Revista de Cirugía: Portada, Volumen 09 No. 1
La Obra
La hermosa campiña boyacense con su colorido y belleza naturales, no sólo atrae al turista que busca solaz y descanso en su contemplación y goce, sino que inspira al artista, al pintor, al poeta y al simple amigo de la naturaleza exuberante e incontaminada.
Un riachuelo de aguas transparentes e inquietas que corre incansablemente por praderas y plantíos prodigando vida a los seres humanos, a los animales, a las sementeras, a los árboles y demás plantas y a todos los seres orgánicos cuya condición vital depende del agua. Por ello, cuando ésta se agota, aparece el desierto como un fantasma, símbolo de la desolación y de la muerte. Pero el sabio equilibrio ecológico establece, a su vez, que la vegetación proteja, preserve y perpetúe las fuentes de agua en desarrollo de la permanente dependencia mutua.
En mala hora el hombre en actitud negativa de feroz depredador de su propio medio ambiente, tala indiscriminada y torpemente la vegetación, fuente de vida para todos, sin excluir al mismo ser humano.
El bello paisaje de la presente entrega, sirva de mensaje de reconciliación del hombre con la naturaleza viva, a la que debemos respetar y defender como a nuestra propia vida.
El Autor
Santandereano de nacimiento por cuanto vio su primera luz en San Gil el 17 de agosto de 1946, el doctor LUIS ALFONSO NORIEGA LOPEZ, médico egresado de la Universidad del Valle en 1974, es hoy boyacense de adopción en razón de haberse vinculado laboralmente en los últimos años al Departamento de Boyacá como médico Director de los hospitales locales de Villa de Leiva y Samacá, y posteriormente como Médico Coordinador de la Caja Nacional de Previsión en Tunja. Además, ejerce con éxito su especialidad en neurología, psicoanálisis y psiquiatría, cuyo posgrado cursó en la Universidad de Barcelona de España.
Desde el punto de vista de su formación artística como pintor, el doctor Noriega se califica de autodidacta, con motivación por. la pintura y el dibujo desde muy temprana edad y bajo la influencia de los maestros Luis Alberto Acuña, Antonio Pérez Vargas, Angel Loochkartt e Ignacio Espla. Ha participado en 12 exposiciones individuales y en otras tantas colectivas abiertas en diferentes ciudades colombianas y en Barcelona donde recidió 3 años.
Refiriéndose a este médico pintor, la historiadora crítica de arte, Dana Urgova, sostiene: “Son realmente admirables los logros alcanzados, que son fruto lógico de disciplina, dedicación, amor y disposición para gozar el arte y hacerse entender por medio del óleo trabajado cuidadosamente sobre los lienzos de pequeños y medianos tamaños. En cuanto a la. técnica, ha sido determinada en las primeras obras. Los temas se han ido consolidando, y permanecen en su obra con gran constancia: el bodegón y el paisaje, tanto rural como urbano. Es el proceso de trabajo, la búsqueda de la perfección que se convirtió en el sello de su estilo personal, y el enorme interés por resolver, variar, enriquecer y cultivar el color, lo que evolucionó con tanta libertad y responsabilidad en la obra de Luis Alfonso Noriega”. Y más adelante agrega: “Sus obras son, en esta época de violencia e inconfortIrismo, la imagen de la paz interior hallada con tanto encanto, seriedad y compromiso en los objetos cotidianos que nos rodean y en el amable revivir de los hermosos y tranquilos rincones de la afectuosa naturaleza colombiana”
J. Silva, MD.
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