En conclusión, el estudio revela un panorama prometedor para el desarrollo de un circuito turístico fluvial en la cuenca baja del río Magdalena. Se identifica un mercado potencial complementario a la demanda actual, compuesto básicamente por extranjeros provenientes de Estados Unidos, mayores de 50 años, amantes y conocedores de la navegación fluvial. Para llegar a este público objetivo, se adaptarán estrategias de marketing enfocadas en sus intereses y preferencias, utilizando canales de comunicación relevantes y promoviendo experiencias turísticas únicas y auténticas, lo cual representa una oportunidad significativa para dinamizar la economía local y generar empleo. Para aprovechar esta oportunidad, se propone involucrar a las comunidades locales a través de una aceleradora de emprendimientos que promueva su participación en el desarrollo y operación del circuito turístico.
En cuanto al desarrollo de la oferta turística, se observa un alto nivel de desarrollo en Cartagena, Barranquilla y Mompox, mientras que Magangué, Mahates y Calamar requieren mejoras y complementación de sus ofertas existentes. Las estrategias propuestas incluyen el desarrollo de infraestructuras y la potenciación de los atractivos locales a través de la educación y capacitación de las comunidades. Para ello se propone la creación de una Organización de Gestión de Destinos para promover la colaboración entre los municipios involucrados y garantizar una experiencia turística cohesiva y de alta calidad. Esta organización articulará recursos de todos los municipios, utilizando el río Magdalena como eje transversal.
El estudio también destaca la necesidad de inversiones en infraestructuras fluviales, urbanas, turísticas y de gestión de riesgo, así como en componentes blandos como capacitación, entre otros. Estas inversiones son proporcionales a las capacidades fiscales de los municipios y departamentos involucrados y, además, resultan menores al gasto promedio estimado que se podría generar en la región. Las fuentes de financiamiento potenciales incluyen recursos de las alcaldías, la gobernación de Bolívar, instituciones nacionales como FONTUR y aportes de privados a través de Asociaciones Público-Privadas (PPP). Dicho esto, se resalta que las inversiones en infraestructura requieren de un monto aproximado de $COP 87.156.000.000 en total; y los componentes blandos requieren de una inversión de $COP 4.703.284.000.
Desde el punto de vista financiero, se concluye que las inversiones estimadas son adecuadas y viables para ejecutar a nivel municipal o departamental. No obstante, se recomienda fortalecer las capacidades de ejecución y gestión de las instituciones de gobierno relacionadas, así como profundizar en los estudios de demanda, las inversiones requeridas y la viabilidad financiera para obtener una visión más precisa del proyecto. Además, es fundamental garantizar la sostenibilidad ambiental y social del proyecto a largo plazo mediante la capacitación de las comunidades en temas de sostenibilidad ambiental y la promoción de prácticas responsables.
El éxito del proyecto se medirá mediante indicadores clave de rendimiento (KPI), como el número de turistas que llegan por vía fluvial y el gasto promedio realizado por estos visitantes. Estos indicadores permitirán evaluar el impacto socioeconómico y ambiental del circuito turístico fluvial.
Las estrategias de promoción y comunicación incluyen la creación de una marca distintiva para el destino turístico del Río Magdalena, el desarrollo de una página web y presencia en redes sociales, la participación en ferias y eventos turísticos, la colaboración con agencias de viajes y operadores turísticos, y la implementación de campañas publicitarias en medios digitales y tradicionales.
En resumen, los componentes evaluados en el estudio demuestran un alto potencial para generar desarrollo socioeconómico en la región a través de la creación de un circuito turístico fluvial. A pesar de no identificar grandes restricciones, es fundamental profundizar y analizar los aspectos mencionados para garantizar el éxito y la sostenibilidad del proyecto a largo plazo, así como involucrar a las comunidades locales en el proceso para asegurar un impacto positivo en la región.
Adicionalmente, se hace la recomendación de antes de comenzar cualquier acción, se debería de socializar el presente estudio con cada uno de los municipios, gobernaciones y demás actores relacionados e interesados, para así presentar de manera clara el alcance que tiene el proyecto y brindar la oportunidad de decidir su participación en este.