Historia Evolucion de la Cirugia, ¿Qué se Vislumbra en el Futuro?
Anticipar el futuro de la cirugía con visos de realidad, es algo prácticamente imposible de lograr. Los refinamientos en las técnicas de fibra óptica y de la ingeniería y de la electrónica, han producido instrumentos de extraordinaria finura que pueden ser dirigidos hacia la cavidad abdominal, torácica e inclusive cerebral para practicar todas las intervenciones que antes requerían incisiones mayores y que pueden ser hechas a través de pequeñísimas heridas cutáneas.
Lo relativo a la cirugía torácica muy reciente por cierto, puede resumirse destacando las intervenciones que para la tuberculosis fueron desarrollando se a partir de los primeros años del Siglo XX, para luego extenderse a las demás patologías quirúrgicas del tórax, hasta llegar a la resección pulmonar unilateral, el trasplante pulmonar unió bilateral y el milagro del trasplante simultáneo de corazón pulmón y en las maravillosas intervenciones endovasculares, que han devuelto a la vida a innumerables pacientes, destinados hasta hace poco a la muerte o a una vida miserable. (Lea también: Historia de la Medicina: Breve Reseña Histórica de la Evolución de la Cirugía)
Debemos citar a grosso modo los primeros intentos de colapso pulmonar por Forlanini y Murphy, que habrían de llevar al primer intento de colapso quirúrgico, con la resección costal practicada en 1885 por Edouard Bernard de Cerenville, cuya motivación no fue la creación de una compañera, sino el colapso pulmonar permanente, para curar la tuberculosis.
El colapso quirúrgico siguió avanzando con Friedrich y Williams y Bauer seguidos luego por Sauerbruch, quien además inventa hacia el primer tercio del siglo XX, la cámara al vacío para la resección pulmonar, delicado procedimiento con alta mortalidad, siendo el primer enfermo sobreviviente de una resección pulmonar el operado por Tufier en París en 1891 y la primera neumonectomía total por carcinoma, la practicada por Evarts Graham en 1933 a un paciente que sobrevivió por 30 años, superando la vida de su cirujano, quién, paradójicamente, murió por un carcinoma broncogénico antes que su paciente.
La tuberculosis o consunción, consumía literalmente a los tisicos que se hacinaban en los llamados pabellones antituberculosos de los hospitales generales en el mundo entero, desprovistos de toda ayuda técnica o humanitaria, pero, en medio de su tragedia, seres bondadosos acudían en su auxilio.
Y así fue como la Señora Lorencita Villegas de Santos, al visitar un día el pabellón San Juan de los Barrios, del Hospital San Juan de Dios, La Hortúa de Bogotá, acudió adolorida ante su esposo, el Presidente de la republica Doctor Eduardo Santos y con emoción y tristeza lo indujo a crear un Hospital antituberculoso que se inauguraría 4 años después, en 1938, con el nombre de Santa Clara en la calle primera de Bogotá, a donde ella personalmente ayudaría a trasladar, a los más tristes y desolados pacientes, con sus miserables pertenencias, al que habría de ser el centro antituberculoso y neumológico pionero en Colombia.
En Santa Clara su Departamento Quirúrgico, abrió la ruta técnica de la cirugía del tórax por precursores como Arboleda Díaz, como Jorge Llinás, como Vargas Iriarte, como Alberto Bejarano, como Augusto Briton, como George Humphryes, como Alfonso Bonilla Naar, como José Pablo Leyva, distinguido cirujano, quien formado en Chicago, trajo a Colombia las más avanzadas técnicas de la resección quirúrgica del pulmón, técnicas que practicó y enseñó en Santa Clara y que extendió por el país por medio de sus sobresalientes discípulos tales como Guilermo Valencia en la Costa, Vivian Arcila en Antioquia, Manuel Venegas en Caldas y tantos otros y contribuyó así mismo a extender la campaña Antituberculosa en toda Colombia.
Simultánea mente, en Antioquia, el pionero Hospital antituberculoso “La María” inicia la práctica de la cirugía del tórax para luego, en el Hospital General San Vicente del Paúl, y en la Clínica “Fundación Santa Maria” los Doctores Antonio Ramírez, Alberto Villegas, Luís García y sus discípulos habrían de encabezar la practica de la Cirugía avanzada Cardiovascular y del trasplante pulmonar con el éxito de todos conocido.
En Santa Clara con la imponderable colaboración del Doctor Camilo Schrader Fajardo, Leopoldo Lascarro, Fidel Camacho Durán y con la colaboración insustituible de jóvenes cirujanos en cuya preparación técnica y conceptual tuvimos ingerencia directa y que los llevó a constituirse en los más hábiles cirujanos de tórax del país; reduciendo paulatinamente la mortalidad quirúrgica hasta alcanzar, hacia 1974, ese anhelado 0% en un año quirúrgico en nuestro hospital.
Fuimos testigos del auge y apogeo total de la cirugía torácica en Colombia y luego, con el advenimiento de las nuevas técnicas del tratamiento médico ambulatorio para la TBC, que ayudamos a introducir al país, logramos ver la declinación progresiva de la indicación quirúrgica en tuberculosis, hasta llegar al estado actual en esta materia.
La técnica de la Cirugía fue ampliada a nivel mundial, aprovechando para ello todos los descubrimientos y las innovaciones que se sucedieron tanto en la técnica anestésica de Morton y Wells, la utilización de los antibióticos y el avance de las técnicas quirúrgicas que la impulsaron hasta llegar al perfeccionamiento actual, gracias al cual podemos presentar orgullosamente resultados quirúrgicos con una mínima mortalidad y hasta llegar al reemplazo total bilateral de pulmones y corazón, la cirugía robótica y a distancia que en conjunto con la preparación preoperatorio y su rehabilitación posterior buscan, como desde el principio de los tiempos, prolongar la vida del hombre en condiciones productivas y aceptables o acompañarlo en su paso a la muerte en forma digna, sin tanto dolor y sufrimiento.
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