Programas de Prevención de Factores de Riesgo Cardiovascular
Cambios en el Estilo de Vida Adoptados por las Personas que Asisten a los Programas de Prevención de Factores de Riesgo Cardiovascular*
Luz Dary Cuervo Estupiñán**,
Magda Milena Garzón Guevara***
* Trabajo de grado para obtener el Título de Especialización en Cuidado Cardiorrespiratorio. Facultad de Enfermería. Universidad Nacional de Colombia, Sede Bogotá.
** Enfermera, Unidad de Cuidado Intensivo Médico. Fundación Santa Fe de Bogotá.
*** Enfermera, Unidad de Cuidado Intensivo Clínica San Pedro Claver
Actual. Enferm. 2003; 6(4):8-15.
Resumen
El estilo de vida es la forma individual en la que cada persona interactúa con la naturaleza, la manera como siente, piensa y actúa; es el conjunto de hábitos que se manifiestan en cada ser humano y en forma colectiva. Existen hábitos en cada individuo que favorecen su salud y que deben ser promovidos con el fin de que cada persona mejore su calidad de vida. Sin embargo, en cada una de las personas existen hábitos que no son saludables y que pueden aumentar el riesgo de padecer una enfermedad.
El cambio en los hábitos de vida no saludables, como el sobrepeso, el consumo de licor y cigarrillo, el sedentarismo, el manejo inadecuado del estrés y una dieta no saludable, reducen el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular. Pero lograr un cambio en el estilo de vida no es una tarea sencilla y depende de una férrea voluntad, disciplina y de la incorporación en un programa suficientemente amplio que le permita desarrollar actividades que disminuyan el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular como la práctica de ejercicio, el adecuado manejo del estrés, una dieta adecuada y el desarrollo de actividades que alejen al paciente del consumo de alcohol y cigarrillo. Así mismo, este programa debe brindar la suficiente continuidad, para que el cambio de actitud sea duradero. Por otra parte, toda persona independiente de su condición socioeconómica, ocupación y edad puede lograr un cambio en su estilo de vida que disminuya el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular.
Palabras clave: estilo de vida, hábitos de vida, factores de riesgo cardiovascular.
Summary
Lifestyle is the individual way in which each person takes a performance in his environment. The way each person feels, thinks and behaves is in the same way the group of habits each person has. These habits can be presented not only as an individual behavior but also as a grupal manifestation. There are habits that improve the health of people, for these reason these habits must be promoted in order to provide better life conditions. However, each person has some habits that are not healthful and can increase the risk of disease.
To change non healthful lifestyles like overweight, alcoholism, smoking, sedentarism, an inadequate stress management and a non healthful diet reduces the risk of cardiovascular disease. However to change lifestyle in people an provide alternative methods for risk factor management is not an easy task. The changes in lifestyle of people depend on the real and strong decision to change, the adquisicion of a strong discipline to avoid falling into non healthful habits and the development of a full program with activites that reduce the risk of cardiovascular disease.
Furthermore this program has to ofter to the patients the enough continuity in order to see better results in the changes of lifestyles to reduce risk of cardiovascular disease, no matter the socioeconomical level, the occupation and the age.
Key words: lifestyle changes, cardiovascular risk factor, healthful and non healthful habits.
Introducción
Las enfermedades cardiovasculares constituyen una de las más importantes causas de morbimortalidad en todo el mundo. Se entiende por enfermedades cardiovasculares una amplia variedad de enfermedades del corazón y los vasos sanguíneos, como la enfermedad coronaria, la hipertensión arterial, los eventos cerebrovasculares y la patología reumática cardiaca.(1)
No sólo se identifican las pérdidas en vidas humanas que producen las enfermedades cardiovasculares, si no las pérdidas en años de vida saludable y con calidad para quien las padece. El 60% de las muertes por esta causa, están ubicadas en países en vía de desarrollo, se calcula además que producen una carga de 43 millones de años vividos de incapacidad y 147 millones de años en AVISA (años de vida saludable perdidos por enfermedad) a nivel mundial. En Latinoamérica se estima que hay tres millones de años de vida perdidos por discapacidad y más de nueve millones de años en AVISA.(1) Según datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), en 1995, se produjeron alrededor de 1.990.700 AVISA por incapacidad y muerte.
