Editorial: La Nueva Era

Primera nueva crónica
Publicidad

Con la iniciación del año nuevo se cerró una discusión sobre la nueva era: ¿estando en el año 2.000 estábamos realmente en el siglo XXI?

Había quienes argüían que el año pasado era el primer año del nuevo siglo y otros (entre los cuales me cuento) que era el último del siglo XX.

Publicidad

Hoy no es necesario discutir sobre eso. A estas alturas ya estamos irrefutablemente en el siglo XXI e iniciamos una nueva era (por ahora de almanaque solamente); estamos “pisando” el futuro que de una u otra forma soñamos cuando niños, el que nos ayudó a componer en nuestra mente la película de Kubrik, “2001, Odisea del espacio” para encontrarlo peor que el pasado gracias a la quietud o el retroceso del presente.

Y, con todos estos pensamientos, a la larga intrascendentes si no acaecen para la vida hechos que signifiquen un avance en el buen vivir de las gentes, no sentimos el gran cambio esperado gracias a las supuestas expectativas de “nueva vida” generadas por la publicidad, esa moldeadora de mentes quietas.

En lo que a la Profesión Médica y la Salud en Colombia se refiere, este sentimiento también nos cobija, igual que al resto de la gran mayoría de sus habitantes.

Lea También: Página del Presidente de la Federación Médica Colombiana

Publicidad
La recesión no ha perdonado un solo renglón de la economía del país y sus efectos se sienten de dos maneras drásticas:

El incremento del desempleo, por una parte y la defensa individual de la fuente del trabajo a como dé lugar, por parte de quienes aún lo tienen.

Este segundo efecto, generado por el temor a la pérdida de los ingresos económicos, conduce a una actitud individualista que, en el caso de la profesión médica, los empleadores han aprovechado para imponer condiciones de trabajo cada vez mas coercitivas y amedrantadoras a los médicos, los nuevos obreros de la economía colombiana. Además del recorte en tarifas de los honorarios profesionales (si aún se le puede decir así a tamaña deshonra de retribución económica).

Tal situación, además del escepticismo, la impotencia, la pasividad y el aislamiento individualista, asfixia económicamente a las organizaciones científicas y gremiales de la Medicina Colombiana y la Federación Médica no es la excepción.

En estos dias, el HERALDO MEDICO hace parte de la crisis y lucha aún por sobrevivir. Por ahora, en el futuro inmediato, no podrá el papel darle cuerpo. Pero, gracias a una de las pocas cosas del futuro hecho presente, la red de redes o Internet, será posible que continúe su existencia como lo demuestra este segundo número electrónico.

El propósito es mantenerlo vivo volviéndole a dar la periodicidad del impreso. Expresar en sus líneas las opiniones, criterios y directrices que provengan del cuerpo médico colombiano. Para volver a levantar la cabeza, pensar, reflexionar y, ojalá muy pronto, actuar.

DR. SERGIO ISAZA VILLA
SECRETARIO DE LA FMC

¿QUIERES DEJAR UN COMENTARIO?

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

NUEVA ERA, HERALDO MÉDICO VOL XXIII No 228 FEBRERO, SALUD