Perder Peso y la Acidez Crónica

“Si se pierde peso, habrá mejoras en los síntomas de reflujo”, aseguró la autora del estudio, la Dra. Preetika Sinh, Gastroenteróloga de la Facultad de Medicina de la Universidad de Kansas. Añadió que el ejercicio a largo plazo también ayudó a reducir los síntomas de la acidez crónica en las mujeres, aunque no en los hombres.

Sinh presentó los hallazgos el lunes en la reunión de la Semana de las Enfermedades Digestivas, en Orlando, Florida. Investigaciones anteriores también han vinculado el hecho de perder peso con un declive en los síntomas de ERGE.

La acidez crónica o indigestión ácida es muy común. Más de 60 millones de estadounidenses la sufren al menos una vez al mes, según el Colegio Americano de Gastroenterología (American College of Gastroenterology). El ácido estomacal vuelve al esófago, y la acidez comienza.

La ERGE, la forma crónica más frecuente de acidez, puede llevar a complicaciones si no se trata, lo que incluye un estrechamiento del esófago o cambios precancerosos en el revestimiento esofágico.

Sinh evaluó a más de 200 hombres y mujeres con una edad promedio de 46 años. Al inicio del estudio, todos tenían sobrepeso o eran obesos, con un peso promedio de 100 kilos (220 libras).

Al inicio del estudio, el 38 por ciento de los participantes tenían puntuaciones de acidez suficientemente graves como para ser clasificadas de ERGE. Tras seis meses, el peso promedio de los pacientes se redujo a 83 kilos (183 libras), y solo el 16 por ciento seguían teniendo ERGE. (Lee también: Gastritis, Guía de Salud)

En los próximos seis meses, 172 de los pacientes volvieron a ganar peso, y el porcentaje de los que tenían acidez aumentó de nuevo, del 16 al 22 por ciento. Incluso un aumento pequeño de peso, de menos del 5 por ciento del peso inicial, llevó a un empeoramiento de los síntomas, halló Sinh.

Entonces, Sinh se concentró en los 41 pacientes que no recuperaron peso, y halló que el porcentaje de los que tenían acidez siguió en declive y que los síntomas continuaron mejorando.

Como parte del programa para perder peso, se pidió a los pacientes que intentaran hacer cinco horas por semana de actividad moderada, como caminar o trotar. El tiempo promedio que lograron hacer fue de poco menos de cuatro horas, apuntó Sinh. El ejercicio también ayudó a mejorar la acidez en las mujeres, pero no en los hombres.

Sinh dijo que no puede explicar los mecanismos subyacentes respecto a la pérdida de peso ni al ejercicio, ni por qué el ejercicio pareció ayudar solo a las mujeres. Aunque el estudio encontró un vínculo entre la pérdida de peso, el ejercicio y la ERGE, no estableció causalidad.

Aunque el uso de antiácidos es común, Sinh dijo que no puede decir si los hombres y las mujeres mejoraron lo suficiente como para prescindir de los fármacos, ya que no dio seguimiento a esos resultados. Para empezar, solo alrededor del 5 por ciento de los hombres y de las mujeres tomaban antiácidos, comentó. (Lee también: Remedios Caseros para Quitar la Gastritis)

Una experta dijo que el estudio contó con algunos puntos fuertes. Para comenzar, se estudió a un número relativamente alto de personas, planteó la Dra. Lauren Gerson, profesora asociada de medicina y gastroenterología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford.

Además de simplemente pedir a los pacientes que reportaran los síntomas, comentó, “sería útil tener estudios del pH [que se hacen para evaluar la ERGE] para documentar la mejora en las puntuaciones totales del pH tras la pérdida del peso”.

Pero dijo que aun así, los hallazgos se hacen eco de los de un estudio aún más grande, publicado en 2006, que halló que el aumento de peso (incluso entre las personas con un peso normal) se relacionaba con nuevos síntomas de acidez y que perder peso se vinculaba con un declive en los síntomas.

Todavía está por responder si perder peso puede ayudar a las personas con acidez a descontinuar los fármacos para el reflujo, dijo Gerson.

Debido a que este estudio se presentó en una reunión médica, sus datos y conclusiones deben ser considerados como preliminares hasta que se publiquen en una revista revisada por profesionales.

FUENTES: Preetika Sinh, M.D., gastroenterology fellow, University of Kansas School of Medicine, Kansas City, Kan.; Lauren Gerson, M.D., associate professor, medicine and gastroenterology, Stanford University School of Medicine; May 20, 2013, presentation, Digestive Disease Week, Orlando.

HealthDay

VER MÁS: NOTICIAS DE SALUD Y MEDICINA

CLIC AQUÍ Y DÉJANOS TU COMENTARIO

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

VER 1 comentario

  1. Sprayette dice:

    La verdad que me parece excelente el post. Es muy interesante y muy bueno saber estas cosas