Específicamente en la Unidad Básica de Atención (UBA) Ramajal, lugar de desarrollo de la investigación, en los datos obtenidos del registro diario de consulta externa del año 2000, se encontró que entre las 10 primeras causas de morbilidad por grupos específicos de edad en mayores de 15 años, los principales factores de riesgo cardiovascular que afectan a dicha población están: la hipertensión arterial, la dislipidemia y la diabetes.
Basándonos en la información anterior, se pretendió desarrollar un trabajo que aportara datos interesantes en el momento de desarrollar futuros programas de prevención de factores de riesgo cardiovascular y de promoción de cambios en el estilo de vida, que consideren las características propias de grupo poblacional en estudio. Haciendo un enfoque más integral de su contexto y realizando intervenciones de acuerdo con sus necesidades de salud.
De la misma forma, al conocer los cambios en el estilo de vida logrados en el usuario que está inscrito en este tipo de programas, podemos saber cuáles son las potencialidades de los usuarios que se deben fomentar, para que hayan verdaderos cambios en el estilo de vida y plantear estrategias reales de educación de enfermería.
En este sentido, se plantearon los siguientes objetivos:
1. Analizar los estilos de vida no saludables, que presentaban los usuarios de los programas de prevención de factores de riesgo cardiovascular antes de su ingreso a éste.
2. Identificar los principales cambios en el estilo de vida logrados por las personas con factor de riesgo cardiovascular objeto de este estudio.
3. Describir los cambios en el estilo de vida percibidos por los usuarios que participan en los programas de prevención de riesgo cardiovascular de la UBA Ramajal.
Metodología
Se realizó un estudio de tipo descriptivo, exploratorio con abordaje cuantitativo, para poder identificar los cambios en el estilo de vida adoptados por las personas del estudio.
Este estudio busca conocer algo no estudiado como es el cambio en el estilo de vida que han sufrido las personas con la implementación de los programas de prevención de riesgo cardiovascular en una comunidad. “Los estudios exploratorios sirven para familiarizarnos con fenómenos relativamente desconocidos, obtener información sobre la posibilidad de llevar a cabo una investigación más completa sobre un contexto particular de la vida real.”(2)
Para el desarrollo de la presente investigación, se utilizó una encuesta diseñada por las investigadoras, ya que no se encontró un instrumento dentro de las investigaciones sobre estilos de vida que midiera el cambio en el estilo de vida de las personas. Dicho instrumento, permite conocer los estilos de vida de los encuestados antes de entrar al grupo de hipertensos y de recibir educación sobre el control de los factores de riesgo, lo que permite conocer los estilos de vida no saludables que presentaban las personas al inicio del proceso y los cambios que han sufrido con la educación, las sesiones recreativas, los encuentros ecológicos, las caminatas, las sesiones de ejercicio, el seguimiento de enfermería, el control de la tensión arterial y demás actividades que se desarrollan en la UBA Ramajal. (Anexo 1).
Universo
Lo constituyen todas las personas con factor de riesgo cardiovascular, en la Localidad Cuarta San Cristóbal en Bogotá, en el área de influencia de la UBA Ramajal. El número de personas del universo está dado por el factor de riesgo hipertensión que se ha obtenido de los datos de consulta externa de la Institución Prestadora de Ser-vicios (IPS) VIVIR y suman un total de 5704 personas.
Población
Está comprendida por personas, con factores de riesgo cardiovascular identificados en el servicio de consulta externa de la UBA Ramajal, ya sea por medio de historia clínica médica o por valoración de enfermería, que pertenezcan a los programas de prevención de factores de riesgo cardiovascular.
Este grupo está conformado aproximadamente por 302 personas que se encuentran distribuidos en 11 grupos de trabajo.
Muestra
Está comprendida por 42 personas, de los dos sexos, que forman parte de los programas de prevención de riesgo cardiovascular y que cumplen con los siguientes criterios de inclusión:
1. Ser miembro activo del programa.
2. Tener factor de riesgo cardiovascular conocido.
3. Haber recibido educación sobre el control de riesgo cardiovascular por lo menos durante siete meses.
Descripción del Programa
Permanencia en el programa: ésta va desde los siete meses hasta los cuatro años. El 38,1% representan el mayor grupo de permanencia, correspondiente a tres años, en segundo lugar de permanencia, se encontró que 23,8%, corresponde a las personas que han estado por cuatro años, sólo 19% de los integrantes llevan dos años en el programa seguidos por 7,1% quienes llevan un año. Tres años y medio de asistencia lo tienen el 4,8% y seis años, siete meses y once meses, constituye cada uno 2,4% de la población.
