Estado del Arte en Psiquiatría y Psicoanálisis
Bogotá, Marzo 7 del 2013
Por: Guillermo Sánchez Medina M.D.
Para mí es un reto y una gran responsabilidad que debo asumir con las limitaciones que me acompañan en el conocimiento de este tema y el poco tiempo de que se dispone para la exposición, semejante a lo que ocurre al observar dos nebulosas (cuerpo-mente) que en cambio de chocarse se integran una en la otra. Lo que voy a traer son algunos caminos de investigación, aceptando que todo nuestro conocimiento sobre el cerebro y la mente y su funcionamiento todavía, algunos lo consideramos precario.
Las investigaciones neuropsíquicas han tenido su desarrollo en diferentes partes de nuestro planeta en distintos e importantes universidades e institutos y desde diferentes perspectivas; aun más, en la actualidad el Presidente de los Estados Unidos B. Obama ha lanzado el proyecto ya intentado años atrás de la construcción del “mapa” exacto del cerebro con un presupuesto de 3 mil millones de dólares por año durante 10 años, para detectar cómo se alteran las funciones cerebrales y con ello las psíquicas; por ejemplo, el Alzheimer y tantas otras.
Todos los aquí presentes conocen que el estudio del cerebro y la mente partió de diferentes puntos algunos equidistantes, y, que ahora, en el Siglo XXI se están haciendo presentes para crear un estado avanzado en el conocimiento científico de la psiquis. Actualmente el concepto de materia y energía se alternan manifestándose como una u otra; fue así como nos lo aclaró Einstein con su ecuación E=mv2. De tal manera se integra la materia y energía y el pensamiento filosófico de la sustancia del ser.
Sigmund Freud en 1938, en su obra “El Esquema del Psicoanálisis” escribió: “… Solo cabe… admitir que existen procesos físicos… concomitantes de lo psíquico, siendo evidentes que forman series más complejas que las psíquicas…”.
En el estudio de las neurociencias, nos encontramos con los conceptos de glía, redes, sinapsis, citoesqueleto y neurotransmisores; es así como llegamos al estudio de la química molecular, en que los péptidos participan en el control de la dinámica cerebral a través de los neurotransmisores como la serotonina.
Es así como llegamos a la física y a la mecánica cuántica; es decir, la función de las partículas elementales cuánticas que se miden a través de la función de onda; así también nos hallamos con la geometría y las matemáticas; el algebra, el cálculo y la estadística para calcular y demostrar el comportamiento de las ya mencionadas partículas elementales o cuánticas.
Para llegar a nuestra meta, es necesario tener muy en cuenta, los conceptos de red y de sistemas de funcionamiento, en especial el sistema neuro-psicosomático.
El sistema psíquico comprende dos campos el consciente y el inconsciente para llegar al conocimiento y de éste partir al pensamiento pasando por la sensopercepción, la representación, la atención, la memoria, el aprendizaje y la inteligencia y otras más, todos ellos provenientes de los ya mencionados funcionamientos sistémicos y el concepto de red y sistemas.
¿Cómo se realizan todos estos procesos? La respuesta la vamos a ver a través de las ya mencionadas funciones y reacciones psico-físico-químico-cuánticas de las neuronas que forman una red de señales que operan en las distintas áreas cerebrales, empleando mensajeros químicos e impulsos eléctricos neurobiológicos.
Vale la pena aclarar que existen en la corteza cerebral cien mil millones de neuronas (entre 1011, 1012) y con 1014 conexiones sinápticas (entre 100 a 500 billones de sinapsis); en un niño alcanza los mil billones de sinapsis.
El modelo sináptico contempla el área presináptica, la hendidura sináptica y el área post sináptica dentro de la red neuronal en donde opera la sinapsis cuántica.
Veamos ahora muy superficialmente la operatividad de la sinapsis cuántica desde una molécula de ADN y el átomo de oxígeno; un núcleo con un neutrón, un protón y dentro de estos últimos los quarks. Tanto los electrones como las partículas contenidas en los protones y neutrones se denominan partículas elementales que no son divisibles y que tienen sus fuerzas, movimientos o giros, a la vez, los giros pueden ser positivos o negativos y todos ellos constituyen los “bits cuántico” o “qbit” los cuales en su trayectoria señalizan o codifican la información proveniente de las sensopercepciones y con ello los productos que denominamos representaciones conscientes e inconscientes, fantasías, pensamientos y palabras (verbales y escritas), etc.
Los “bits cuánticos” aparecen un billón por segundo, con grafos de señalización, y circuitos, en una trayectoria química eléctrico-cuántica; esto opera en los micro y nano túbulos de la tubulina α, β, γ.. Todas estas codificaciones conforman conjuntos o elementos del sistema psíquico en relación con el mundo interno y el mundo externo del medio ambiente social. Es así como también podemos entender mejor la psicolingüística.
