Como Sienten los Familiares la Hospitalización de los Niños(as)

La hospitalización de un niño o una niña trae consigo fuertes cambios en la situación de su familia, que deben tenerse en consideración si se quiere contribuir a que la estancia en el hospital sea realmente una experiencia positiva2.

La hospitalización puede tener efectos emocionales negativos en los niños(as) y sus familias, si no se introducen medidas especiales para “humanizar” la atención que se les brinda a los niños(as) hospitalizados2. Las personas emocionalmente significativas para los niños no parecen tener un lugar o una función dentro del proceso de hospitalización, que respete al mismo tiempo sus necesidades y las de los niños. Falta involucrar más a los padres (o personas responsables) como ayudantes vitales en el cuidado de sus hijos dentro del hospital y falta también brindarles condiciones de alojamiento, información y comunicación con el personal de salud, que les hagan sentirse acogidos y valorados.

Es importante entender que la decisión de hospitalizar al niño se toma generalmente con un cierto temor e incertidumbre por parte de los padres. Hospitalizar puede significar separarse del niño(a), dejarlo solo. Los horarios de visita y las restricciones al acompañamiento, limitan la posibilidad de contacto y esto es vivido por muchos padres con inmensa frustración, temen que en su ausencia el niño no sea bien tratado, se le ignore o que el funcionario de turno olvide darle la medicina o tratamiento que necesita. Temen que algo falle y ellos no estén presentes para ayudar. Temen que el niño sufra en su ausencia, e incluso que muera2.

A veces ocurre que los familiares llevan alimentos u otros objetos, no permitidos, a escondidas, quizá queriendo demostrar su cariño o intentando mitigar el sufrimiento del niño. Otras veces estos, cuestionan los procedimientos médicos o de enfermería, con la intención de proteger al niño de experiencias dolorosas. Todo esto puede ocasionar tensiones entre los familiares y los funcionarios de salud2.

Muchos padres o familiares sufren ante la carencia de información y el no saber como ayudar a su niña o niño hospitalizado. Con frecuencia se abstienen de preguntar, pues temen ser «regañados». Otras veces preguntan pero no entienden las explicaciones que se le dan. De esta manera se ven obligados asumir una posición de pasividad, que los predispone a malinterpretar el sentido de las acciones de los funcionarios de la salud2.

Recomendaciones de los Padres para Mejorar la Hospitalización de sus Hijos(as)2

En el estudio realizado por Duran E, Jaramillo J, Peñaranda C y Urquijo I. Análisis de la situación de los derechos de los niños hospitalizados, en la secretaria Distrital de Salud. Bogotá, 1998. A 67 familias acompañantes se les preguntó: Que recomendaría Usted para hacer más agradable la estancia de los niños en el hospital? Las conclusiones son:

1. Más juegos, lugares y oportunidades de recreación.
2. Permitir a los padres pasar más tiempo con sus hijos, más flexibilidad.
3. Habitaciones más amplias.
4. Reaccionar más pronto a las necesidades de los niños.
5. Mas decoración alegre e infantil,
6. Mayor independencia para los niños en el servicio de urgencias.
7. Mejor trato de las enfermeras a los niños.
8. Explicar mejor a los padres sobre el estado de salud y tratamiento del niño.
9. Mejorar alimentación.
10. Mas televisores y programas infantiles.
11. Mejoramiento de los espacios y de su dotación(salas más amplias, mejor ventilación, ambiente más abrigado, sillas y mesas del tamaño de los niños).
12. Más personal, sobre todo enfermeras y que éstas ayuden a los padres en el cuidado de los niños en las noches.
13. Charlas educativas a los padres.
14. Atención más rápida(en urgencias y por parte de los especialistas).
15. Colaboración entre mamás acompañantes(tur- narse para cuidar los niños).

Programas de Preparación y Acompañamiento para Cirugia9

¿Como preparar a los niños antes de la cirugía?

