Elegir el líquido refrigerante para automóvil adecuado es vital para el funcionamiento y la vida útil del motor. A pesar de su importancia, muchos conductores cometen errores al seleccionar o reemplazar este fluido esencial. No solo se trata de rellenarlo cuando falta, sino de entender qué tipo usar, cada cuánto cambiarlo y por qué seguir las recomendaciones del fabricante.
Ignorar las especificaciones del fabricante en cuanto al líquido refrigerante para carro puede provocar desde sobrecalentamientos hasta daños irreversibles en el sistema de enfriamiento. Un motor sobrecalentado puede llevar a reparaciones costosas como el reemplazo de la junta de la culata, reparación del radiador o incluso la necesidad de cambiar el motor completo.
A continuación, te mostramos los errores más frecuentes al manejar este aspecto del mantenimiento automotriz y cómo evitarlos.
Tipos de refrigerante para automóvil más comunes
Antes de entrar en los errores más comunes, vale la pena mencionar los tipos principales de refrigerante:
- IAT (Tecnología de Ácido Inorgánico): Ideal para vehículos más antiguos. Necesita ser reemplazado cada 2 años.
- OAT (Tecnología de Ácido Orgánico): Para automóviles modernos, ofrece protección prolongada de hasta 5 años.
- HOAT (Tecnología Híbrida): Combinación de IAT y OAT, usada en varios modelos europeos y norteamericanos.
Conocer el tipo de refrigerante correcto es el primer paso para evitar problemas mayores.
1. Usar un refrigerante inadecuado
Uno de los errores más comunes es pensar que cualquier refrigerante sirve para cualquier carro. Cada fabricante especifica el tipo de refrigerante para automóvil compatible con su motor: orgánico, inorgánico o de tecnología híbrida. Usar un producto diferente puede generar reacciones químicas que deterioran el radiador, la bomba de agua, las juntas y otros componentes.
Cómo evitarlo: Siempre consulta el manual de usuario de tu vehículo o pregunta directamente al servicio técnico autorizado. No te dejes llevar solo por el color del refrigerante, ya que no garantiza compatibilidad.
2. Mezclar diferentes tipos de refrigerante
Mezclar refrigerantes de composiciones distintas es otro error que puede costarte caro. Muchas veces, por ahorrar tiempo o dinero, se rellenan los niveles bajos con cualquier líquido disponible. El resultado puede ser una mezcla que pierda sus propiedades anticorrosivas, provoque gelificación del líquido y obstruya las líneas de refrigeración.
Cómo evitarlo: Si no tienes el mismo refrigerante que ya está en el sistema, lo mejor es hacer un vaciado completo y rellenarlo con el nuevo producto adecuado.
3. No cambiar el refrigerante a tiempo
El refrigerante no es eterno. Con el tiempo, sus propiedades protectoras se degradan. Dejar el mismo líquido durante años puede provocar oxidación interna del motor, pérdida de eficiencia térmica y obstrucciones en el radiador.
Cómo evitarlo: Respeta los intervalos de cambio indicados por el fabricante, que usualmente oscilan entre los 2 a 5 años, dependiendo del tipo de líquido y el uso del vehículo.
4. Usar agua sola o mezclas inadecuadas
Algunos conductores usan solo agua en el sistema de enfriamiento, creyendo que es suficiente. Sin embargo, el agua por sí sola no protege contra la oxidación ni tiene la capacidad adecuada de transferencia de calor en condiciones extremas.
Cómo evitarlo: Usa siempre la mezcla correcta de agua destilada y refrigerante según lo recomendado (usualmente 50/50) o un producto prediluido de buena calidad.
5. No purgar el sistema correctamente
Reemplazar el refrigerante sin purgar adecuadamente el sistema puede dejar bolsas de aire que afecten la circulación del líquido, generando sobrecalentamiento.
Cómo evitarlo: Sigue el procedimiento de purgado indicado para tu modelo de carro. Muchos incluyen válvulas especiales para eliminar el aire atrapado.
6. No revisar el sistema de enfriamiento en conjunto
Cambiar solo el refrigerante sin inspeccionar otras partes del sistema es un error. Si hay fugas, una bomba de agua dañada o un termostato defectuoso, el nuevo refrigerante no resolverá el problema, y podrías enfrentar un sobrecalentamiento inesperado.
Cómo evitarlo: Cada vez que cambies el líquido, revisa mangueras, abrazaderas, radiador, bomba de agua y termostato.
7. Elegir refrigerantes de baja calidad
Comprar el producto más barato sin considerar su calidad puede afectar el rendimiento y protección del motor. Un refrigerante de baja calidad puede contener impurezas, tener menor resistencia al congelamiento o carecer de aditivos anticorrosión.
Cómo evitarlo: Opta por marcas reconocidas o productos certificados que cumplan con normas internacionales como ASTM, SAE o la especificación G12/G13 de fabricantes europeos.
Conclusión
El cuidado del sistema de enfriamiento de tu automóvil empieza con la elección y el mantenimiento correcto del líquido refrigerante para carro. No se trata solo de un detalle técnico, sino de una decisión que impacta directamente en la eficiencia, el consumo de combustible y la durabilidad de tu motor. Una elección equivocada o un descuido puede acortar la vida del vehículo y multiplicar los costos de reparación.
Seguir las recomendaciones del fabricante, realizar mantenimientos preventivos y usar productos de calidad te ahorrarán dolores de cabeza y gastos innecesarios. Recuerda: un buen mantenimiento no es un gasto, es una inversión en la vida y el rendimiento de tu carro.
Cuando se trata de tu vehículo, no improvises. Consulta siempre a un especialista si tienes dudas y asegúrate de usar el refrigerante correcto desde el principio.
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