Síntomas de un desorden de la voz
En la población general la presencia esporádica de uno o varios síntomas que comprometen la función vocal no siempre es motivo de preocupación, pues como se describe en el párrafo anterior, las causas de los desórdenes de la voz son múltiples y variadas; generalmente cuando se tienen enfermedades infecciosas o virales que comprometen la vía aérea superior (nariz, faringe, laringe) pueden presentarse cambios en la voz. Por el contrario, en personas que utilizan la voz como herramienta de trabajo (profesionales de la voz) cualquier cambio en la voz sea pasajero o permanente requiere atención.
Los síntomas se pueden manifestar en varias formas:
Cambios en los pliegues vocales como enrojecimiento, inflamación, engrosamiento, lesiones (nódulos, pólipos, úlceras), los cuales se detectan en un examen realizado por el médico otorrinolaringólogo.
Cambios en el comportamiento vocal y respiratorio como: gesto respiratorio rígido, respiración superior, ausencia de soplo fonatorio, tensión en cuello, lengua, labios y mandíbula; exagerada contracción del velo del paladar, intensidad vocal aumentada o disminuida, alteraciones en el tono y timbre de la voz, pérdida de la verticalidad, incoordinación fonorrespiratoria, bajo rendimiento respiratorio en función de la palabra. Éstos se detectan en un examen de la voz realizado por un fonoaudiólogo.
La presencia de síntomas relacionados con desórdenes de la voz en un estudio relacionado con la frecuencia de desórdenes de la voz según la ocupación (3) reportó que el mayor porcentaje de disfonías funcionales y orgánicas se presenta en profesores 35.1 y 30% respectivamente.
Un estudio americano (4) reporta que un 20% de los profesores informan haber presentado síntomas de desórdenes de la voz comparado con el 4% de personas que no son profesores. En una revisión de literatura sobre prevalencia de problemas vocales (5) se concluye que más del 50% de los profesores han experimentado problemas en la voz y sólo el 20% consultan al médico y el 1% al fonoaudiólogo.
Señales de alerta
El individuo con algún desorden de la voz percibe algunos cambios durante el acto de hablar, estos pueden ser:
– Falta de eficacia en el acto vocal.
– Fatiga fonatoria (cansancio al hablar o después).
– Dolor y tensión en cuello y parte alta de la espalda.
– Opresión respiratoria (falta de aire).
– Carraspeo frecuente.
– Sensación de cuerpo extraño en la garganta.
La principal consecuencia de la falta de control sobre las señales de alerta es la aparición de un desorden de la voz (disfonía) que se define según la Asociación Americana de Habla- Lenguaje- Audición, (6) y algunos criterios reportados por Francoise Le Huche (7) como la producción anormal o ausencia de calidad, tono, intensidad, resonancia y duración de la voz; uso inapropiado para la edad, sexo y ocupación del individuo. El desorden puede ser momentáneo o persistente y percibido por la persona que la presenta o por su entorno.
En un docente la presencia de uno o varios síntomas de alteración vocal, debe ser motivo de preocupación y conducir a un control oportuno de los mismos. La situación ideal para los docentes sería que nunca se presentaran signos de molestia vocal, muchos de ellos ligados al abuso y mal uso de la voz. Esto se podría lograr si todos los profesores en ejercicio activo de su profesión manejarán una correcta técnica vocal.
Prevención y control de desórdenes de la voz
La prevención de los desórdenes de la voz en los docentes se debe enfocar hacia la realización de diversas acciones ejecutadas como ya se dijo anteriormente, por los docentes, las personas o instituciones responsables de su formación, empleadores y servicios de salud. A continuación se describen algunas acciones dirigidas al control y prevención de desórdenes de la voz.
– Incluir en los planes de estudio de los futuros docentes asignaturas que lleven al conocimiento de la fisiología vocal y su proyección efectiva.
– Planear evaluaciones periódicas de la voz, para detectar oportunamente desórdenes de la misma.
– Realizar campañas de promoción que proporcionen información y educación sobre los cuidados de la voz y su uso correcto. Esto ayudará a crear conciencia en los docentes de la responsabilidad que tienen sobre la conservación de su voz y mejorará el conocimiento sobre las consecuencias de su uso inapropiado.
– Diseñar programas de formación en donde se desarrollen habilidades en el uso vocal.
– Ubicar las aulas de clase en zonas de poco ruido, si esto no es posible se debe realizar atenuación del ruido exterior. El desarrollo en los docentes de habilidades de control audio fonatorio, podrá minimizar el esfuerzo vocal que se presenta al hablar en ambientes ruidosos.
– Diseñar aulas de clase con ventilación apropiada y por parte del docente tomar medidas que prevengan los efectos de los cambios bruscos de temperatura.
– Implementar el uso de tableros acrílicos para evitar el uso de tiza que puede ser perjudicial especialmente para docentes que tienen problemas alérgicos. En caso de ser necesario el uso de tiza, se recomienda al docente borrar el tablero en forma correcta para disminuir la dispersión del polvo.
– Colocar los tableros a una altura apropiada, de manera que cuando el docente escriba y hable en forma simultánea no genere posiciones forzadas con su cuerpo que repercutan en el correcto funcionamiento del aparato fonador.
