Trastornos del Estado de Ánimo en Cien Años de Soledad, Discusión
En José Arcadio Buendía podemos apreciar claramente la instalación y evolución de una alteración grave del humor, expresada en una persona hasta entonces inteligente, llena de simpatía y de habilidades sociales, y sin indicio alguno de perturbación mental (5,21).
Su enfermedad progresa desde la hipomanía hasta la manía severa acompañada de síntomas psicóticos, y desemboca en un deterioro grave de sus facultades, hasta llegar a un estado de incapacidad para cuidarse a sí mismo y de desconexión total con la realidad. “Úrsula lo atendía, le daba de comer, le llevaba noticias de Aureliano.
Pero en realidad, la única persona con quien él podía tener contacto desde hacía mucho tiempo, era Prudencio Aguilar” (fallecido desde antes de la fundación de Macondo). De otro lado, como se aprecia en el párrafo anterior, su inteligencia se conserva, pero carece de sentido práctico, arriesgada y paradójica afirmación (22).
José Arcadio Buendía padeció una enfermedad caracterizada principalmente por la presencia de episodios maníacos que alternaban con períodos de normalidad. Aunque en muchas ocasiones llegara a presentar síntomas psicóticos, los elementos que claramente dominan su trastorno son los síntomas manieformes, mientras que los psicóticos aparecen claramente como una complicación de la alteración del ánimo (2,3,7,9).
Los síntomas observados en José Arcadio Buendía representan con claridad la descripción clásica de un trastorno bipolar I, enfermedad consistente en la manifestación de episodios maníacos que suelen alternar con crisis depresivas y con períodos de normalidad. Predominan en José Arcadio Buendía, sin embargo, los síntomas maníacos antes que los depresivos.
Con frecuencia, José Arcadio Buendía presenta también síntomas psicóticos; es decir, alucinaciones y delirios.
Su enfermedad se inicia en la juventud, con síntomas maníacos, los cuales se complicarán con los síntomas psicóticos mencionados, los cuales en su caso son congruentes con el estado de ánimo.
Al principio, la enfermedad de José Arcadio Buendía sigue un curso episódico, con alternancia de episodios de enfermedad y épocas de vuelta a la normalidad y al funcionamiento habitual. Luego este curso se hace continuo, la enfermedad se hace crónica y desemboca en un estado de deterioro personal, social y laboral, hasta el extremo de dejarle incapacitado de por vida.
Tal deterioro puede ocurrir en un porcentaje importante, hasta un tercio, de las personas afectadas por este trastorno (2,3,7,22). José Arcadio Buendía nunca se recuperaría. La muerte habría de hallarle a través de los cuartos infinitos por donde le guiaba Prudencio Aguilar, en completa desconexión con el mundo real.
Cómo hemos mencionado, el diagnóstico psiquiátrico más probable en José Arcadio Buendía es el de Trastorno bipolar I. La característica fundamental de esta afección es la presencia de episodios de características maníacas o mixtas, los cuales en la mayoría de los pacientes suelen alternar con episodios de características depresivas.
Debe anotarse que la presencia exclusiva de episodios maníacos recibe el mismo diagnóstico (trastorno bipolar I). Entre los distintos episodios de enfermedad el paciente suele encontrarse en períodos de recuperación completa o parcial. La prevalencia de vida del trastorno bipolar I está alrededor del 1%; se da con similar frecuencia en ambos sexos, en cualquier nivel socio económico y en todas las razas, y suele manifestarse en la juventud.
Los síntomas, por supuesto, no deben explicarse por la presencia de otro trastorno psiquiátrico, por una enfermedad médica ni por el uso de sustancias.
A pesar de que el hallazgo predominante en los trastornos bipolares consiste en las alteraciones del estado de ánimo, los episodios de enfermedad, tanto maníacos como depresivos, suelen complicarse con síntomas psicóticos (alucinaciones y delirios) y motores (agitación, síntomas catatónicos). Así mismo, los episodios depresivos pueden complicarse con síntomas atípicos (v.g. hipersomnio, hiperfagia) o melancólicos.
La principal complicación del trastorno bipolar I es el suicidio, el cual es más frecuente en las fases depresivas y en las mixtas. Aunque el grado de recuperación interepisódica suele ser marcado en la mayoría de los pacientes, la progresión de la enfermedad suele asociarse a disminución de la duración del intervalo entre los episodios y a deterioro personal, social y ocupacional (2,3,7).