Pensemos cómo el cerebro se organiza y auto-organiza con la genética, manteniendo una dinámica no lineal según el flujo de información que ingresa a las neuronas. Téngase en cuenta que el cerebro es un sistema complejo altamente dinámico, es el “hardware” íntimamente ligado a un “software” biológico cuyo código es cuántico, y, suponemos que la señalización se realiza sobre los átomos de moléculas de cada neurona, formando circuitos que aun desconocemos.
Se conoce cómo las señales en el cerebro en las redes neuronales presentan un comportamiento dual onda-partícula y éstas últimas pueden operar en dos lugares l mismo tiempo con comportamientos distintos; he ahí los conceptos de universos paralelos y/o multi universo.
La forma como el cerebro almacena y procesa información está a una escala molecular atómica y radica en la configuración de la energía y el movimiento electrónico implicado en el transporte de la información ya sea intra o interneural. Por lo tanto la materia intercambia información y la información es energía.
Los estudios científicos nos muestran que todo lo que se procesa en el cerebro se hace a través de cuantos de energía que se mueven entre niveles y subniveles cuánticos en los átomos y moléculas.
Las sensopercepciones, la memoria, las representaciones y el pensamiento se hallan almacenados y procesados en moléculas y átomos. La memoria y su relación con el cerebro va más allá de lo fisiológico; existe un vínculo que obedece a los principios de la mecánica cuántica y a la teoría de los sistemas dinámicos no lineales o complejos.
En síntesis podemos inferir que existe una interrelación entre la física cuántica y la psiquis; de tal manera, todas las funciones, mecanismos y fenómenos del pensar y del sensopercibir son bien estudiados en su interrelación con significados, significantes y sentidos, y pertenece a funcionamientos dinámicos de las organizaciones psíquicas y de la física cuántica con sus distintos potenciales. Es así como podemos comprender cómo a cada proceso psíquico le corresponde una función de onda probabilística y/o densidad de onda cuántica.
Actualmente en el Siglo XXI conocemos las áreas, centros y sus conexiones, por ejemplo las “neuronas espejo” que corresponden a la empatía, imitación e identificación de conductas. Lo que no sabemos por ejemplo, es sobre cuáles son las moléculas partículas y circuitos responsables de cada una de las funciones psíquicas y de las fantasías conscientes e inconscientes.
Los modelos psicoanalíticos representados como órbitas, aparecidos en el Siglo XX siguen vigentes al igual que los conceptos de instinto (libido-tánatos) con sus energías, los conceptos de filo y ontogenia, el modelo estructural (Ello, Yo y Superyó), también con sus energías y espacialidades e idealizaciones, la psicología del “sí mismo” (“self”), lo tópico (consciente, inconsciente, preconsciente), la relación sujeto objeto asociada a los sistemas y procesos o posiciones psíquicas con sus defensas y dinamismos, el tan ya nombrado complejo de Edipo y la psicología del narcisismo, y, otros más, esquemas referenciales, entre los que se encuentran los conceptos de desidealización, diferenciación del Yo e identificación consigo mismo y así tener identidad.
Cada uno de los modelos tienen su operatividad en la teoría de la técnica; lo más importante ahora en la práctica clínica, es el manejo de la “transferencia-contratransferencia” (ésta última es la resonancia psíquica en el terapeuta) la cual es útil para detectar los núcleos operantes en la terapia del paciente que revive todas sus etapas incluyendo fantasías de épocas primitivas.
Cada sujeto tiene sus propios mecanismos psíquicos ordenados o desordenados de acuerdo con las circunstancias; cuando existe una continuidad en los síntomas puede ocurrir que se manifieste como una categoría que es factible de ser una defensa. En realidad cada patología es factible de verse como una línea límite de fronteras que se inicia con la ansiedad y termina con la confusión y psicosis; todo depende de cómo el Yo se posicione y defienda. Téngase en cuenta que en psiquiatría y psicoanálisis se presentan los blancos y negros y todas las tonalidades de grises y colores, desde los más tenues hasta los fuertes que impresionan; esta es la metáfora que utilizo para no entrar en las diferentes clasificaciones de la clínica psiquiátrica o mecanismos o dinamismos psicoanalíticos.
En síntesis podemos inferir que existe una interrelación entre la física cuántica y la psiquis; de tal manera, todas las funciones, mecanismos y fenómenos del pensar y del sensopercibir son bien estudiados en su interrelación con significados, significantes y sentidos, y pertenecen a funcionamientos dinámicos de las organizaciones psíquicas y de la física cuántica con sus distintos potenciales. Es así también como la nueva psiquiatría, el psicoanálisis y la psicología (cognitiva, conductual y psicodinámica) se nutren de estos conocimientos para darle explicación a los mismos y es factible encontrar espacios de convergencia y complementariedad.
