Discurso sobre Cerebro-Mente. Siglo XXI

Congreso Médico “Bicentenario de la independencia de Colombia”. (1810-2010)
Academia Nacional de Medicina

Julio 29,30 y 31

Señor Presidente de la Academia Nacional de Medicina, doctor Gustavo Malagón Londoño, Señor Vicepresidente doctor Germán Peña Quiñones, Señor Secretario Perpetuo Profesor Hernando Groot Liévano, señores Mesa Directiva, señores Académicos, señores invitados especiales, señores congresistas, señoras y señores.

La Junta Directiva de la Academia Nacional de Medicina y la Asociación de Médicos Colombianos en Estados Unidos me eligieron para participar en el *Congreso Médico: “Bicentenario de la independencia de Colombia” (1810-2010) y desarrollar el tema: “Cerebro-Mente. Siglo XXI”. Para mí es un reto y gran responsabilidad que debo asumir con las limitaciones que me acompañan en el conocimiento de este tema como ocurre al observar dos nebulosas que en cambio de chocharse se integran una en la otra y así también podemos observar la micro geometría del fractal en el mandala.

En realidad hay dos trabajos uno el escrito y otro el que voy a presentar con los medios audiovisuales; en este momento voy a omitir presentar la parte histórica de los descubrimientos de estos temas desde mediados de 1700 hasta esta primera década del Siglo XXI; sin embargo, los interesados podrán obtener toda esta información cuando la Academia publique las memorias de este Congreso o antes a su solicitud personal que con mucho gusto se las enviaré.

Inicio la presentación haciendo un breve recuento histórico sobre la aparición de los científicos y las ideas sobre Cerebro-Mente. Aquí podemos seguir dos caminos uno el del cerebro y otro el de la mente que de todas maneras hacen una unidad en el ser. Con respecto a los científicos que tratan esta materia he escogido unos cuantos para traer la síntesis de sus aportes. Seguramente quedan muchos nombres que participaron en estos estudios en los Siglos XIX y XX pero que reposan en los tratados sobre la historia de las neurociencias del Siglo XIX, XX y XXI, veamos algunos nombres.

La parte histórica comienza desde Franz Gall (1758-1728), pasando por Ramón y Cajal, Charles Sherrington, Sigmund Freud, Iván Pavlov, Piaget, para llegar a Eric Kandel, Karl Pribram, Roger Penrose y nuestro neurocientífico Colombiano Rodolfo Llinás.

Todos los aquí presentes bien conocen que el estudio del cerebro y la mente partió de diferentes puntos algunos equidistantes; por ejemplo, el de la anatomía e histología y fisiología que estudia la materia, la forma, y la función, y oponiéndose a estas disciplinas la filosofía con un abanico de pensamientos que comprenden el monismo, el dualismo, el idealismo y que tratan de unir y explicar el cuerpo y el alma, materia y energía. Obviamente es muy comprensible que el cerebro sea la base material con toda su morfología en donde se estructuran los elementos materia, energía. Téngase aquí en cuenta que actualmente el concepto de materia y energía se alternan manifestándose como una u otra.

La anatomohistoneurofisiología obviamente es estudiada por las neurociencias y aquí nos encontramos con los conceptos de glía, redes, sinapsis, citoesqueleto y neurotransmisores; es así como llegamos al estudio de la química molecular, para partir a la biología molecular con sus diferentes organizaciones proteicas en que los péptidos participa en el control de la dinámica cerebral a través de los neurotransmisores. Es así también como la psicología (cognitiva, conductual y psicodinámica) se nutre de estos conocimientos para darle explicación a los mismos. Así es como llegamos a la física teniendo en cuenta que existen tres grandes fuerzas conocidas hasta ahora: la gravitatoria, la electromagnética y la nuclear (fuerte y débil); dentro de estas fuerzas se encuentra la mecánica cuántica; es decir, la función de las partículas elementales cuánticas que se miden a través de la función de onda; así también nos hallamos con la geometría y las matemáticas; el algebra, el cálculo y la estadística para calcular y demostrar el comportamiento de las ya mencionadas partículas elementales o cuánticas.

