Editorial: Con Relación al Congreso Nacional de Menopausia en la ciudad de Bucaramanga

Entre los pasados 3 y 5 de marzo se realizó, en Bucaramanga, el IV Congreso Nacional de Menopausia. La expectativa se centraba en que era la primera vez que se hacía un congreso de la especialidad, en una ciudad intermedia. Los anteriores habían sido realizados en las ciudades tradicionales: Cartagena, Cali, Bogotá y Medellín.

Los organizadores del evento hicieron un magnífico programa científico y tuvimos invitados internacionales de la talla de Cris Gallagher, Marco Gambaciani, Gil More, Manoel Castro de Neves y Maria Cancelo.

La tendencia del congreso fue el rescate de la TRH, por lo tanto se volvió a hablar mucho del WHI y de los estudios aleatorizados y controlados solos, como medidas que nos hagan cambiar radicalmente nuestra práctica clínica. A propósito de TRH, se está imponiendo el término TH. La diferencia entre ambos es que el primero se refiere a terapia de reemplazo hormonal y el segundo a terapia hormonal, lo que conlleva la idea de que una cosa es reemplazar, a todo el que le falta, o dar, al que haciéndole falta lo necesita y el beneficio es mayor que el riesgo. Esta fue una primera conclusión.

Se siguen sacando a la luz más deficiencias del WHI. Cris Gallagher mostró cómo en el caso del estudio cognitivo WHIMS se sacaron conclusiones con un muy reducido número de casos y se insiste en que la edad de las pacientes estudiadas estuvo por fuera del grupo de edad en el que tradicionalmente se ha estudiado; aunque de manera observacional se resalta el efecto benéfico de la terapia. Esta fue una segunda conclusión

Marco Gambacciani mostró el punto de vista europeo en el análisis de la terapia hormonal, sus riesgos y sus beneficios. Los europeos insisten en que los trabajos han sido realizados con un solo régimen de compuestos hormonales: los EEC y el AMP y que, siguen recalcando, la terapia está dada para administrarla a mujeres en la peri y posmenopausia temprana y no en la posmenopausia tardía como lo hicieron el HER y el WHI. Ellos han criticado muy duramente el uso de la epidemiología y la estadística para desinformar. Una frase de Gambacciani es elocuente: «es más peligroso para el bienestar público la deshonestidad estadística que cualquier otro tipo de deshonestidad», tal vez refiriéndose a lo que muchos hemos pensado, pues con unos mismos datos podemos, utilizando la estadística, demostrar lo que queremos. Esta fue la tercera conclusión.

Por su parte Gil More, un científico de ciencias básicas, inmunólogo, demostró la acción benéfica de los estrógenos in vitro, que la progesterona no es un antiestrógenos y, claro está, nos mostró cómo la inflamación y el proceso inmune andan involucrados en todas las funciones del organismo. Junto con la biología molecular, la inmunología es básica para que entendamos la medicina de ahora en adelante. Esta fue la cuarta conclusión.

Manoel Castro de Neves aportó la nota filosófica e histórica al asunto de la terapia hormonal, y en una de sus intervenciones demostró cómo los estrógenos no son causa del cáncer de mama y cómo los progestágenos, sobre todo los sintéticos, tienen una sospechosa implicación en el aumento del riesgo relativo de cáncer de mama.

Bueno, en general el congreso fue otra experiencia enseñadora.

En otros aspectos del Congreso, se vio la entusiasta participación de las casas farmacéuticas y las atenciones para todos los participantes. El trabajo y la hospitalidad para con los conferencistas extranjeros y nacionales de parte de los doctores Isabel Jáuregi, Claudia Santarelli, Hermes Jaimes, la enfermera Irma Moreno H. y los demás organizadores del evento fue muy grande y gratificante.

Cabe informar que tenemos nuevo presidente de la Asociación, el doctor Germán Barón, el cual se dirigirá a nuestros afiliados y lectores en otra sección de esta revista.

La próxima cita será en Barranquilla, en el 2007. Allá seguro veremos tendencias más consolidadas, en temas que siempre generarán controversia, porque en medicina nada está dicho y hay que aplicar la frase de “nunca digas nunca, jamás”.

Gustavo Gómez Tabares
Editor Jefe

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