De esta forma se pudo ver que la mayoría de los pacientes tienen una permanencia alta en el programa que puede significar un dato objetivo para suponer que éste ha logrado un cambio en los participantes que los motiva a seguir asistiendo.
Frecuencia de asistencia al programa: al programa asiste, tres veces por semana, 45,2% de las personas, 42,9%, dos veces por semana, 4,8% una vez por semana y 7,1% asiste una vez al mes. Esto significa que la asistencia al programa es alta, entre dos a tres veces por semana asisten 88,1%.
Con respecto a la asistencia a los servicios de salud, el 54,8% asistía una vez al año a las diferentes áreas que ofrece el centro de salud; el 28,6% asistía una vez al mes, 9,5 % asistían cuando estaban enfermas, el 4,8% asistía cada dos años y el 2,4% asistía una vez a la semana.
Se puede analizar que un alto porcentaje de la población solamente asistía al servicio de salud anualmente, para cualquier tipo de control.
Asistencia a los servicios de salud después del ingreso al programa: del total de encuestados 83,3% personas asisten actualmente a los diferentes servicios de salud, 9,5% de los pacientes asiste una vez al año y 2,4% de las personas restantes asiste dos veces por mes, cada tres meses y cuando se enferma, para cada caso. Este aspecto es el primer cambio en el estilo de vida que podemos analizar, pues se encontró un aumento bastante importante en la asistencia de las personas a los servicios de salud, que puede significar un aumento en el autocuidado de los integrantes.
Resultados
Datos demográficos
Las personas que participaron en el estudio, se encuentran en un rango de edad que oscila entre los 30 y 79 años, concentrándose el mayor número de personas, 66,6%, entre las edades de los 50 a 69 años de edad. La distribución por sexo corresponde en su mayoría a mujeres (90,5%). En cuanto al estado civil se encontró que 52,4% son casados, seguidos por 14,3% que son solteros, lo que puede constituir un soporte familiar importante para estas personas, pero que en ocasiones también puede agregar una carga emocional estresante a quienes conviven en pareja. Referente a la ocupación, la mayoría, 85,7% de la población entrevistada se dedican al hogar, amas de casa, seguidos de pensionados (4,8%), se puede decir que es un factor positivo a favor de estas personas, ya que es un grupo motivado para las actividades recreativas y por el cambio de estilo de vida no saludable.
Estilo de Vida
Consumo de cigarrillo
De las 42 personas encuestadas, el 78,6% no fumaba al iniciar la encuesta, 19% eran exfumadores y un 2,4% fumaba. De las personas que contestaron positivamente a la pregunta: usted fuma o es exfumador, fue significativo que, el 22,2% fumaba 1 cigarrillo diario, 22,2% fumaban 2 cigarrillos diarios, 11,1% fumaban 4 cigarrillos diarios, 11,1% fumaban un cigarrillo cada semana, un 11,1% fumaba de 2 a 3 cigarrillos al día. (Tabla 1)
la pregunta, cuántos cigarrillos fuma después de ingresar al programa: el 88,8% de las personas contestó no fumar en la actualidad y sólo 11,1%, continúa fumando un cigarrillo semanal, lo que demuestra la disminución de consumo de cigarrillo tan grande que han logrado las personas al ingresar al grupo de control de la hipertensión de la UBA Ramajal.
A la pregunta, cuánto tiempo lleva o llevaba fumando: el 33,3% contestó que 20 años lo cual es un antecedente de riesgo bastante importante para enfermedad cardiovascular. 22,2% llevaban fumando 5 años, 11,1% llevaba 10 años, otro 12 años y otra 15 años.
Hábito de actividad física
A la pregunta, cuántas veces realizaba ejercicios por semana antes de su ingreso al programa: 7,1% lo practicaban todos los días, 4,7% tres veces por semana, 21,4% una vez por semana y 64,2% nunca y ocasionalmente 2,4%. Lo que muestra un gran porcentaje de personas, sedentarias y poco activas.