– Controlar el uso vocal prolongado. Toda actividad física realizada con el cuerpo humano en forma excesiva y sin métodos apropiados lleva a la fatiga, la voz no es la excepción; su uso sin control y por un tiempo excesivo lleva a cansancio vocal y se manifiesta en la pérdida de las cualidades de la voz. Por tanto es responsabilidad de los docentes comprender que el uso de la voz profesional conlleva moderación en su uso y hace necesario la realización de ejercicios de calentamiento vocal, previos al uso de la voz por tiempo prolongado.
Intervención directa
La producción de la voz requiere interacción dinámica entre varios componentes anatómicos y fisiológicos relacionados con la respiración, la vibración cordal la resonancia y la articulación. El uso correcto de la voz se tiene, si se cumple con las siguientes condiciones (7, 8):
– Postura y control muscular del cuerpo, cuello y cara.
– Técnica respiratoria que lleve a un soplo fonatorio óptimo.
– Correcta vibración de pliegues vocales y flexibilidad en los movimientos de la laringe.
– Coordinación de la respiración con la vibración de los pliegues vocales.
– Acople de los resonadores.
– Flexibilidad en tono e intensidad de la voz.
– Claridad en la producción de las palabras.
El uso profesional de la voz, como en el caso de los profesores, requiere de un entrenamiento para desarrollar habilidades. Al igual que un deportista debe entrenarse físicamente para un buen desempeño en competencias y un cantante profesional debe formarse en el dominio de la voz cantada, un profesor debe desarrollar habilidades en el uso correcto de la técnica vocal para voz hablada y debe realizar una rutina de ejercicios que lleven al buen empleo y uso cómodo de la voz, y así evitar desórdenes vocales que pueden llegar a ser crónicos.
Recomendaciones para el cuidado de la voz
Morrison (8) propone algunas de las siguientes recomendaciones para el cuidado y uso óptimo de la voz, éstas se pueden adaptar a las necesidades de los docentes y de su uso habitual se llega la implantación de hábitos saludables en el uso y conservación de la voz.
– Establezca el origen de la tos y el carraspeo para poderlos controlar efectivamente.
– Controle la intensidad de su voz en todas sus presentaciones. Cuando hable en ambientes ruidosos, utilice amplificación.
– Si utiliza la voz cantada conozca la clasificación de su voz y cante solamente dentro de su gama vocal.
– Controle la energía de proyección vocal para hablar en público.
– Disminuya el uso de la voz cuando en forma simultánea deba realizar un ejercicio físico fuerte.
– Entrene su voz para usarla con un tono apropiado y con inflexiones adecuadas.
– Entrene la respiración para usarla en forma coordinada con la fonación.
– Manténgase relajado al hablar: cuerpo, mandíbula, lengua. No utilice la voz cuando la sienta tensa o cansada.
– Utilice la voz con moderación.
– Cuando detecte síntomas de desorden de la voz consúltelos para que sean estudiados y controlados en forma oportuna.
– Reconozca los signos de alerta esto ayudará a prevenir la aparición de un desorden de la voz.
– Realice un trabajo de control postural para usar su voz eficientemente.
El primer paso para usar la voz efectivamente y mantenerla sana, es la motivación para convertir los cuidados de la voz y la realización de los ejercicios en una rutina diaria y en una forma de vida.
Conclusiones
El docente es un profesional de la voz y como tal, debe tomar conciencia de que las alteraciones de la voz no sólo repercuten en su capacidad comunicativa interpersonal, sino en el desempeño satisfactorio de su profesión.
Aunque las causas de desórdenes de la voz son múltiples y variadas, en los docentes un alto porcentaje son producidas por abuso y mal uso de la voz originando lo que se conoce como fono trauma. El docente debe comprometerse activamente con la prevención y control de las disfunciones vocales para tener un óptimo bienestar físico, mental y social.
Es necesario que tanto especialistas en salud ocupacional como médicos e higienistas, al igual que profesionales de otras disciplinas que de una u otra forma tienen que ver con el estudio de la voz humana como fonoaudiólogos y otorrinolaringólogos, se preocupen por la promoción y prevención de la voz normal y sus desórdenes.
Bibliografía
1. Bustos, Inés. Tratamiento de los problemas de la voz. Madrid: Ciencias de la educación preescolar y especial, 1995 p.25.
2. Alvarez, Ricardo y Mancera, Mario. Salud ocupacional. Manual guía. Bogotá: Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. Arte Impreso, 1991.
3. Morales, Patricia y Lastra, Clara. Patología vocal en la Caja Nacional de Previsión. en: Revista Mensaje. No. 9 (julio-agosto 1985) pp. 49-57.
4. Smith Elaine, et al. Frecuency of voice problems among teachers and other occupations. En Journal of voice. Vol 12. No. 4, 1998. Pp. 480-488.
5. Mattiske, Jacqueline, et al. Vocal problems among teachers: a review of prevalence, causes, prevention, and treatment. En: Journal of voice. 1998; Vol. 12. No 4, pp 489-499.
6. American Speech-Language-Hearing Association. Definitions of communication disorders and variations. En Asha 35. suppl.10.
7. Le Huche, Francoise y Allali, André. Patología vocal: semiología y disfonías funcionales. Barcelona: Masson S.S, 1993.
8. Morrison, Murria y Ramage, Linda. Tratamiento de los trastornos de la voz. Barcelona: Masson, 1996.
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