Nutrición y Menopausia: Enfoque actual

María del Pilar Barrera Perdomo*
* Nutricionista Dietista U. Nacional. Magister en Nutrición clínica. Universidad de Chile.
Magister en Admón Educativa. U. Externado de Colombia. Profesora Asistente Depto. de Nutrición U. Nacional de Colombia.

Resumen

Durante la menopausia se presentan una serie de cambios que pueden constituirse en factor de riesgo par la aparición de entidades como obesidad, dislipidemias, hipertensión arterial y osteoporosis, las cuales se relacionan estrechamente con mayor morbimortalidad.

La obesidad, definida como un incremento en el contenido de grasa corporal, a un nivel que significa riesgo para la salud. Requiere un manejo integral que involucra programas de reducción de peso, los cuales deben considerar dieta, ejercicio y modificación del comportamiento.

En cuanto a las dislipidemias, se ha encontrado una asociación con la aparición de enfermedades cardiovasculares y en la actualidad se está discutiendo el papel que en el manejo dietario de esta entidad cumplen los ácidos grasos omega 3. Ya que en varios estudios se ha encontrado que éstos reducen los triglicéridos, el colesterol total. El colesterol LDL e incrementan los niveles de colesterol HDL. En relación con la hipertensión arterial, la prevención debe jugar un papel primordial para la disminución de su prevalencia.

La nutrición ofrece uno de los pocos, quizás el único camino preventivo disponible, no obstante las limitaciones en el desarrollo de estudios nutricionales en relación con esta patología.

Los factores de riesgo para osteoporosis incluyen edad, raza, sexo, estructura y composición corporal, historia familiar, menopausia prematura, nuliparidad, disminución en la ingesta de calcio, sedentarismo, uso de cigarrillos y consumo de alcohol, entre otros.

Es necesario considerar, que un recurso importante para el aporte de calcio en adolescentes y mujeres con riesgo de sufrir osteoporosis, es brindar suplementación de calcio utilizando productos lácteos.

Palabras claves: Menopausia, Indice de Masa Corporal (IMC), obesidad, colesterol total, colesterol LDL, colesterol VLDL, colesterol HDL, ácidos grasos omega-3, ácidos grasos trans, hipertensión arterial, osteoporosis.

Abstract:

After menopause, several changes that are evident may become risk factors for diseases such as obesity, dyslipidemia arterial hypertension and osteoporosis, all aof them related with major morbimortality. Obesity, undesrtood as an increase in body fat to levels that imply health risks, needs complete management, including programs for weight reduction that must consider diet, exercise, and modifying behaviors.

About dyslipemias, it has been found association with cardiovascular disease and actually the role of dietary management with Omega-3 fatty acids is being discussed; several studies have addressed that this compounds can lower tryglicrides, total cholesterol, LDL cholesterol and increase HDL cholesterol. Prevention must play a primary role for reduction in the prevalence of arterial hypertension.

Nutritional facts offer one of the few, maybe the only preventive measure avaliables, although there are many limitations in the development of nutritional studies related to this disease. Risk factors related to osteoporosis include age, race, sex, corporal structure, family history, premature menopause, nuliparous women, low calcium intake, sedentary habits, cigarette smoking and alcohol consumption. It is necessary to consider that an important calcium source for adolescent women and those with risk factors for osteoporosis, is supplementing calcium intake with milk derivatives.

Key words: Menopause, body mass index, total cholesterol, LDL cholesterol, VLDL cholesterol, HDL cholesterol, Omega-3 fatty acids, trans fatty acids, arterial hypertension, osteoporosis.

La menopausia en la mujer es un hecho biológico y natural, que conlleva una serie de cambios que pueden constituirse en factor de riesgo para la aplicación de entidades como obesidad, dislipidemias e hipertensión arterial.

Las cuales se relacionan estrechamente con mayor morbimortalidad asociada con enfermedades cardiovasculares. Otras entidades patológicas que reviste gran importancia durante este período es la osteoporosis. Es de anotar, que en la etiología de las patologías antes mencionadas están involucrados factores de tipo dietario.

El manejo integral de la mujer durante el climaterio reviste gran importancia, ya que el censo de 1993 demostró que en Colombia existían 4.100.000 mujeres mayores de 40 años. Estimándose que para el año 2000 habrá cerca de 6.000.000 mujeres mayores de 50 años1.

Es importante señalar, que el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares se incrementa con la aparición de la menopausia. En EEUU, el 46% de la mortalidad se debe a enfermedades cerebro-vasculares, cardiovasculares y el infarto agudo del miocardio entre las primeras causas de mortalidad general 3 . Un aspecto interesante de anotar es que la principal causa de mortalidad femenina en cabeceras municipales en nuestro país. Según grupos de edad en 1991, correspondían a enfermedades del aparato cardiovascular 4.

