Tratamiento médico de la parálisis de bell
Juan Manuel García Gómez, MD.*
Martín Fernández Padilla, MD.**
*Jefe de sección de Otorrinolaringología, Fundación Santa Fe de Bogotá.
Profesor Asociado Fundación Universitaria de Ciencias de la Salud, Hospital de San José.
**Fellow Otología-Otoneurología. Fundación Universitaria de ciencias de la Salud.
Hospital de San José. Santafé de Bogotá.
Las causas más comunes de parálisis facial unilateral incluyen la parálisis Bell, el trauma y Herpes zoster ótico; el diagnóstico de estas dos últimas entidades suele ser de relativa facilidad. Por supuesto, existen otras causas de parálisis facial a tener en cuenta en el momento de adjudicar el diagnóstico de parálisis facial idiopática o de Bel: lesiones del sistema nervioso central, neoclásicas, infecciones, etc. Dedicaremos las siguientes páginas al enfoque terapéutico de la entidad descrita en 1829 por Charles Bel (1).
La parálisis facial idiopática constituye la gran mayoría de los casos de parálisis facial periférica aguda, variando su incidencia entre el 51% y el 78% del total de casos (2,3), con una incidencia que ha sido estimada entre 15 y 40 casos por 100.000 habitantes, sin predilección racial o etárea (3). En la actualidad continúa considerándose un diagnóstico de exclusión, una vez se han descartado las otras posibilidades etiológicas; prueba de ello lo constituye el elevado número de errores diagnósticos (13%), en pacientes con patología tumoral, infecciosa, etc. (3).
Las teorías etiológicas de la parálisis de Bell incluyen causas genéticas, metabólicas, autoinmunes, vasculares, compresivas e infecciosas, siendo en la actualidad la causa viral la más aceptada pro los diversos autores (4, 5, 6, 7). En 1975 se reportó el primer estudio que sólidamente implicaba al Herpes virus simple como causa de la parálisis de Bell (8). Desde entonces muchos reportes clínicos, paraclínicos, radiológicos y patológicos, refuerzan esta teoría.
Curso natural
En la parálisis de Bell no se encuentra diferencia estadísticamente significativas en cuanto al sexo y edad; por fortuna es bilateral en solamente el 1% de los casos, con una tasa de recurrencia cercana al 10% (9). Se encuentra una historia familiar de parálisis facial en cerca del 10% de los casos. Cuando se revisa la evolución natural de la parálisis de Bell se encuentra una recuperación espontánea en el 85% de los pacientes, la cual suele empezar 3 semanas después de la instauración de los síntomas; el restante 15% suele mejorar en los siguientes 3 a6 meses. La mayoría de los pacientes recuperan la función completamente, pero en un 10 a 15% persiste con debilidad facial unilateral y desarrollará deformidades secundarias con sinquinesias o contracturas.
Tratamiento
El uso de los corticoesteroides es ampliamente aceptado en el manejo de la parálisis de Bell, recomendándose en la totalidad de los pacientes, desde una leve paresia hasta la parálisis completa, debido a que es imposible predecir la progresión de la enfermedad a mayores grados de severidad. La dosis usualmente recomendada es de 1 mg/Kg por día, durante 7 días, con dosis descendentes hasta cero en los siguientes 7 días. Aquellos pacientes que consultan después de 3 semanas de instaurada la parálisis facial, es discutible el tratamiento médico, ya que los cambios histológicos encontrados no son susceptibles de mejoría con el uso de los corticoides, medicamento no excento de efectos secundarios.
Tal vez la mayor controversia se genera en el uso de Acyclovir asociada a los corticoides. Adour y cols (4), han demostrado en estudios prospectivos clínicos y experimentales comparativos entre la asociación Acyclovi-Prednisona y placebo-Prednisona, encontrando recuperación más favorable y menor degeneración reuronal en el primer grupo. Este resultado favorable soporta la teoría de la mononeuritis por Herpes simple reactivado (3, 4-14, 15, 16, 17). La dosis recomendada de Acyclovir, basado en la absorción intestinal y farmacocinética es de 2000 mg/día dividida en 5 dosis; sin embargo, teóricamente la dosis de 1000 mg/día es suficiente para el control de la infección por Herpes simple, con menores efectos secundarios; 10 días de tratamiento son suficientes debido a que antes de este tiempo el proceso activo de la enfermedad ha terminado (3, 17).
Cuidados Oculares: La protección ocular es de vital importancia, especialmente por la posibilidad de cuerpos extraños y ojo seco. En el día se recomienda el uso de anteojos oscuros y lágrimas artificiales. Durante el sueño la oclusión y el uso de ungüentos hidratantes es ideal; en algunos casos de queratitis severa se recomienda la oclusión permanente o la tarsorrafia.
Fisioterapia: Importante por el valor psicológico, brindando mayor comodidad y confianza al paciente. Sin embargo, ningún estudio ha logrado demostrar un efecto benéfico significativo en la evolución de la enfermedad, el uso de estimulación eléctrica en el músculo denervado, ha demostrado experimentalmente un retraso en el crecimiento de las neurofibrillas de la placa motora, por lo cual no se recomienda su uso (9).
Conclusiones
La evidencia de que el Herpes virus lleva a la generación la parálisis facial, si bien no ha sido completamente comprobada, es altamente sugestiva. Los corticoides han sido probados y aceptados como base del tratamiento médico de la parálisis de Bell, así mismo varios estudios han demostrado una respuesta altamente satisfactoria en los pacientes tratados con la asociación de prednisona y Acyclovir, consolidándose esta asociación como alternativa terapéutica más apropiada para esta enfermedad. Los estudios electrofisiológicos, si bien de gran importancia en al decisión quirúrgica, no son indispensables en el manejo inicial de la enfermedad.
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