A la pregunta cuántas veces realiza ejercicio a la semana después de ingresar al grupo: el 59,5% contestó que practicaba ejercicio tres veces por semana, 16,6% todos los días, 14,2% dos veces por semana y 2,4% cuatro veces por semana. (Tabla 3)
Podemos apreciar el incremento tan importante en la actividad física que han tenido los integrantes de este grupo, el cual es apreciable en cada sesión de ejercicios en la UBA Ramajal, en los paseos, caminatas y demás actividades que allí se realizan.
A la pregunta cuál era la duración de las sesiones de ejercicio antes de ingresar al grupo, 46,6% contestaron que 20 a 30 minutos al día, otro 46,6% más de 30 minutos y 6,6% de 10 a 19 minutos.
Acerca de cuál es la duración de las sesiones de ejercicio después de ingresar al grupo. El 78,5% de las personas contestó que más de 30 minutos, 19% de 20 a 30 minutos y 2,4% de 10 a 19 minutos.
Podemos apreciar que no solamente el ejercicio aumentó en frecuencia, sino en cantidad de tiempo por sesión, lo que significa que éste cumple con los requisitos para lograr disminución en el riesgo cardiovascular en cuanto al estilo de vida de las personas.
Antes del ingreso al programa, 59,5% caminaba 30 minutos consecutivos al día. Luego del ingreso al programa el 92,8% manifiestó caminar 30 minutos consecutivos al día, mientras que el 7,2% restante no.
De los anteriores resultados podemos analizar el cambio tan importante en cuanto a la actividad física de los integrantes del grupo y el cambio de estilo de vida sedentario a un estilo de vida activo que contribuye a su salud cardiovascular.
Control de peso
En el ítem variación de peso desde el ingreso al programa 69% disminuyeron de peso, 16,6% no tuvieron cambio y el 14,2% aumentó de peso.
Para una mayor especificación de la proporción del cambio de peso la distribución se realizó por cantidad de kilos aumentados o disminuidos. 16,7% no presentó cambio de peso. (Tabla 4)
En los anteriores resultados podemos ver la tendencia a la disminución de peso que han tenido los integrantes del grupo y la disminución de peso en algunas personas es muy significativo como para lograr el cambio de vida sedentario.
Hábito alimentario
A la pregunta, ¿que incluía su alimentación diaria al desayuno? en primer lugar, se encontró el pan en 78,5% de los encuestados, un promedio bastante importante para un producto como el pan, que siendo una harina procesada puede producir sobrepeso, después del ingreso al programa su consumo disminuyó al 50%, lo que muestra un disminución importante en el cambio de este tipo de alimento que significa un cambio positivo en la nutrición de las personas.
En segundo lugar de consumo se encontró el chocolate un 59,5% de los pacientes lo consumían antes del ingreso al programa y después del ingreso al programa su consumo disminuyó a 45,2%. En tercer lugar, se encontró que el huevo lo consumen alrededor de 50% de las personas y en la actualidad es consumido por 23,8%. Esto nos demuestra que se han logrado cambios y disminución en el consumo de alimentos no saludables, se puede analizar también con respecto al alimento que se consume entre el desayuno y el almuerzo que para efecto de este estudio denominamos “onces”: el 42,8% no consumían onces, el 57,2% si las consumían, lo que se esperaría de este consumo entre comidas es que no sea un producto con alto aporte de carbohidratos, que es en últimas lo que contribuye al sobrepeso.
Entre las personas que consumían onces el mayor promedio de consumo lo tiene el café con leche que era consumido por 58,3% factor que puede ser riesgoso para personas que consumían leche entera y azúcar. En segundo lugar se encuentra el pan con 20,8 % de consumo antes de ingresar al programa, en tercer lugar de consumo en las onces se encuentra el ponqué con un 16,6% que corresponde a una harina procesada, que también es un factor que contribuye al sobrepeso.
Luego del ingreso al programa el número de personas que consumían onces disminuyó a 45,3%, lo que puede significar una disminución del riesgo de aumentar de peso, el consumo de café con leche disminuyó a 52,6%, el consumo de pan también disminuyó a 15,7% y el consumo de ponqué al 0% lo que muestra en cifras reales disminución de los aportes calóricos en las onces que consumen las personas.