Entiéndase que todas estas disciplinas se interrelacionan unas con otras para integrar el conocimiento y poder comprender profundamente el funcionamiento del cerebro y de la mente, esta última como producto del primero.

Es necesario tener muy en cuenta los conceptos de red y de sistemas, de funcionamiento en especial el sistema neuro-psicosomático que comprende todo el sistema neuronal, psíquico y somático. Dentro de este concepto se incluye el sistema nervioso central, el endocrino, el inmunológico, el cardiovascular y respiratorio, gastrointestinal, genitourinario, neurovegetativo y el psíquico. Cada uno con sus funciones y procesos. El sistema psíquico comprende dos campos el consciente y el inconsciente para llegar al conocimiento y de éste partir al pensamiento pasando por la atención, la memoria, el aprendizaje y la inteligencia todos ellos provenientes de los ya mencionados funcionamientos sistémicos y el concepto de red y sistemas.

¿Cómo se realiza todos estos procesos? La respuesta la vamos a ver a través de las ya mencionadas funciones psicofísicas y en especial la de la señalización, codificación y decodificación cuántica que se realiza a través de los giros o espines producidos por los movimientos de las partículas cuánticas; los giros pueden ser de trabajo en red (spin netword) o torcidos (twistor) o saltos (loops).

El cerebro se organiza y auto-organiza manteniendo una dinámica no lineal según el flujo de información que ingresa a las neuronas. Téngase en cuenta que el cerebro es un sistema complejo altamente dinámico, es el hardware íntimamente ligado a un software biológico cuyo código es cuántico y fluye sobre los átomos de cada neurona.

Compréndase aquí el concepto de teoría neuronal de Cajal con los moduladores neuronales de los axones a la dendrita y del modelo de la glía o red de interconexión de Golgi en que realizan los cambios de potencial de la membrana o reacciones química, las cuales forman una red de señales empleando mensajeros químicos e impulsos eléctricos neurobiológicos; todo esto comprende el modelo sináptico que contempla el área presináptica, la hendidura sináptica y el área post sináptica dentro de la red neuronal en donde opera la sinapsis cuántica.

Veamos ahora muy superficialmente la operatividad de la sinapsis cuántica desde una molécula de ADN y el átomo de oxígeno con ocho electrones, seis en la órbita externa y dos en la órbita interna, un núcleo con un neutrón, un protón y dentro de este último los quarks. Téngase en cuenta que tanto los electrones como las partículas contenidas en los protones se denominan partículas elementales. Las contenidas dentro de los protones son los quarks y la partícula dentro del núcleo neutrón son también partículas cuánticas lo que significa que no son divisibles y que tienen sus fuerzas, movimientos o giros llamados spines, los giros pueden ser positivos o negativos y todos ellos constituyen los “bits cuántico” o “qbit” los cuales producen la ya mencionada codificación o señalización.

Es aquí cuando tenemos que concebir cómo las partículas se ordenan y operan en los microtúbulos o nanotúbulos constituidos por la tubulina alfa, beta y gama. Es así también como se puede detectar y calcular tridimensionalmente el funcionamiento de la partícula producida por una función de onda. Los “bits cuánticos” se producen en un billón por segundo y contiene una cantidad de energía y son los responsables de los “grafos de señalización” o señales que producen circuitos con una trayectoria de estímulos químico-eléctricos a nivel cuántico llamados caminos Hamiltonianos. Estos pueden tener diferentes clases: simples complejos, no complejos, completos e incompletos; es aquí en donde opera el concepto matemático equivalente a los procesos de sistemas complejos dinámicos neuronales de interconexión.

Se conoce cómo las señales en el cerebro por las redes neuronales las cuales presentan un comportamiento dual onda-partícula. La forma como el cerebro almacena y procesa información está a una escala molecular atómica y radica en la configuración de la energía y el movimiento electrónico implicado en el transporte de la información ya sea intra o interneural. Por lo tanto la materia intercambia información y la información es energía.

Todo lo que se procesa en el cerebro se hace a través de cuantos de energía que se mueven entre niveles y subniveles cuánticos en los átomos y moléculas.

