La Salud en el Mundo Universitario, Antecedentes

La salud de los adolescentes y jó­venes

La salud de los adolescentes y jó­venes es clave para el avance social, económico y político de cualquier país.

Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la situación actual y las perspectivas futuras de los adoles­centes y jóvenes. En la próxima déca­da. Están condicionadas por cuatro tendencias recientes que afectan a los países de la Región: la crisis econó­mica que implica una pérdida de ca­pital. La necesidad de reestructuración económica y el desarrollo de la com­petencia tecnológica y la competitivi­dad internacional, el resurgimiento y la consolidación de los sistemas de­mocráticos, la tendencia a largo plazo de mejorar los niveles educacionales en cada cohorte sucesiva de jóvenes. Y los cambios de las instituciones y de los valores culturales. Debido a la glo­balización e integración de las comu­nicaciones y el transporte.(1)

Reconocer que el desarrollo y la salud de los adolescentes y jóvenes es un elemento básico para el progreso de un país representa un cambio signifi­cativo en la percepción que se ha te­nido tradicionalmente de los jóvenes y por ende. Deberá tener un impacto significativo en la formulación de las políticas y programas que para ellos se determinen.

Por tanto, no es utópico pensar que el bienestar y desarrollo de los adolescentes y jóvenes es uno de los desafíos más importantes para cual­quier gobierno y por ende para cual­quier tipo de institución que los alber­gue y tenga que ver de alguna manera con su formación.

Dado que cualquier decisión, programa o proyecto que en ellas se formule, afectará a un grupo en edad particularmente vulnerable desde el punto de vista social, econó­mico y de salud.(‡)

Algunas cifras generales

Los adolescentes -10 a 19 años- y los jóvenes -15 a 24 años- constituyen al­rededor de 32% de la población de América Latina y el Caribe.(2) El 80% vive en zonas urbanas y uno de cada tres se encuentra en situación de po­breza.

El crecimiento de la población adolescente de la región genera una demanda creciente a los sistemas de salud, de educación y de trabajo.

Ade­más, la proporción de población ado­lescente es mayor en aquellos países menos desarrollados y con menos recursos. La situación se agrava por la migración urbana, fundamental­mente en los sectores marginales. Lo que dificulta aún más el acceso de este grupo de edad a los servicios y a la inserción en el mercado laboral, con el aumento consiguiente de la delincuencia y violencia juvenil.

El impacto de la adversidad económica en los adolescentes en América Latina y el Caribe es enorme y se relaciona con una menor disponibilidad de ali­mentos, sistemas educacionales in­adecuados, acceso insuficiente a la salud, a las actividades deportivas y recreativas, desesperanza y pesimis­mo, especialmente en las regiones con problemas políticos y de tráfico de drogas.(3)

En América Latina, entre 40% y 50% de la población económicamente ac­tiva son adolescentes entre 15 y 19 años, con una relación 2:1 entre va­rones y mujeres. El desempleo en adolescentes es dos veces mayor que en otras edades.

Una alta proporción de los adolescentes que trabajan lo hacen en el sector informal, con bajos salarios, pobres condiciones de traba­jo y sin los beneficios de seguridad social. Además, estos jóvenes se que­dan con dos años menos de escola­ridad y 20% menos de salario de por vida.(1)

Algunas cifras en Salud de los Adolescentes y Jó­venes

La información epidemiológica sobre los adolescentes es escasa y está in­fluenciada por un marco conceptual limitado a sus conductas de riesgo.

Por lo general, las estadísticas locales y nacionales de salud no están des­glosadas por grupo de edad de 10 a 14 años, de 15 a 19 (adolescentes) y de 15 a 24 (jóvenes) ni por sexo, lo que di­ficulta las comparaciones entre comu­nidades, países o subregiones.

Por esta razón es indispensable el diseño de indicadores que permitan medir los efectos positivos de los programas pro­motores del desarrollo saludable, ade­más del impacto de los problemas so­bre la mortalidad y la morbilidad.