Un considerable número de estudios ha demostrado los beneficios de preparar psicológicamente a los niños antes de una intervención quirúrgica: los niños se adaptan más fácil, se disminuye en ellos el estrés después de la operación y en general muestran menos ansiedad durante la hospitalización11.

Se han probado diversas técnicas para preparar antes de una hospitalización para cirugía: dar información sobre lo que va a pasar, hacer tours narrativos a través del hospital y representar por medio de audiovisuales o muñecos lo que va a ocurrir. Para reducir el estrés en los niños se han utilizado también con éxito procedimientos de hipnosis, relajación y distracción con imágenes11.

¿Por qué preparar a los niños antes de la cirugía?

Para cualquier persona, más un niño, una intervención quirúrgica representa una circunstancia difícil que genera una crisis vital. Los niños son más sensibles a esta crisis, ya que carecen aún de ciertos recursos para enfrentar situaciones desconocidas y/o dolorosas. Su capacidad para razonar lógicamente acerca de los motivos de una hospitalización es limitada y generalmente para superar el miedo, la frustración o el dolor recurren a la fantasía. Esto los hace propensos a interpretar de forma errada los procedimientos dolorosos e invasivos, pudiendo incluso percibirlos como un castigo, lo que, en consecuencia, los hace sentir culpables9.

Por lo tanto es necesario proporcionar a los niños recursos que les faciliten una adecuada percepción de la intervención quirúrgica y de su propósito, así como darles apoyo para que puedan expresar en condiciones de seguridad y de acuerdo con su nivel de desarrollo, las emociones derivadas de la misma. Cuando un niño comprende la verdadera finalidad de un procedimiento, es capaz de tolerar mejor las molestias y el dolor9.
Para facilitar la explicación de un procedimiento atendiendo al nivel de comprensión del niño, pueden utilizarse los implementos propios del juego de dramatización y el juego terapéutico9.

El principal propósito del juego terapéutico es brindar a los niños un medio seguro, no amenazador, para expresar en forma verbal y no verbal sus percepciones, emociones y preocupaciones en relación con una experiencia de hospitalización. Una sesión de juego terapéutico puede durar entre 15 y 45 minutos. En ella se entregan al niño muñecos y utensilios de uso común en el ambiente hospitalario o familiar y se le induce a jugar con ellos. La enfermera o psicóloga observa atentamente el comportamiento del niño, manteniendo siempre una actitud no directiva. Esto genera un ambiente en el que el niño se expresa con libertad, lo que permite hacerse una idea más precisa de sus necesidades y sentimientos9.

En el juego de dramatización se induce al niño a participar en la dramatización de los principales aspectos del procedimiento a que va a ser sometido. Mientras manipula los instrumentos y visualiza las situaciones propias del procedimiento, el niño va recibiendo explicaciones concretas y disminuye así el miedo e incertidumbre ante aquello que va a enfrentar9.

También pueden utilizarse libros y folletos, con historias de niños que han vivido situaciones similares, o ejercicios de papel y lápiz en los que se sugiera el comienzo de una historia, que debe ser completada y en la que pueden revelarse detalles importantes que aún hay que tener en cuenta en la preparación9.

¿Por qué preparar a la familia antes de la cirugía?

Todo lo que afecte a un miembro de un sistema familiar, afecta a todos los demás. Así cuando un niño está en crisis, su familia, principal fuente de seguridad y apoyo, también lo está. Si se prepara adecuadamente a la familia para enfrentar la experiencia, ella podrá desempeñar mejor su papel protector y podrá participar de manera más apropiada en los cuidados postoperatorios, que debe recibir el niño, tanto en el hospital, como en la casa. La familia además aprenderá formas más adecuadas de relacionarse, así como de fortalecer sus recursos para enfrentar futuras crisis.

