Estrés
Del “Estrés”
Volviendo atrás, el científico francés del Siglo XIX Claude Bernard creó las bases científicas para el estudio del estrés. El primer investigador que trajo realmente la palabra “estrés” fue el fisiólogo Walter B. Cannon (1871-1945), de la Universidad de Carolina del Norte; en los años 30 el científico húngaro Hans Selye de la Universidad de Mac Gill en Montreal Canadá, hizo que la palabra “estrés” formara parte del vocabulario médico y al investigar sobre las hormonas encontró que la “formalina” 11, usada para la preparación de las hormonas eran causantes de cambios; después de diferentes investigaciones describió el “Síndrome12 General de Adaptación” en 1936 13, 14, 15.
Al estrés se le entiende como fatiga
Si bien al estrés se le entiende como fatiga tenemos que pensar a que nos referimos con el término antes enunciado (fatiga); lo entendemos como un trabajo de cansancio, agotamiento o extenuación por un aumento de recepción de estímulos que sumados uno a uno sobrepasan un límite de tolerancia.
Los estímulos pueden ser sutiles, ligeros, medianos, más que medianos, intensos y muy intensos; sin embargo, unos y otros pueden sumarse poniendo a prueba la resistencia del órgano o de la función sometida a ellos con sus consecuencias.
Los estímulos y sus respuestas dentro de los circuitos de la sensopercepción pasan por los campos de imaginación, representación, memoria, atención, consciencia y los mecanismos yoicos que establecen la organización de los procesos sensoperceptivos de los órganos de los sentidos con estímulos y excitaciones originadas en la relación del mundo externo (cerebro como centro nervioso regulador soma), y el externo o estímulos de la realidad.
De la misma manera que la consciencia tiene sus estados y niveles, el estrés a su vez puede registrar distintos grados. Cada uno de los dos anteriores (consciencia y estrés) así como la respuesta emocional tienden a un equilibrio pasando por los distintos sistemas vitales (gráfica No. 1).
Gráfica No. 1. El trauma, la frustración, la angustia y la depresión generan estímulos
y excitaciones que producen estrés. Ref: Elaboración propia.
Por lo expuesto anteriormente entiéndase que los estímulos y las respuestas (estrés, consciencia) al tener sus grados, si aquellos son muy subliminales o muy ligeros pueden no pasar a la consciencia y no sentirse, pero sí actuar en el organismo, los unos a través del inconsciente y los otros en el Yo corporal actuando o participando en las funciones de los órganos correspondientes estableciéndose un puente entre la psiquis y el soma.
Psicosomático y somatopsíquico
Por su parte el término “psicosomático y somatopsíquico” fue utilizado por primera vez por J.C. Heinroth en 1818 y por KWM Jacobi en 1822, y retomado por F. Deutsch16 .
Los “trastornos psicogenéticos”, son entendidos desde el punto de vista psicoanalítico, como los provocados por fantasías que se expresan simbólicamente a través de una alteración orgánica; y, los “trastornos organoneuróticos” corresponden a cómo las funciones orgánicas pueden ser influidas fisiológicamente por actitudes instintivas inconscientes sin que por ello los cambios que se produzcan siempre tengan un significado psíquico definido. A su vez, los “trastornos somatogenéticos” son los provocados por una enfermedad orgánica con una significación psicológica.
Las escuelas que siguieron toda esta terminología y conceptualización tuvieron lugar en Norteamérica (Dunbar, Alexander, Deutsch, French, Weiss y English) 17, 18, Escuela Psicosomática de París (Marty, M’Uzan, David, Fain), Escuela psicosomática de Argentina (Ángel Garma, Arnaldo Rascovsky, Arminda Aberastury, Enrique Pichón Rivière, Marie Langer, David Liberman) 19, 20, 21.
En el trabajo presentado como tesis doctoral en 1954 traigo información sobre la interrelación de las afecciones hipotalámicas, la región tubárica, la hipófisis, el sistema límbico y planteo el “síndrome psicoendocrino”. Para tal efecto traje una revisión de 240 historias, 14 casos revisados de insuficiencia suprarrenal, comparados con 14 casos de tuberculosis pulmonar.
Estos 28 casos clínicos fueron examinados con pruebas psicológicas y entrevistas psiquiátricas, y tabuladas las sintomatologías comprobándose con evidencia numérica la sintomatología y los signos con los datos psiquiátricos. La tesis traía 70 citas bibliográficas. Hasta aquí la historia recogida hasta el año 1954 22.