Los modelos psicoanalíticos siguen siendo válidos; sin embargo, cada uno tiene la posibilidad de entenderse mejor en su relación materia-energía (cerebro-mente) y sus relaciones con la vida instintivo-afectivo-emocional. Los tratamientos psicoterapéuticos se guían de acuerdo a sus modelos y lo central en la terapia es la relación dual (paciente-terapeuta) con los mecanismos ya nombrados, de “transferencia-contratransferencia”, la primera se refiere a la que el paciente transfiere al terapeuta y la segunda la resonancia de esta última y la consciencia de ésta última y sus vicisitudes, lo cual es básico para el manejo terapéutico.
Podemos concluir que es factible entender el psicoanálisis como una construcción lógica y una comprensión de lo ilógico; el cerebro se contempla dentro de un nuevo contexto en donde actúan los procesos reversibles e irreversibles no lineales, complejos en los cuales opera el desorden, lo irracional y el caos para llegar a un orden, al pensamiento lógico, y al lenguaje con la comunicación verbal, preverbal y extraverbal en que se comunican del inconsciente de uno al inconsciente del otro, y en donde participa la intuición; a la vez, las áreas de conflicto se develan a través de la comunicación y la conducta; y así se abre la posibilidad de reparar o reconstruir lo dañado y/o desordenado en el mundo psíquico.
He aquí la teoría de la complejidad o el pensamiento complejo por medio del cual entendemos el funcionamiento cerebro mente; todo lo cual nos lleva al entendimiento de la operatividad de la física cuántica para producir la función psíquica.
Actualmente los pacientes atendidos en algunas clínicas especializadas en forma ambulatoria o no, lo hacen con programas y procesos que tienen sus diseños específicos de humanización y con una gestión estratégica en la que se contempla la mejora continua individual y colectiva, a la vez que una misión y visión dentro del enfoque biopsicosocial, psicodinámico, cultural, económico, ecológico, con objetivos de calidad de salud física, mental y social, ayudados por la informática y dentro de una planeación individual y colectiva, a la vez de investigación teniendo en cuenta los principios bioéticos.
Resumiendo las funciones de las partículas cuánticas (giros) son las responsables de las codificaciones o señalizaciones que se conectan o asocian con emociones, representaciones y conceptos que llevan al pensamiento, al significado y a la palabra en forma concreta o abstracta; a la vez, se requiere entender que hay pre codificaciones determinísticas (código genético con sus distintos programas biopsíquicos); a su vez, las vivencias con respecto al medio ambiente también determinan la ordenación cuántica que participa en el consciente e inconsciente con todos los programas y/o modelos codificados.
En síntesis, podemos concluir que en e y con las funciones cerebrales se construye el pensamiento y la esencia de la psiquis del ser humano. Con los futuros avances de la nanotecnología y ciencias afines, es muy probable diseñar, controlar y modificar materiales orgánicos e inorgánicos para implementar sistemas computacionales que emulen el funcionamiento, y en cierta medida el comportamiento de un ser humano.
¿Para qué sirve todo este conocimiento y qué consecuencia práctica tiene? La respuesta no solamente es para entender, sino que conectando o interrelacionando el conocimiento de las diferentes disciplinas ya mencionadas nos encontramos con el “proyecto cerebro azul” de Suiza que pretende reproducir informáticamente el cerebro humano a todos sus niveles y con él aplicar la nanotecnología, la cibernética, construir nano mecanismos, sistemas de inteligencia, proyectos de “nano robótica” (nano robots). En el futuro, en este siglo XXI se espera que habrá modificaciones en el ADN, en la inteligencia, en la memoria, en la eliminación no solamente de células cancerígenas, sino en el tratamiento de trastornos psíquicos adaptativos, bipolares, esquizofrenias, estados de ánimo, ansiosos, otras psicosis, desórdenes somatomorfos, disociativos, trastorno del sueño y otras enfermedades en el ser humano que son problemas o perturbaciones que afectan la psiquis. La psicopatología predominante ahora, es la de los trastornos afectivos.
Actualmente ya se realizan las psicoterapias psicoanalíticas por internet, vía sky, teléfonos celulares y/o las llamadas tabletas. También podemos pensar en la prolongación de la vida sin eliminar la relación dual humana paciente-terapeuta y con ello la psicoterapia en general y en especial el psicoanálisis. Todo es un desafío y una problemática humana y de bioética para el siglo XXI; sin embargo, tengamos la esperanza de que el ser humano no termina solo en la relación hombre-máquina.
Actualmente el estado del arte en la terapia psíquica y en la comprensión mental se basa en lo establecido en la “relación madre-bebé” y en los programas mentales que se construyen a través de la vida. Este último concepto (de madre-bebé) es tan antiguo como la naturaleza cuando apareció la hembra convertida en mujer madre en la cual se anida el ser, la esencia y existencia, para luego salir a la vida y a la consciencia de la misma, en continuos cambios (equilibrios y desequilibrios), órdenes o desórdenes hasta el fin, cuando terminamos en el regazo de la madre tierra, la cual seguirá su marcha hasta otro fin.
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