En los resultados del estudio antes de ingresar al programa se encontró que para el almuerzo el consumo más alto era la sopa y el arroz 85,7% cada uno que lo consumen y en tercer lugar se encuentra la carne con 54,7% de consumo, la papa tiene un promedio de consumo de 52,3%. Agrupando por clases de alimentos podemos apreciar que lo que consumían eran las harinas, antes del ingreso al programa, las verduras crudas tenían un promedio bajo de consumo 7,1%.
Posterior al ingreso al programa el consumo de sopa disminuyó a 78,5%, el consumo de arroz aumentó a 90,4% probablemente compensando la disminución en el consumo de sopa, el consumo de carne de res también au-mentó a 57,1%, cambio no muy significativo, el consumo de papa disminuyó a 40,4%, el consumo de harinas como el de plátano disminuyó de 50% a 25,5%, el consumo de verduras aumentó a 35,7%. Lo que demuestra que las sesiones educativas acerca de cambios en los hábitos alimentarios han logrado efectos en el grupo de control de factores de riesgo cardiovascular.
Para efectos de este estudio hemos llamado a la comida entre el almuerzo y la cena “refrigerio”, el cual lo to-maban 33,3% antes del ingreso al pro-grama mientras que 66,6% toman diferentes alimentos.
El café en leche ocupó el primer puesto con 42,8% (doce personas) seguido por las tostadas con 17,8% (cinco personas), las gaseosas con azúcar eran consumidas por el 14,2% (cuatro personas) y la fruta 3,5%.
Después del ingreso al programa el café con leche continuó siendo el alimento con mayor consumo a la hora del refrigerio con 45%, el consumo de tostadas fue solamente del 5%, el consumo de pan continuó igual que antes y después del ingreso al programa en cuatro personas, el consumo de gaseosas en el refrigerio desapareció y las frutas aumentaron su aceptación entre los asistentes al programa en un 20%.
En el refrigerio se ven grandes cambios, disminución en harinas y azúcares y aumento en el consumo de frutas además de la disminución en el número de personas que consumen refrigerio, un paso más hacia el logro del cambio en el estilo de vida del grupo.
En la comida (cena) los alimentos más consumidos son la sopa y el arroz por un 73,8% cada uno, otro alimento de alto consumo es la carne de res para un 50%, aunque esto no significa un riesgo real, sino relativo al tipo de carne y la cantidad de la misma. En un lugar alto de importancia en la cena se encuentra la papa con 47,6% y se muestra también la ausencia de alimentos saludables como el pescado, la fruta y un muy bajo porcentaje de verduras 7,1%.
El alimento más consumido luego del ingreso al programa fue el arroz con 64,2% que disminuyó con respecto a los datos arrojados antes del ingreso al programa, las sopas disminuyeron de 73,8% a 57,1%. La carne de res también disminuyó a 38,1%. El cambio más significativo fue en la papa que disminuyó a 21,4%, tampoco hubo con-sumo de pescado ni fruta, cambio que puede ser promovido y que no ha logrado aún el programa.
Finalmente antes de acostarse, el 78,5% no consumía nada, sí consumían algo 21,5%. De éstas, 33,3% tomaban tinto antes del ingreso al programa y 22,2% tomaban jugo, y 1,1% agua de panela, ponqué, leche y pan, cada uno. Después del ingreso al programa el consumo de tinto disminuyó a 11,1%. El jugo continuó siendo consumido por 22,2%, el consumo de agua de panela desapareció, continuó el consumo de ponqué por un 11,1%, el consumo de pan desapareció y aumentó el consumo de té en una persona para 11,1%. El cambio, aunque no fue tan importante como en los anteriores ítem es posible percibir que se ha logrado también un cambio, que las personas consuman agua y que disminuyan el consumo de harinas.
Hábito de consumo de licor
A la pregunta, ¿consumía licor antes del ingreso al programa?: contestaron sí 33,3%, no 66,7%. Observándose un porcentaje alto de personas que consumían licor, un antecedente bastante importante en el estilo de vida.
Con respecto a la frecuencia del consumo de licor, antes del ingreso al programa entre las personas que contestaron afirmativamente a la pregunta anterior tenemos que diariamente consumía licor 7,1%, semanalmente 14,3%, mensualmente 7,1% y ocasionalmente consumían licor 71,4%.
Con respecto a la frecuencia de consumo de licor encontramos que la mayoría de los que consumían licor lo hacían ocasionalmente siendo de esta forma un factor de riesgo menor.