Desde mediados del Siglo XX hasta ahora, múltiples investigaciones han aparecido en publicaciones de revistas científicas y en obras especializadas, entre tantas se halla la publicada por Delia Ostera quien postula la “psiconeuroinmunoendocrinología” (PNIE) (1998); la autora interrelaciona todos estos sistemas con los neurotransmisores, las funciones inmunológicas, las interleucinas; y, en especial la investigadora hace énfasis en algo trascendente y es la “participación directa entre la información cerebral o neuronal y los diferentes sistemas ya mencionados con la capacidad de aprendizaje y de la memoria”, concluyendo cómo “cualquier patología se expresará primordialmente en sistemas, pero conlleva indefectiblemente una alteración en todo el resto del circuito.[…]
Sin embargo no todos responderemos del mismo modo al mismo estrés. La respuesta multimodal al agente estresante no depende de la calidad del mismo sino de la evaluación cognitiva individual que cada uno se hace cada uno, de acuerdo a su bagaje sociogenético cultural […] Como es tradicional, cada especialidad médica entiende a la enfermedad sólo parcialmente; es el producto de un pensamiento simplista y unicausal […] Sólo en la interacción del hombre biológico, psicológico y social en su medio, se entiende que ‘no hay enfermedad sino enfermos’”.
El ser humano es una complejidad de sistemas que hemos dividido para entender, pero no podemos perder el concepto de que el todo es más que la suma de las partes.
(Lea También: Una Clasificación del Estrés)
La investigadora Delia Ostera, ya citada, con respecto al tema se pronuncia así:
“La psiconeuroinmunoendocrinología23 (PNIE) es la rama de la medicina que tiene por objeto el estudio de las relaciones entre los cuatro sistemas de control que tiene el organismo humano: el psicológico, el endocrinológico, el neurológico y el inmunológico. La comunicación entre dichos sistemas es determinada por diferentes tipos de señalización molecular”. “El sistema síquico-neurológico emplea neurotransmisores, el inmunológico lo hace a través de interleukinas y el endocrinológico por hormonas”.
“Así, cada uno de ellos es capaz de relacionarse con el otro y comunicarse entre sí, generando un idioma químico en red, a través de mensajeros moleculares. Podemos decir que todos los órganos que forman el SISTEMA PNIE poseen receptores específicos para las diferentes sustancias biológicas, permitiendo la interrelación de los sistemas antes mencionados, conformando una red psiconeuroinmunoendocrinológica.
“El Sistema Nervioso y el Sistema Endocrino tienen un mismo origen embriológico, por lo que no debe sorprendernos la producción de una misma hormona polipeptídica o esteroidea por células del cerebro y del ovario; una sustancia pueda actuar como neurotransmisor o como hormona.
“A su vez, el Sistema Inmune y el Sistema Nervioso son los únicos dos sistemas del organismo con capacidad de memoria y de aprendizaje de sus funciones, además de poder regular su proliferación clonal por el mecanismo de muerte por apoptosis.
“Muchos son los trabajos de investigación que demuestran la influencia del SNC y endocrino sobre el sistema inmune. En la última década, se demostró la presencia de receptores en la membrana de los leucocitos y órganos linfáticos, para varias hormonas, factores hipotalámicos distintos péptidos y neurotransmisores.
“Otro aspecto fundamental a tener en cuenta es la inervación autonómica mediante neurotransmisores a todos los órganos inmunes”. “Todas las vías que forman este SISTEMA PNIE se interrelacionan permanentemente, resultando la alteración de cualquiera de ellas en disrupciones en todo el sistema”. “Queda entonces claro, que cualquier patología se expresará primordialmente en un sistema, pero conlleva, indefectiblemente una alteración en todo el resto del circuito. Quién no ha pasado por situaciones de estrés que han cursado con alteraciones a nivel inmunológico (un examen final – un herpes)”.
“Desde la PNIE se puede explicar la endogenización de las vivencias reactivas.
Un hecho traumático externo puede quedar grabado en tres tipos de memoria: la sensorial que es corta, la límbico-temporal que es larga o la inmunológica que es eterna”.“Así reacciones vivenciales o reacciones adaptativas a situaciones del medio pueden dejar trazas de una alteración bioquímica o metabólica que se independiza de la causa y persiste de por vida. Sin embargo no todos responderemos del mismo modo al mismo estrés. La respuesta multimodal al estresor no depende de la calidad del mismo sino de la evaluación cognitiva individual que cada uno hace sobre él, de acuerdo a su bagaje socio-genético-cultural que arrastra”.
“La PNIE nos enseña que lo normal es la adaptación circadiana, metabólica, endócrina y sicológica a cambios permanentes. La fluctuación y la adaptabilidad definen la SALUD. La pérdida de esta capacidad es la enfermedad. La PNIE pretende estudiar a la enfermedad como la ruptura de un sistema.
Tradicionalmente cada especialidad médica entiende a la enfermedad sólo parcialmente, producto de un pensamiento simplista y unicausal. La PNIE recupera la versión holística de la Medicina Hipocrática pero sin olvidar la singularidad de cada ser. Sólo en la interacción del hombre biológico, sicológico y social con su medio, se entiende que no hay enfermedades sino enfermos. El ser humano es una complejidad de sistemas que hemos dividido para entender su funcionamiento,24 .
