Revista de Cirugía, Nuestra Portada, Volumen 10 No. 4
La Obra
Acuarela de 31 x 22, ejecutada en un atardecer tropical, cuyo objetivo fue captado desde las ondulantes aguas de la Bahía de Cartagena de Indias.
En el capítulo “La Arquitectura Colonial” de la “Nueva Historia de Colombia”, Alberto Corradine Angulo dice textualmente:
“La frecuencia con que aparecían en las costas americanas los bucaneros, piratas o corsarios, fue motivo ineludible para la construcción de un sinnúmero de defensas en los puertos y en algunos lugares estratégicos.
Los esquemas adoptados en América, responden a los mejor es criterios técnicos desarrollados en Europa, por la sencilla razón de tener que contrarrestar ataques efectuados no por naves aisladas, sino generalmente por verdaderas flotas dotadas de las más efectivas armas de combate”.
Esta es la explicación por la cual en nuestra bella Cartagena admiramos obras monumentales de defensa militar que en su época fueron inexpugnables, como son, entre otras, el Castillo de San Felipe de Barajas concebido primordialmente para la defensa de la ciudad de los ataques provenientes de tierra, y el Castillo de Bocachica que operaba como llave de la puerta de entrada a la Bahía de Cartagena, cerrada a los enemigos de la señorial villa, que en la época colonial fueron muchos y muy aguerridos; pero abierta siempre a sus amigos y benefactores como lo fue el benemérito “esclavo de los esclavos”, San Pedro Claver. Posteriormente, en la época de la independencia y aún en la de la república, sus bóvedas y socavones alojaron en calidad de presos políticos a destacados personajes de la vida nacional como nuestro inefable Precursor, Don Antonio Nariño.
La fascinante historia de estos bellos monumentos, son un himno a nuestros antepasados, a su heroísmo en la defensa del patrimonio común y a su amor de patria, infortunadamente en vía de extinción, por no decir, ya extinguidos.
El Autor
Hace 4 años la Revista CIRUGIA tuvo la satisfacción de adornar su portada con una acuarela de nuestro consultor en el exterior, el doctor Raúl C. Praderi, Profesor de cirugía de la Universidad de Montevideo, de donde es oriundo, internacionalmente conocido como médico y cirujano destacado, virtuoso de la cirugía biliar, autor de numerosos trabajos científicos, conferencista invitado a foros y congresos médicos internacionales, incluidos los de la Sociedad Colombiana de Cirugía.
Además de sus’ múltiples títulos y dignidades en el ámbito médico, el doctor Praderi ha cultivado dos aficiones: la pintura y los deportes náuticos. Es por ello que siempre ha dibujado barcos, especialmente yates, aunque en “Nuestra Portada” de hoy tan solo aparece un pescador con su modesta canoa, quizás por no mermarle importancia al Castillo de Bocachica, motivo y centro de esta obra.
Como discípulo aventajado del acuerelista uruguayo Esteban Oarino, ha realizado varias exposiciones personales y ha participado en otras colectivas, en las que ha cosechado numerosos premios y menciones por sus innumerables acuarelas y algunos óleos.
Como deportista náutico se ha distinguido como activo Yatchman con lucida participación en muchas regatas, habiendo ganado el campeonato uruguayo de Yatching para timoneles de clase “U”, en 1950.
Al fijar la vista nuevamente en la acuarela de hoy, y observar el tricentenario Castillo de Bocachica flotando en medio del mar Caribe, abanicado por palmeras tropicales y acariciado por pequeñas olas juguetonas, surge la duda de si ese monstruo silencioso fuera para los ojos navegantes del profesor Praderi la imagen de un enorme trasatlántico encallado.
J. Silva, M.D.
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