La Evolución de la Tecnología de la Comunicación
La comunicación es una capacidad y, a la vez, una necesidad inherente al ser humano. Desde los tiempos de las cavernas existe el ímpetu por transmitir no solo los mensajes de un individuo a otro, urgentes para la socialización y la supervivencia, sino además de dejar huellas que perduren en el tiempo y que comuniquen a futuras generaciones deseos, sentimientos, modos de vida, acontecimientos relevantes, rituales, relatos, etc. Es por ello que hoy tenemos como legado de esas eras antiguas las pinturas rupestres y escrituras jeroglíficas, que fueron las primeras formas de llevar mensajes a un público distante en el tiempo.
Varios cientos de años han pasado entre estas manifestaciones antiguas y la era digital. En todo ese lapso la humanidad hizo avances significativos en las llamadas tecnologías de la información y la comunicación (TIC), que no son otra cosa que los medios y herramientas mediante los cuales se transmite la información de un individuo a otro (o a las masas). Desde la creación de la imprenta hasta los sitios de juegos online como el casino Awintura, hay un largo trecho por estudiar.
En adelante daremos un vistazo a cómo han evolucionado las formas de comunicarnos a distancia y entre generaciones a lo largo de la historia.
La imprenta, el invento que masificó la comunicación escrita
Si bien la comunicación oral y escrita siempre ha existido de alguna u otra manera, antes del siglo XV era totalmente diferente a como la conocemos ahora. Por supuesto, existían libros y bibliotecas, pero los documentos empleados para comunicar eran esencialmente manuscritos. Las ideas estaban mayormente regidas por las grandes instituciones, como la Iglesia Católica, y las reproducciones de libros eran lentas y escasas. Sin contar con que la mayor parte de la población europea era analfabeta.
Por este motivo las obras de arte eran esenciales para comunicar, bien sean dogmas religiosos, figuras de poder u otras cuestiones relevantes. La imagen, plasmada en pinturas, esculturas y edificios, tenía un alcance masivo, a diferencia de los escritos. Todo esto empezó a cambiar con el Renacimiento, cuando el ser humano comenzó a mirar más hacia sí mismo. En el año 1440 el inventor alemán Johannes Gutenberg sacó a la luz la primera imprenta. Este instrumento hizo posible la reproducción rápida y masiva de libros y documentos, que iniciaron sus viajes de un reino a otro.
Aunque hoy nos cueste imaginarlo, la invención de los libros impresos fue un hito para la historia de las TIC. Sin embargo, aun para esas épocas previas a la Revolución Industrial, la información no podía transmitirse más rápido de lo que se tomaría un hombre a caballo.
La electricidad, un antes y un después para las TIC
El siglo XIX trajo la siguiente gran innovación, sin la cual no existiría la civilización tal como la conocemos hoy: la electricidad. En años anteriores se habían popularizado las máquinas a vapor, que poco a poco sustituyeron a los caballos y animales de carga como principales medios de transporte, acelerando las comunicaciones.
La electricidad se cimienta en los descubrimientos del científico italiano Alejandro Volta, quien en 1799 ideó la primera batería eléctrica. A este le siguieron los adelantos de Sir Humphry Davy y Hans Christian Oersted en materia de electroquímica y electromagnetismo, así como de muchos otros pensadores que siguieron diversificando los usos de la electricidad. Más tarde, en 1835, Michael Faraday sentó los fundamentos de la relación entre electricidad y óptica, claves para lo que un siglo más tarde sería la televisión.
Con el avance de las décadas se tuvieron otros dos grandes descubrimientos: el teléfono y la radio. El teléfono lo debemos a Alexander Graham Bell, patentado en 1876. La radio, el primer medio de comunicación masiva, fue fruto de diversos estudios en el campo de la electromagnética. La primera transmisión fue realizada por Guillermo Marconi (Premio Nóbel) en 1897. Cuando entró el siglo XX las comunicaciones ya estaban en otra era, pues, mediante un aparato electrónico era posible dirigirse en tiempo real a personas o multitudes a de kilómetros de distancia.
El siglo XXI y la revolución digital
A la radio la siguió pocas décadas después la televisión. Ambos medios, en conjunto con la prensa escrita, fueron durante casi todo el siglo XX los principales canales de comunicación masiva en buena parte del mundo. Pero todo dio un vuelco en 1969, con el desarrollo de ARPANET por parte del Departamento de Defensa de los Estados Unidos. Esta fue la primera red informática que comunicaba distintos equipos de computación, precediendo lo que más tarde sería la World Wide Web.
A medida que se acercaba el fin de la centuria los avances en materia de telecomunicaciones fueron más vertiginosos. El internet dejó rápidamente la exclusividad de usos militares y pasó a convertirse en la herramienta más veloz de comunicación existente, que definiría la contemporaneidad. Los teléfonos móviles se popularizaron asimismo a partir de la década de 1980. Poco después, el nuevo milenio trajo los celulares con aplicaciones y conexión web, lo que hoy conocemos como smartphones.
Gracias a todos estos inventos hoy nos comunicamos mayoritariamente a través de las redes sociales, correos electrónicos, mensajes instantáneos y videollamadas. Podemos afirmar que estamos viviendo la edad de oro de las comunicaciones, gracias a todos los recursos disponibles y a que, realmente, estos tienen un alcance mundial.
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