Gráfica No. 2. Psicoinmunoendocrinología. Interrelación de los diferentes sistemas de control del organismo humano con la intervención de los neurotransmisores, las hormonas, las interleuquinas, así como de la memoria y el aprendizaje. Ref: Elaboración propia.
Por su parte JF Mustard del Canadá en el año 2006 publicó un trabajo sobre la “Alostasis” haciendo la interrelación del hipotálamo las funciones hipotalámicas, la pituitaria y el sistema de la glándula suprarrenal adrenal.
El autor citado trae no solamente la historia sino las últimas concepciones sobre la interrelación de las vías del estrés, el cortisol, la corteza prefrontal y los desórdenes mentales y del comportamiento; y, como clave la función de los neurotransmisores, así como las vivencias traumáticas maltratantes que una persona puede sufrir en la niñez con consecuencias y repercusiones en el área afectiva, especialmente la depresión.
Entiéndase aquí que los microtraumas en la vida temprana sumados uno, a uno pueden producir perturbaciones estresantes que afectan el funcionamiento neurobiológico y con ello el comportamiento y la salud mental en la vida adulta 25.
Por todos es bien conocido, cómo existen diferencias en las capacidades mentales, en la inteligencia, y a esto se les agregan las características heredadas, así como la organización molecular compleja neuronal que depende de cada persona, pues existen estructuras definidas para cada cual; sin embargo, pueden existir aprendizajes para reflexionar, para tomar decisiones en la conducta y buscar resultados.
El problema reside en que si confundimos todo este conocimiento con toda la complejidad del inconsciente, entonces estamos realizando un reduccionismo y por lo tanto dejamos de lado toda la dinámica del inconsciente, y de lo que obviamente no se tiene conciencia y atención y menos pensamiento para ser verbalizado; es aquí en donde opera el psicoanálisis para dejar la vía libre a esos elementos inconscientes a través de los derivados, de las experiencias y sensaciones en las diferentes representaciones (acústicas, olfatorias, ópticas, etc.); es así también como se presentan la condensación y confusión de representaciones en la “pantalla del sueño” en que se generan imágenes las cuales se confunden.
Cada una puede conllevar un deseo, una necesidad y también una experiencia; éstas son las que se trabajan en el psicoanálisis buscando su significado y sentido a través de los vínculos entre sus representaciones para recuperar vivencias inconscientes (con sus connotaciones emocionales) que han sido incapaces de recordarse por una simple protección (mecanismo de defensa); es decir, se produce una reedición o una repetición de lo reprimido para hacer factible la resolución del conflicto que opera como un núcleo patológico silencioso o no, y que se expresa por sus derivados sean síntomas o representaciones diversas.
Autores
- 11 Esta sustancia está compuesta de adrenalina, atropina, morfina, formaldehido y se usaba en dosis sub letales en ratas para las investigaciones de hormonas.
- 12 La palabra “síndrome” significa concurrencia; en medicina se refiere a la combinación de síntomas y signos en una enfermedad, trastornos, desorden de un equilibrio de las funciones y estructuras biopsíquicas normales.
- 13 Selye H., (1951). “Esfuerzo y síndrome general de adaptación”. Día del Médico Buenos Aires-Argentina, No. 54, Junio. España.
- 14 _____, (1952). “Endocrinología”, Editorial Salvat, Barcelona-
- 15 Nature, Vol. 138, July 4. 1936; copyright © 1936 macmillan magazines Ltd.
- 16 Deutsch F., (1953). “The psychosomatic concept in psychoanalysis”, Int. Universities Press. Inc. N. Cork.
- 17 Weiss E., English OE., (1949). “Psychosomatic Medicine. The clinical application of psychopathology to general medical problems”. Philadelphia and London, w.b. Saunders Co., (2a. Edición).
- 18 Dunbar F., (1943). “Psychosomatic diagnosis”, Ed. Hoeber, Nueva York.
- 19 Liberman D., et. al., (1981). “Sobreadaptación, trastornos psicosomáticos y estadios tempranos del desarrollo”. Trabajo presentado en el 32 Congreso Psicoanalítico Internacional. Helsinsky, 1981. Revista de Psicoanálisis, tomo XXXIX No. 5.
- 20 Liberman D., et. al., (1993). “Del cuerpo al símbolo. Sobre adaptación y Enfermedad Psicosomática”. Santiago: Ananké.
- 21 Spagnuolo de Iummato AM., (2010). “Medicina Psicosomática” Revista de Psiquiatría Dinámica y Psicología Clínica. Dinámica VI. www.aap.org.ar/publicaciones/dinamica/index-dinamica.htm
- 22 Medina Sánchez G., (1954). “Psicosomática de la Insuficiencia Surparrenal”, Tesis doctoral, Universidad Central de Madrid – Facultad de Medicina, Madrid-España.
- 23 La negrilla es mía.
- 24 Delia E. Ostera, (2009). “Psiconeuroinmunoendocrinología” (https://www.colebioqsf2.org.ar/psiconeuroinmuno.htm.
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