En cuanto a la pregunta, cuántas porciones de licor consumía, la mayor par-te consumían de 1 a 5 porciones 78,6% de los encuestados, 14,3% consumían de 5 a 10 porciones y solamente una personas consumía de 10 a 15 porciones, lo que demuestra que el consumo no es muy alto ya que en su mayoría el 78,6% sólo consumían de 1 a 5 porciones.
A la pregunta, ¿usted consume licor después de su ingreso al programa? Contestaron afirmativamente 10%, negativamente 90% lo que muestra una disminución importante en el consumo de licor. En cuanto a la frecuencia de consumo diario, éste desapareció, al igual que el consumo semanal mientras que el mensual aumentó a 50%, lo cual puede deberse a la disminución de la frecuencia de los consumos anteriores y el consumo ocasional disminuyó al 50% restante, que muestra también que la frecuencia de consumo de licor ha disminuido. Finalmente en cuanto a la cantidad de licor con-sumido de 1 a 5 porciones disminuyó a 75%, de 5 a 10 porciones a 25% y el consumo alto de 10 a 15 porciones desapareció. (Tabla 5) Lo que demuestra que el hábito en el consumo de licor se ha modificado en cuanto a la disminución en la cantidad de quienes lo consumen, la cantidad que se consume y la frecuencia de su consumo, lo que disminuye en gran manera el factor de riesgo.
Manejo del estrés
El último de los hábitos considerados es el manejo del estrés, para el cual inicialmente se preguntó si las personas dedicaban tiempo antes de su ingreso al programa a actividades recreativas, 35,7% respondió afirmativamente y 64,3% restante no realizaban actividades recreativas. Con respecto al tiempo que dedicaban para estas actividades las personas que lo hacían, 6,7% dedicaba menos de 30 minutos al día, 66,7% entre 30 y 60 minutos, entre una y dos horas al día 6,7%, más de dos horas al día 20%.
Con respecto a la frecuencia de la práctica de estas actividades 33,3% lo hacían diariamente, interdiario 13,3%, semanalmente 20% y ocasionalmente el 33,3% restante. Después del ingreso al programa 95,2% de las personas practica actividades recreativas y 4,8% no las practican. Se puede percibir el aumento tan importante de la recreación en estas personas ya que lo han incorporado a su estilo de vida.
Con respecto al tiempo que actualmente dedican a su recreación, 5% dedican menos de 30 minutos, 77,5% dedica de 30 a 60 minutos diarios. Entre una y dos horas diarias 5%, 2,5% dedican más de dos horas al día, 5% dedican solamente tiempo a su recreación en los paseos, en la noche 12,5% y los fines de semana 2,5%, lo que muestra un aumento en la cantidad de tiempo dedicado a la recreación.
Con respecto a la frecuencia de práctica de las actividades recreativas 30% lo realiza diariamente, 45% interdiario, 15% lo realiza semanalmente y ocasionalmente 10%.
Un cambio muy significativo de la práctica de las actividades recreativas lo que contribuye al manejo del estrés de las personas y significa un cambio positivo en el estilo de vida de las personas que asisten al programa.
En un segundo punto analizado del manejo del estrés, se realizó la pregunta cómo manejaba el estrés antes del ingreso al programa, 50% de las personas respondió que de ninguna forma, el porcentaje restante tuvo respuestas muy variadas entre las que se encontraban: durmiendo 9,5%, toman-do licor 2,4% y comiendo 11,9%. Las anteriores actitudes son reacciones que pueden aumentar riesgos como la obesidad, el sedentarismo y además no contribuyen en la solución de problemas, ni en la disminución del estrés en forma constructiva.
Luego del ingreso al programa se presentaron cambios muy importantes como el aumento de estrategias para el manejo del estrés, ya que a la pregunta cómo maneja el estrés luego de su ingreso al programa sólo 14,3% respondió que de ninguna forma, el 31% caminando, el 11,9% responde que con la recreación de las sesiones en grupo, el 7,1% con actividades manuales y 9,5% afirman que realizando ejercicio, lo cual, no sólo demuestra que la gente busca formas más saludables de escape al estrés, sino que lo manejan positivamente con actividades nuevas que han desarrollado durante las sesiones y los talleres en grupo.