A continuación se describirán algunas de las entidades que pueden presentar las mujeres postmenopáusicas y los aspectos nutricionales más relevantes asociados con su etiología, prevención y tratamiento.

(Lea También: Dislipidemias: Nutrición y Menopausia)

Obesidad:

Se define como obesidad, a un incremento ene l contenido de grasa corporal, a un nivel que significa riesgo para la salud 5.

El diagnóstico nutricional se puede realizar a través de parámetros antropométricos, como el índice de masa corporal (IMC= Peso Kg/Talla2m) y el porcentaje de peso ideal (Peso actual/Peso ideal*100).

La FAO ha determinado los siguientes puntos de corte para evaluar IMC:

>20-<25 Normal

>25-<30 Obesidad G I

>30-<40 Obesidad G II

>40 Obesidad G III

En cuanto al porcentaje de peso ideal, un valor >120% se considera como obesidad.

Sin embargo, es importante considerar otros parámetros para realizar un diagnóstico más objetivo, entre los cuales están las estimación de la grasa corporal, la cual se puede realizar a través de la medición de pliegues cutáneos. La medición es simple, aunque la validez depende entre otros aspectos, del entrenamiento adecuado del observador.

La estimación de la grasa corporal por éste método, se basa en el supuesto que el 50% de la grasa corporal se encuentra a nivel subcutáneo. En individuos obesos, la seguridad de la estimación disminuye a medida que se incrementa el grado de obesidad. Los pliegues cutáneos más utilizados son: tríceps, bíceps, subescapular, suprailíaco.

La determinación de la relación cintura cadera también es importante, ya que permite asociar el tipo de obesidad con la aparición de enfermedades cardiovasculares. Específicamente la obesidad androide, incrementa la morbilidad y mortalidad por enfermedades circulatorias (patología coronaria y vascular cerebral), neoplasia y colelitiasis, incrementa el riesgo quirúrgico y es un condicionante de hipertensión arterial, diabetes mellitus y dislipidemias.6

Aunque no es claro el mecanismo por el cual la obesidad abdominal es un factor de riesgo para la salud:

Se podría decir que los adipocitos abdominales tienen una mayor sensibilidad a la lipasa celular, esto incrementa la lipólisis, estimula el catabolismo lipídico hepático, inhibe la acción de enzimas que favorecen el depósito y la oxidación de glucosa en el hígado y estimulan su producción hepática, ocasionando resistencia a la insulina e hiperinsulinismo.

El hiperinsulinismo, se ha asociado con la aparición de hipertensión (estimula la retención de sodio). También favorece la expresión de las dislipidemias, ya que estimula la síntesis hepática de las lipoproteínas de muy baja densidad (VLDL) y favorece el catabolismo de las lipoproteínas de alta densidad (HDL). De igual forma, se ha relacionado con la aparición de la diabetes mellitus no insulinodependiente5.

Manejo de la obesidad:

El manejo de esta entidad involucra programas de reducción de peso, los cuales deben considerar dieta, ejercicio y modificación de comportamiento. La meta del tratamiento es alcanzar un peso deseable o cercano al peso ideal y mantenerlo una vez que esto se ha logrado. Además, es importante mencionar que la reducción de peso mejora las cifras tensionales.

Debido a que en la obesidad existe un desequilibrio entre la ingesta alimentaria y el gasto energético, la restricción de calorías en la dieta es una medida fundamental para lograr una reducción satisfactoria de peso. La cuantía de la restricción calórica debe determinarse en forma individual.

Se recomienda que un programa de pérdida de peso debe combinar una dieta nutricionalmente balanceada, en ejercicio y al menor costo posible. Las características de la dieta se muestran en la tabla 1.

Tabla 1. Recomendaciones nutricionales para obesidad

Calorías
Proteínas Grasa
CHO
Fibra dietaria
Restricción, teniendo en cuenta grado
de obesidad y consumo calórico.12-15% del VCT*<30% del VCT, relación grasa
poliinsaturada/saturada>150-60% del VCT, restricción de
azúcares simples30-35 g, con aporte de fibra soluble
e insoluble

* VCT: valor calórico total.

Para que los programas de reducción de peso sean exitosos deben integrar dieta, ejercicio, modificación de actitudes y educación nutricional. Figura 1.

Programas de reducción de pesoFigura 1. Programas de reducción de peso: Manejo integral

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