Como se ha mencionado, en la historia clínica de José Arcadio Buendía lo predominante fueron los episodios maníacos, posteriormente complicados con síntomas psicóticos.
Aunque al inicio de la enfermedad retornaba a su funcionamiento habitual una vez superado cada episodio, esta recuperación completa fue viéndose menoscabada con el paso de las crisis y de los años, hasta involucrarse en un estado de deterioro progresivo que terminó por aislarlo completamente de la realidad. No es extraño este desenlace si consideramos que José Arcadio Buendía nunca recibió tratamiento para su trastorno mental (22).
El diagnóstico diferencial del trastorno bipolar I debe hacerse con un buen número de afecciones.
Entre los diagnósticos diferenciales más importantes están los trastornos del ánimo debidos a enfermedades médicas; éstos se diagnostican cuando los síntomas anímicos son debidos a las consecuencias fisiológicas de una enfermedad, decisión que se fundamenta en la anamnesia, el examen físico y las pruebas complementarias.
En José Arcadio Buendía no encontramos indicio alguno de que padeciese alguna enfermedad física responsable de sus síntomas psiquiátricos (2,3,7).
Otro diagnóstico diferencial está en los Trastornos del estado de ánimo inducido por sustancias.
Tampoco encontramos evidencias de que José Arcadio Buendía estuviese bajo los efectos de sustancias capaces de generar este tipo de síntomas. Es verdad que estuvo expuesto a los vapores de mercurio en su laboratorio, pero no esperaríamos estos síntomas en una intoxicación de este tipo (23,26,27).
Además, su enfermedad se manifestó desde mucho antes de su ventolera de estudiar la alquimia; José Arcadio Buendía instaló su laboratorio durante el curso del cuarto episodio de enfermedad (5).
Por si no bastase este argumento, los trastornos del estado de ánimo son habituales en su familia. Como hemos mencionado, estos antecedentes suelen ser frecuentes en los familiares de personas afectadas por trastorno bipolar I (2,3,7).
Respecto al diagnóstico diferencial con otros trastornos mentales, a pesar de tratarse de una enfermedad mental grave, crónica y generadora de deterioro, el predominio de las alteraciones del estado de ánimo (específicamente síntomas maníacos) hace que se excluyan los diagnósticos de esquizofrenia y de trastorno esquizoafectivo; en el primero predominan claramente los síntomas psicóticos sobre cualquier otro tipo de manifestaciones clínicas, mientras que en el segundo tanto los síntomas psicóticos como las alteraciones del humor dominan la enfermedad desde su instalación.
Por último, aunque José Arcadio Buendía se caracterizó por la concepción y ejecución de proyectos que se encontraban claramente por fuera de la realidad y de lo considerado normal, la abundancia y variedad de síntomas, así como el predominio de síntomas maníacos y el hecho de que los mencionados planes hayan sido una consecuencia de tales síntomas, excluyen el trastorno delirante.
Este trastorno se caracteriza básicamente por la presencia de una idea delirante, la cual suele estar bien estructurada y ser creíble. Lo florido del cuadro de José Arcadio rechaza esta posibilidad diagnóstica.
En síntesis, mediante la biografía de José Arcadio Buendía:
Se muestra claramente la historia natural del trastorno bipolar, incluyendo los síntomas, el curso y la evolución esperados en ausencia de tratamiento (2,3,7,22). Por supuesto, el hecho de no tratarse de una historia clínica formal hace que sea imposible demostrar con completa certeza cada uno de los criterios sustentados para llegar al diagnóstico.
Sin embargo, es indudable que las narraciones son suficientemente descriptivas e ilustrativas como para servir de herramientas clínicas. Tal vez sin proponérselo, Gabriel García Márquez nos ha obsequiado a través de Cien años de soledad con varias de las mejores descripciones clínicas en la historia de la semiología psiquiátrica expresadas a través de la literatura.
Agradecimientos
El autor agradece al doctor Darío Morón Díaz por su revisión del manuscrito.
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Recibido: 29 de Marzo de 2011.
Aceptado: 30 de Mayo de 2011.
Correspondencia: algog18@yahoo.com
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