Caracterización de Trauma Arterial Periférico, Discusión

El trauma, tanto en el mundo como en Colombia, específicamente en el departamento del Huila, es una de las consultas más frecuentes en los ser­vicios de urgencias10. Aunque el traumatismo cerrado es una causa común de la presentación de trauma agudo en la población civil en todo el mundo, la creciente violencia urbana en nues­tra región ha producido un aumento del trauma penetrante producido por disparos con arma de fuego y heridas por arma blanca5,10,11.

Es así como el Hospital Universitario Hernando Moncaleano Perdomo, de la ciudad de Neiva, se ha convertido en un centro de referencia para la atención y el manejo respectivo de los pacientes víctimas de trauma, y dado que cuenta con el servicio de Ci­rugía vascular periférica, es el punto de manejo específico del trauma vascular periférico en el Sur de Colombia.

Los datos de la prevalencia del trauma vascu­lar periférico en las series mundiales y diferentes estudios, es baja; oscila entre el 0,65 al 1,4 % del total de las consultas1,11,12, con algunas excepciones como los traumas vasculares en zonas de com­bate, cuya prevalencia está entre el 17 al 24 %8.

El presente estudio mostró una prevalencia de 1,5 % (54 pacientes en 3 años de seguimiento), situa­ción que pone en evidencia la alta tasa de trau­ma vascular (arterial periférico) que acaece en el departamento del Huila, y la importancia de poseer experiencia y conocimientos adecuados y actualizados sobre el tratamiento de este tipo de trauma.

De acuerdo con los resultados de este estudio, la población más afectada por trauma arterial periférico son los pacientes jóvenes, con edad promedio de 26 años, socialmente productiva, principalmente del género masculino, a causa de lesiones arteriales secundarias, especialmente de heridas por arma cortopunzante y cortocon­tundente, datos similares a los reportados por diferentes autores nacionales e internaciona­les3,5,7,10,11,13-15.

Tipo de reparación según arteria

En los hallazgos clínicos de los pacientes ob­jeto de estudio, el principal signo duro de trauma vascular fue el sangrado pulsátil (59,3 %), seguido de ausencia de pulso (25,9 %) y hematoma ex­pansivo (24 %); respecto a los signos blandos, el principal fue la herida en trayecto vascular; una cohorte de 92 pacientes muestra que la presencia de signos duros fue de un 77 %, en cuyo caso la ausencia de pulso fue el principal signo (40 % de los pacientes), seguido de sangrado pulsátil (26,8 %) y hematoma expansivo (2,3 %)10,16. Otros estudios muestran una prevalencia de signos du­ros del 29,3 %, dato que es inferior a lo observado en nuestro estudio9.

En lo concerniente a los resultados sobre ha­llazgos intraoperatorios, se evidencian lesiones con compromiso de extremidades, mayormente de miembros superiores (arteria cubital y radial), seguida por lesiones en miembros inferiores (ar­teria femoral común), datos que van de la mano con resultados de estudios locales e internacio­nales3-5,10,14.

Respecto a otra literatura internacio­nal, algunos estudios muestran que la principal región afectada son las extremidades, pero en porcentajes menores a los observados en nuestro estudio (59 vs. 87 % respectivamente)1, mientras que otros muestran que las principales regiones afectadas son la cabeza y el cuello; la arteria ca­rótida interna es la más comprometida7.

Las principales lesiones arteriales encontra­das fueron la transección, seguida por la oclusión del vaso (trombos), datos concordantes con la literatura4,7. En la mayoría de los casos las lesio­nes anteriores requirieron reparación primaria (anastomosis término-terminal), en tanto que el uso de injerto invertido de safena, datos similares a los reportados en la literatura7,10,11,17, dependió de la magnitud del trauma, la pérdida de longitud arterial y el estado de los cabos distal y proximal del segmento afectado.

En esta institución de tercer nivel del depar­tamento del Huila, el trauma vascular fue aten­dido principalmente por el servicio de Cirugía general, a excepción de algunos casos que fueron manejados por servicios como Cirugía de trau­ma y Cirugía vascular periférica (5 y 9 pacientes, respectivamente), contrario a algunos trabajos de la literatura mundial en los que se menciona un mayor porcentaje de atención de este tipo de trauma por parte del servicio de Cirugía vascu­lar1,4, fenómeno que se explica por las mejores condiciones de los sistemas de salud en el ámbito internacional y la disponibilidad de este servicio las 24 horas en algunas instituciones.

De acu­erdo con la magnitud del trauma y las lesiones asociadas, el 27,4 % de esta población requirió un manejo en la unidad de cuidados intensivos.

De los traumas arteriales atendidos en este Hospital, debido al lugar de procedencia, en algunos de casos de áreas rurales y centros de atención de primer nivel distantes, el 31,5 % tuvo tiempos de isquemia crítica de las extremidades afectadas, mayor a 6 horas (promedio 9 horas), situación que aunque no se concluyó estadística­mente en este estudio, pudo influir directamente en el pronóstico y los resultados posquirúrgicos de estos pacientes, apoyado en las conclusiones de algunos estudios internacionales en los que se aclara la importancia de la revascularización de las lesiones arteriales en las primeras 6 horas posteriores al trauma, logrando así mejores resul­tados posquirúrgicos y menores tasas de pérdida de extremidades11.

Igualmente, se logró identi­ficar a la trombosis arterial y a la amputación como las principales complicaciones posoperato­rias de esta población; cabe resaltar la alta tasa de amputación, la cual duplica significativamente las obtenidas en el ámbito internacional (5 %), según datos reflejados en diferentes estudios12,16.

Todo lo anterior permite evidenciar la im­portancia que tiene el trauma arterial periférico en el departamento del Huila, y la razón por la que se debe trabajar en pro de mejorar la con­diciones prehospitalarias y hospitalarias, para brindar una mayor calidad de atención médico-quirúrgica a este tipo de pacientes, que permita optimizar al máximo el pronóstico posquirúrgi­co de los mismos, modificando variables como transfusión de hemoderivados, tiempo al inicio de la reparación quirúrgica, reparación multidis­ciplinaria y uso de ayudas imaginológicas diag­nósticas, tratando así, por medio de una mejor implementación de técnica quirúrgica, disminuir una de las principales complicaciones posqui­rúrgicas: la amputación de una extremidad18-20.

Es necesario recalcar la necesidad de continuar con estudios de tipo prospectivo relacionados con este tema, que permitan identificar facto­res y determinantes cruciales asociados a mejor pronóstico respecto al trauma arterial periférico en el Huila.

Conclusión

En este estudio se hallaron 54 casos de trauma arterial periférico, con una incidencia de 1,5 % de las consultas por trauma al servicio de urgencias. Los principales mecanismos de trauma fueron las heridas por armas cortopunzante y corto­contundente; la región más afectada fueron las extremidades superiores e inferiores.

Las inter­venciones quirúrgicas fueron hechas en mayor medida por el servicio de Cirugía general, segui­do de Cirugía vascular; el manejo principal fue la anastomosis término-terminal y el injerto de vena safena invertida.

Las complicaciones más comunes fueron la trombosis arterial seguida de la amputación de extremidad, razón por la que se considera necesario desarrollar más estudios de tipo prospectivo, que permitan identificar claramente los factores asociados con el riesgo de amputación, de modo que se puedan definir estrategias dinámicas que permitan mejorar la morbimortalidad de estos pacientes en esta re­gión del país.

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