Revista de Cirugía: Portada, Volumen 09 No. 3
La Obra
Dentro de las múltiples reliquias históricas de carácter religioso que enriquecen nuestro país, se cuenta el Convento del Ecce Horno de Villa de Leyva, cuyo óleo de 22 x 30, admiramos en esta entrega. De factura colonial, fue construido en sitio distante del centro urbano a fin de que la meditación y la concentración en el servicio de Dios no tuvieran motivos de distracción de orden terrenal.
El término convento (del latín conventus, congregación) se le aplicaba a la casa donde vivía un grupo de religiosos o de religiosas; luego se dijo que los hombres que abrazaban el estado religioso vivían en un monasterio, y la palabra convento se reservó para la casa de las religiosas. Sin embargo, en algunas partes de América Latina se sigue usando este vocablo para indicar también la casa de comunidades masculinas.
Pero el del Ecce Horno ya no es un convento sino un bello museo histórico regional, digno de ser visitado.
Con relación a la expresión Ecce Horno, es la traducción latina de las palabras que pronunció Poncio Pilato cuando presentó a Cristo azotado y coronado de espinas a la turba (Juan 19: 5); en español significan “He aquí al hombre”.
En conmemoración de este episodio hondamente conmovedor ocurrido en el pretorio de la torre Antonia en Jerusalén donde Cristo fue juzgado hace dos milenios, se levantó el Convento del Ecce Horno en Villa de Leyva, que el autor del cuadro ha reproducido con mano maestra.
No sobra recordar aquí que Villa de Leyva conserva, a más de este, muchos otros monumento históricos de la época colonial, construidos a partir de su fundación, efectuada por el primer Presidente de la Nueva Granada, don Andrés Díaz Venero de Leyva, quien gobernara de 1564 a 1574, “Por la Gracia de Dios y la Regia Voluntad de Su Serenísima Majestad Felipe 11 Rey de España y Soberano de las India Occidentales”.
El Autor
Eduardo Cuéllar Gnecco, de estirpe bogotana, médico eminente, egresado de la Universidad Nacional en 1949, adelantó estudios de posgrado en Salud Pública en 1951 en la Escuela Superior de Higiene, y durante los años de 1953 y 54 hizo Residencia en Cirugía General en Lloyd
Noland Hospital Fairfield, Alabama.
Se ha desempeñado como Profesor de Química y Biología en la Escuela Superior de Higiene, y como Profesor de Técnica Quirúrgica en la Escuela de Medicina “Juan N. Corpas”.
En el área administrativa ha ejercido sucesivamente los cargos de Subdirector del Hospital San Rafael de Fusagasugá, Director de la Clínica Cuéllar, y Vicepresidente del Hospital’ San Carlos. Pertenece a varias instituciones gremiales y de beneficencia como la Sociedad de San Vicente de Paúl, de la cual es Presidente.
Formó su hogar con doña Stella Cubides de Cuéllar, en el cual hubo 8 hijos, dos de ellos cirujanos destacados. Todos los miembros de la familia Cuéllar Cubides encabezados por su padre y maestro, son aficionados a la música, y han creado una orquesta familiar dedicada a interpretar en conciertos a beneficio de obras sociales.
Eduardo Cuéllar Gnecco es persona de un optimismo excepcional, que profesa la filosofía basada en que “entre más cosas poseo, más esclavo soy de ellas”.
Actualmente se halla dedicado de lleno a la filantropía, a la ayuda a los pobres y a la atención de la tercera edad.
J. Silva, MD
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