Por lo expuesto anteriormente la memoria y el pensamiento se hallan almacenados y procesados en moléculas y átomos.Por lo tanto la memoria y su relación con el cerebro va más allá de lo fisiológico y existe un vínculo que obedece a los principios de la mecánica cuántica y a la teoría del os sistemas dinámicos no lineales o complejos.

Podemos inferir que existe una interrelación entre la física cuántica y la psiquis; de tal manera, todas las funciones, mecánicos y fenómenos del pensar que son bien estudiados en su interrelación con significados, significantes y sentidos, pertenecen a funcionamientos dinámicos de las organizaciones psíquicas y de la física cuántica con sus potenciales. Es así como podemos comprender cómo a cada proceso psíquico le corresponde una función de onda probabilística y/o densidad de onda cuántica.

Actualmente en el Siglo XXI conocemos las áreas centros y sus conexiones, por ejemplo las neuronas espejo que corresponden a la empatía, imitación e identificación de conductas. Lo que no sabemos por ejemplo, cuáles son las moléculas partículas y circuitos responsables de cada una de las funciones psíquicas.

A todas estas los modelos psicoanalíticos siguen siendo válidos sin embargo, cada uno tiene la posibilidad de entenderse mejor en su relación materia-energía (cerebro-mente) y sus relaciones con la vida instintivo-afectivo-emocional.

De todo esto podemos concluir que el psicoanálisis podemos entenderlo como una construcción lógica y el cerebro se contempla dentro de un nuevo contexto en donde actúan los procesos irreversibles no lineales, complejos en los cuales opera el desorden y el caos para llegar a un orden y así al pensamiento, la palabra y el lenguaje. Es así también como podemos comprender cómo la ley del orden participa en la evolución para la conservación. He aquí la teoría de la complejidad o el pensamiento complejo con el cual entendemos el funcionamiento cerebro mente. Por su parte el nuevo contexto es el entendimiento de la operatividad de la física cuántica para producir la función psíquica. A la vez no se puede entender el pensamiento como un producto mental o solo como un abstracto o virtualidad que se realiza en el vacío sin un substrato bio químico eléctrico cerebral.

Resumiendo las funciones de las partículas cuánticas (spines, giros) son las responsables de las codificaciones o señalizaciones que se conectan o asocian con emociones, representaciones y conceptos que llevan al pensamiento, al significado y a la palabra en forma concreta o abstracta, a la vez se requiere entender que hay pre codificaciones determinística (código genético); a la vez las vivencias con respecto al medio ambiente también determinan la ordenación cuántica que participa en el CONSCIENTE E INCONSCIENTE.

Todo esto es lo que se denomina pensamiento cuántico o una nueva teoría de la mente la cual requiere más comprobaciones.

En síntesis podemos concluir que, en y con las funciones cerebrales se construye el pensamiento y la esencia del ser humano. Con los futuros avances de la nanotecnología y ciencias afines, es muy probable diseñar, controlar y modificar materiales orgánicos e inorgánicos para implementar sistemas computacionales que emulen el funcionamiento en cierta medida el comportamiento de un ser humano.

¿Para qué todo este conocimiento y qué consecuencia práctica tiene? La respuesta es que no solamente es para entender sino que conectando o interrelacionando el conocimiento de las diferentes disciplinas ya mencionadas nos encontramos con el “proyecto cerebro azul” de Suiza que pretende reproducir informáticamente el cerebro humano a todos sus niveles y con él aplicar la nanotecnología, la cibernética, construir nano mecanismos, sistemas de inteligencia, proyectos de nano robótica (nano robots), y por lo tanto en el futuro en el siglo XXI habrá modificaciones en el ADN, en la inteligencia, en la eliminación de células cancerígenas, en el tratamiento de otras enfermedades y en lo que actualmente ya se realiza con la cirugía a distanci y, el brain gate; también podemos pensar en la prolongación de la vida sin eliminar la relación dual humana paciente-terapeuta y con ello la psicoterapia y en especial el psicoanálisis; sin embargo se podrá hacer psicoanálisis a distancia inclusive en tercera dimensión o en el futuro con hologramas. Téngase en cuenta que ya en este siglo XXI en algunos lugares de nuestro planeta se está haciendo psicoanálisis por teléfono o Internet; esta es una esperanza, un desafío y una problemática humana y bioética para el siglo XXI.

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