¿Sabías que las cubetas de huevo son de un solo uso? Descubra por qué reutilizarlas puede ser un riesgo

Las cubetas de huevo son de un solo uso
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¿Sabía que las cubetas de huevo están diseñadas para un solo uso? Aunque reutilizarlas pueda parecer una práctica ecológica o económica, hacerlo representa un riesgo sanitario. Estos envases pueden convertirse en un foco de contaminación cruzada que afecta la calidad del alimento y puede favorecer la presencia de bacterias como Salmonella.

En este artículo se explica por qué las cubetas no deben reutilizarse, qué organismos de control lo prohíben y cómo garantizar la inocuidad de los huevos en el hogar.

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Diseñadas para un solo uso

Las cubetas o bandejas de huevo ya sean de cartón, plástico o pulpa reciclada, están fabricadas para proteger el producto durante su transporte y almacenamiento, pero no para volver a emplearse. Con el tiempo y la exposición a humedad o residuos, las bandejas reutilizadas pierden firmeza e integridad, volviéndose más frágiles y menos higiénicas. Además, pueden contener olores o sabores no característicos que se pueden transferirse al huevo, afectando su frescura y calidad.

En Colombia, las normas sanitarias expedidas por el Ministerio de Salud y el ICA (Instituto Colombiano Agropecuario), establecen de forma explícita que los huevos deben empacarse únicamente en envases nuevos, limpios y secos, prohibiendo su reutilización. Estas disposiciones buscan evitar que cubetas contaminadas regresen al mercado y pongan en riesgo la salud del consumidor.

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Riesgos concretos para la inocuidad alimentaria

Reutilizar cubetas aumenta la probabilidad de contaminación cruzada: la suciedad, la humedad y los microorganismos presentes en una bandeja usada pueden transferirse al cascarón de nuevos huevos. Dado que la cáscara es porosa, cualquier contaminación superficial puede facilitar el ingreso de patógenos al interior del alimento y provocar enfermedades si los huevos no se manipulan o cocinan adecuadamente.

Diversos estudios* y organismos de control han confirmado la posibilidad real de transferencia microbiana entre bandejas contaminadas y la cáscara del huevo. Esta evidencia sustenta la recomendación de no reutilizar envases que ya estuvieron en contacto con el producto.

* The Journal of Applied Poultry Research 30(3):100185 DOI:10.1016/j.japr.2021.100185

Contaminación cruzada: Un riesgo invisible

La contaminación cruzada ocurre cuando los microorganismos que están en un alimento, superficie o envase sucio pasan a otro alimento que estaba limpio.

En el caso de los huevos, esto sucede con facilidad si se colocan en cubetas usadas que pudieron estar en contacto con restos de cáscara, plumas o materia fecal. Al depositar huevos nuevos sobre esas bandejas contaminadas, las bacterias pueden adherirse al cascarón y penetrar hacia el interior del alimento, especialmente porque la cáscara es porosa.

Esta transferencia microbiana puede causar enfermedades transmitidas por alimentos (ETA), como la salmonelosis, que provoca fiebre, diarrea y malestar general. Por ello, una cubeta que ya cumplió su función no debe volver a utilizarse.

¿Qué hacer con las cubetas usadas?

Después de consumir los huevos, no reutilice la cubeta para almacenar nuevamente alimentos. Lo recomendable es romper, aplastar o cortar la bandeja antes de desecharla, evitando así su reúso para la venta o empaque de nuevos huevos. Si desea reciclarla, debe hacerse únicamente con fines no alimentarios (manualidades, embalaje, etc.) o depositarla en el contenedor correspondiente. Consulte las guías locales de gestión de residuos para reciclar correctamente.

Campañas sanitarias como “Mi forma de romperla” y “Rompe la cubeta es cuidarte”, promovidas en Colombia, refuerzan esta buena práctica y buscan evitar que bandejas contaminadas regresen a la cadena de comercialización.

La cáscara del huevo: una barrera no hermética

La cáscara no es una superficie completamente hermética; posee poros microscópicos y una cutícula protectora que, aunque actúa como defensa natural, puede permitir la migración de microorganismos si se expone a humedad, calor o materiales contaminados. Por ello, volver a empacar huevos en bandejas usadas o con olores fuertes puede alterar sus características organolépticas y comprometer su inocuidad.

Señales de que una cubeta no es apta para usar

Cuando una bandeja presenta cualquiera de las siguientes condiciones, no debe emplearse para comercializar huevos:

  • Manchas, humedad o presencia de hongos
  • Restos orgánicos o deformaciones
  • Pérdida de rigidez
  • Olores intensos o desagradables

Estas condiciones indican pérdida de propiedades sanitarias y mecánicas, por lo que el envase no debe reincorporarse a la cadena alimentaria.

¿Qué deben verificar los consumidores al comprar huevos?

  • Que el envase esté limpio, en buen estado y sea nuevo.
  • El vendedor no ofrezca huevos en cubetas usadas. Si ocurre, debe rechazarse.
  • Que el producto este en excelentes condiciones.

En resumen

Reutilizar cubetas de huevo no es seguro ni recomendable. Estas bandejas pierden resistencia, acumulan humedad y pueden albergar microorganismos capaces de contaminar el alimento. El cascarón, al ser poroso, puede absorber olores, sabores y bacterias, afectando la calidad e inocuidad del producto. Recuerde:

  • Las cubetas son de un solo uso.
  • Rompa o aplaste antes de desechar.
  • Recíclelas solo con fines no alimentarios.

Pequeñas acciones como estas contribuyen a prevenir enfermedades, proteger la calidad del huevo y cuidar la salud de toda la familia.

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