Las causas principales de defunción entre los adolescentes (10 a 19 años de edad) son externas. Lo cual incluye homici­dios, suicidios, accidentes y traumatis­mos. El suicidio, cuya incidencia es relativamente baja en los países menos desarrollados de la Región y alcanza su nivel más alto en los Estados Unidos y Canadá. Ha empezado a aparecer en las estadísticas de algunos países lati­noamericanos como Argentina, México y Venezuela.

Existe poca información sobre indi­cadores positivos de la sexualidad y desarrollo en la adolescencia. Algunos expertos han señalado acertadamen­te que se necesita más investigación sobre los valores, la identidad sexual y los roles de género en la sexualidad de los adolescentes en la Región.

La mayoría de lo que se conoce se refie­re a resultados negativos, de los cua­les el más publicitado es el embarazo de adolescentes.(§)

Lea También: La Salud en el Mundo Universitario, Metodología

Las cifras colombianas en Salud de los Adolescentes y Jó­venes

Para la legislación colombiana, joven es toda persona entre 14 y 26 años, mientras que para la Organización Mundial de la Salud -OMS-. Se consi­dera como población juvenil las per­sonas entre 10 y 24 años. Consideran­do por separado tres grupos de edad: 10 a 14 (preadolescentes), 15 a 19 (ado­lescentes jóvenes) y 20 a 24 (jóvenes) y dos grupos de edad resumen: 10 a 19 (adolescentes) y 10 a 24 (población juvenil).

Esta separación por grupos de edad es considerada de gran im­portancia y utilidad, pues las necesi­dades, problemas y expectativas va­rían considerablemente en cada uno de los grupos.

Aun así, como lo reconoce la propia Organización Panamericana de la Sa­lud, la información epidemiológica sobre los adolescentes y jóvenes co­lombianos es escasa. Además, las es­tadísticas de salud generalmente no están desagregadas por grupos de edad ni por sexo lo cual dificulta su análisis y reduce su utilidad en el campo de la juventud.

A pesar de esto se ha podido captar información en tres ámbitos, la salud sexual y reproductiva. El consumo de sustancias psicoactivas y la acciden­talidad y seguridad social, informa­ción que obviamente debe ser enri­quecida con estudios posteriores.

Al iniciar el siglo XXI, Colombia cuen­ta con una estructura de población joven. Los menores de 25 años repre­sentan 50% en el área urbana y 53,4% en el área rural. Esta diferencia tiende a decrecer lentamente, pero en gene­ral se estima que se mantendrá por lo menos dos décadas más.(4)

Según datos de la Encuesta Nacional de Demografía y Salud, la primera relación sexual ocurre a edades más tempranas con el paso del tiempo. Así, 44,5% de las mujeres entre 20 y 25 años de edad reporta haber inicia­do sus relaciones antes de los 18 años.

La iniciación temprana de las relacio­nes sexuales:

Es más frecuente en los estratos bajos, los hombres adolescen­tes consideran que la edad ideal para iniciar relaciones sexuales es 17 años y las mujeres 18. Aún así se observa que la edad promedio de la primera relación sexual es 13 años. Para los hom­bres y 15 años para las mujeres, cua­tro años menos de lo que ellos mis­mos consideran ideal.(4)

El 15% de las adolescentes de 15 a 19 años ya han sido madres y 4% están embarazadas de su primer hijo. Es de­cir que 19% han estado embarazadas o tenido partos. En comparación con el 10% en el año 1990.

La problemá­tica familiar y la negación social y cultural de que los adolescentes pue­den ser seres sexualmente activos, con­tribuyen a elevar los niveles de riesgo de aborto. El temor a reconocerse fren­te a los adultos como personas con experiencia sexual. Hace que muchos asuman el aborto como alternativa para ocultar sus relaciones sexuales.

CLIC AQUÍ Y DÉJANOS TU COMENTARIO

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *