kyoto
El Protocolo de Kyoto tiene resultados mixtos. Según el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), las emisiones de GEI de los países industrializados disminuyeron en un 18% entre 1990 y 2012, en gran parte gracias al Protocolo de Kyoto.
Sin embargo, el éxito del Protocolo de Kyoto se limitó debido a la falta de participación de los principales emisores de GEI, como China y EE.UU. Además, algunos países que ratificaron el Protocolo no cumplieron con sus objetivos de reducción de emisiones.
Futuro del Protocolo de Kyoto
El período de compromiso del Protocolo de Kyoto finalizó en 2012. Desde entonces, se han llevado a cabo negociaciones internacionales para establecer un marco global para la reducción de emisiones de GEI.
En 2015, se alcanzó el Acuerdo de París, un acuerdo internacional que establece objetivos más ambiciosos para la reducción de emisiones de GEI y que cuenta con la participación de todos los países, incluidos China y EE.UU.
A pesar de que el Protocolo de Kyoto ya no está en vigor, sigue siendo un hito importante en la lucha contra el cambio climático. Principalmente, porque sentó las bases para un enfoque global para la reducción de emisiones de GEI y estableció mecanismos innovadores para lograr estos objetivos.
Además, inspiró a los países a tomar medidas para reducir las emisiones de GEI y a trabajar juntos para abordar el cambio climático.
Conclusiones
El Protocolo de Kyoto estableció objetivos cuantificados de reducción de emisiones de GEI para los países industrializados y estableció un marco legal para lograr estos objetivos. Aunque tuvo resultados mixtos y no logró involucrar a los principales emisores de GEI, sentó las bases para un enfoque global para la reducción de emisiones de GEI y estableció mecanismos innovadores para lograrlo.
A pesar del Acuerdo de París, todavía queda mucho por hacer para lograr los objetivos establecidos y evitar los peores efectos del cambio climático. Es importante que los países cumplan con sus compromisos de reducción de emisiones de GEI y adopten medidas adicionales para acelerar la transición a una economía baja en carbono.
Referencias
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