Conclusiones
Las personas que participaron en el estudio son en su mayoría adultos mayores y ancianos, es una población predominantemente de mujeres, el estado civil de la mayoría es casado y la ocupación, ama de casa en un gran porcentaje de los encuestados. La permanencia de la mayoría de las personas en el programa, es de tres años y la mayoría de los participantes de este estudio asisten tres veces por semana a las sesiones en grupo. La consulta a los diferentes servicios de salud (medicina, enfermería y odontología) ha llegado a unos niveles altos de asistencia, una vez al mes en la mayoría de las personas.
El hábito de fumar disminuyó entre las personas en cuanto a consumo, frecuencia y cantidad de cigarrillos fumados, lo que muestra una disminución en el hábito de consumo de cigarrillo y por consiguiente disminución de este factor de riesgo.
Con respecto a la actividad física ésta aumentó de gran manera entre las personas pertenecientes al estudio. El aumento de la actividad física se vio no solamente en el número de personas que practicaban ejercicio sino también el tiempo que dedican éste y la frecuencia de la práctica del mismo.
En los hábitos alimentarios aunque de forma no tan sustancial se presentaron cambios en cuanto a disminución en el consumo de harinas en todas las comidas diarias y las comidas entre éstas, el aumento en el consumo de frutas y verduras, un ligero aumento en el consumo de agua y disminución de comida entre comidas. La disminución de peso en las personas se presentó en gran número y en un gran porcentaje de kilos perdidos después del ingreso al programa, que pueda deberse no sólo al cambio en los hábitos nutricionales sino al aumento en la actividad física.
En cuanto al consumo de licor éste disminuyó en el número de personas que lo consumen, la frecuencia de consumo y la cantidad de licor consumido.
Acerca del manejo del estrés las personas han mostrado un cambio importante en la adopción de estrategias de enfrentamiento a situaciones estresantes, aumento en la práctica de actividades recreativas, el incremento en el tiempo diario de dedicación a las mismas y la frecuencia de práctica de estas actividades.
Pese a la condición socioeconómica humilde de las personas pertenecientes al grupo de control de riesgo cardiovascular de la UBA Ramajal, se ha demostrado en este estudio que el cambio se puede lograr en las personas independientemente de su estrato socioeconómico, su ocupación y su edad y solamente se requiere un programa suficientemente amplio que abarque varios aspectos del estilo de vida de las personas, con estrategias que motiven al cambio y con una continuidad lo suficientemente amplia para lograr el análisis de las deficiencias del programa para obtener los cambios en las personas y en los grupos con la finalidad de cambiar los hábitos no saludables en hábitos saludables y un estilo de vida que logre disminuir los factores de riesgo cardiovascular.
ANEXO 1
DESCRIPCIÓN DEL INSTRUMENTO
La encuesta consta de las siguientes partes:
Datos personales, hábitos de vida como son: habito de fumar, actividad física, hábitos alimentarios, consumo de licor, recreación y manejo del estrés.
Datos de recolección de información
Contiene fecha de realización, número de encuesta, nombre del encuestado, y la presentación del objetivo de la encuesta.
Datos personales
Contempla los siguientes datos, edad, sexo, estado civil, ocupación, tiempo de permanencia en el programa frecuencia de asistencia a las sesiones, frecuencia de asistencia a los servicios de salud. Estos nos permiten identificar generalidades de la población a estudiar.
Datos de cambio de hábitos
La aplicación de la encuesta permite obtener información acerca de:
Hábito de fumar: permite saber si el encuestado es fumador, exfumador, si nunca ha fumado y el numero de cigarrillos al día y si ha tenido cambios en este hábito desde su incorporación al programa.
Hábito de actividad física: permite conocer si el encuestado realiza actividad física o tiene un estilo de vida sedentario y si cambio este habito desde su ingreso al grupo.
Hábitos alimentarios: en esta sección de la encuesta se indaga acerca de la alimentación que consume y si ha tenido cambios en ésta durante el tiempo que ha permanecido en el programa.
Hábito de consumo de licor: nos permite saber si el entrevistado consume licor o lo consumía y si este hábito ha variado por medio de la educación recibida en el grupo.
Hábito de recreación y manejo del estrés: en esta última parte de la encuesta la información que se pretende recabar es acerca de la forma cómo las personas que componen la muestra de la investigación manejan su estrés, las actividades recreativas que practican y si ha tenido algún cambio en estos hábitos mejorando su tolerancia al estrés y aumentando su nivel de actividad física.
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