Lo que debe considerarse en la preparación para la cirugía:

• El nivel de comprensión del niño y su grado de desarrollo psicosocial y psicosexual.
• Las características individuales del niño. ¿Cómo es su habilidad para asimilar información?. ¿Cómo enfrenta situaciones de estrés?
• Experiencias anteriores de hospitalización o cirugía. ¿Dejaron ellas secuelas emocionales o representaron experiencias de crecimiento?
• Otras crisis simultáneas en la vida del niño (entrada en la escuela, llegada de un hermano, cambio de residencia, muerte de algún ser querido).
• Posibilidad real de que la madre o algún adulto significativo permanezca al lado del niño durante su estancia en el hospital, como participante activo en sus cuidados.
• Percepción del niño y de sus padres en relación con la situación actual (información que desconocen o han interpretado mal).
• Información en detalle sobre el tipo de cirugía que se hará, tipo de anestesia que se va a utilizar y como son las condiciones postoperatorias esperadas ( infusión endovenosa, drenajes, sondas, yesos y permanencia en la unidad de cuidados intensivos), para así poder saber, que es preciso ir comunicando a la familia durante la preparación.

Conclusión

Aún reina un gran desconocimiento sobre los derechos de los niños(as) y sus implicaciones. Esto se hace patente tanto en los funcionarios de la salud, como en los usuarios de los servicios.

Se hace necesario un cambio en todas las instituciones, principalmente en las públicas, ellas no sólo deben asumir la protección de los Derechos de los niños a su interior, sino que tienen el deber con las comunidades a las cuales sirven, de ser líderes en la defensa y promoción de estos derechos. Para ello necesitan mirarse autocríticamente, buscando descubrir las fallas existentes, no para quedarse en la crítica, sino con una perspectiva de futuro cambio y de transformación.

Sólo cuando se logre esta transformación institucional, se garantizará una atención de calidad y una verdadera calidad de vida en los niños y niñas hospitalizados.

Realizado por el Cómite de Humanización
Hospital de la Misericordia

Bibliografía

1. Duran E, Jaramillo J, Peñaranda C y Urquijo I. La hospitalización Infantil: una visión desde la convención Internacional sobre los Derechos del niño.Tribuna de los derechos de los niños. Boletín trimestral de DNI-Colombia 4(9):13-9.
2. Duran E, Jaramillo J, Peñaranda C y Urquijo I. Como viven los niños y las niñas, la hospitalización?. Tribuna de los derechos de los niños. Boletín trimestral de DNI-Colombia 4(9): 20-7.
3. Campo, Molinello y Escallón. Transtorno de adaptación en niños hospitalizados. Revista de Pediatría 1997; 32(1).
4. Maya J. Ética en la adaptación neonatal. Revista de Pediatría 1998; 33(2): 80-5.
5. Correa M, Correa A. El vínculo niño-equipo terapéutico. Su papel protector en enfermedades crónicas en Pediatría 1997; 32(1).
6. Forero H. Tensión emocional del niño ante el médico. Pediatría 1991; 26(1).
7. Mónaco G, Fiduccia D, Smith G. Aspectos legales y sociales que afrontan los sobrevivientes de cáncer infantil. Clínicas pediátricas de Norteamérica 1997.
8. Kaplan F y Sadock. Reacciones de los niños a la enfermedad, la hospitalización y las intervenciones quirúrgicas. Compendio de Psiquiatría. Salvat Editores, Barcelona 1975; 663-6.
9. Duran E, Jaramillo J, Peñaranda C y Urquijo I. Avances en la humanización de los servicios de hospitalización pediátrica.Tribuna de los derechos de los niños. Boletín trimestral de DNI-Colombia 4(9): 39-52.
10. Duran E, Jaramillo J, Peñaranda C y Urquijo I. Análisis de la situación de los derechos de los niños hospitalizados.Proyecto diseño e implementación de una política de promoción de los Derechos de los Niños en la Secretaría Distrital de Salud. Bogotá 1998.
11. Abstract Psychogical Preparatión of children for hospitalización and surgery, Journal Pediatrics in Review 1992; 13(4):126.