Durante los dos últimos años me desempeñé como coordinador del Comité Académico de la ACORL y , al hacer entrega de esta responsabilidad al nuevo coordinador el doctor Pedro Blanco, quiero comunicar a los asociados sobre el desarrollo de la gestión durante el mencionado período. Esta información ya fue tratada al interior del Comité en reunión especial citada en el mes de octubre, con la asistencia de la Junta Directiva en pleno y de los jefes de programa de todo el país, o sus delegados.
Durante este período se trabajo en liderar un programa orientado hacia el aseguramiento de la calidad en la formación de los estudiantes de postgrado. Con este objetivo en mente abrimos tres frentes de trabajo:
El primero, la evaluación del desarrollo de todos los programas de formación de otorrinolaringólogos del país, constituyéndonos en pares con el propósito de evidenciar las condiciones que favorecen o dificultan su ejecución y así facilitar a los jefes de programa el establecer mecanismos de mejoramiento a su interior y si fuera posible poner a funcionar una red de apoyo entre servicios para compartir fortalezas y suprimir debilidades. Esta evaluación está programada para desarrollarse en cuatro años y en este momento se está finalizando la recolección del segundo año; de este trabajo quedó un documento escrito que fue entregado a cada jefe de servicio, quedando pendiente cada actualización anual de la información.
En el segundo frente se decidió continuar con el examen de conocimientos para residentes de último año de formación, estructurándolo científicamente con la participación de expertos. El propósito de este examen es el de servir como una estrategia de preparación para la acreditación, anticipándonos legítimamente a lo que será la norma gubernamental.
El tercer y último frente de trabajo es el proyecto de certificación y recertificación de la ACORL, como un programa de promoción y mejoramiento de la calidad, propuesto y desarrollado por la Asociación Colombiana de Sociedades Científicas y aceptado por el Comité Académico de nuestra Asociación, con el propósito de ajustarlo a nuestra realidad y a nuestras necesidades, acerca de lo cual quedó una propuesta escrita sobre la cual están comprometidos a trabajar voluntariamente los jefes de servicio.
El Comité Académico de la Asociación debe resguardar nuestra más pura razón de existencia, que no es otra sino la adecuada ejecución del conocimiento en bien de la comunidad y para poder dar cumplimiento a este cometido, el coordinador deberá velar porque este Comité sea desprovisto de toda intención personalista o grupista con fines políticos.
Considero que quedan unas bases buenas para trabajar en la construcción de nuestro futuro, siempre y cuando se logren culminar con éxito los tres frentes de trabajo mencionados. Si no es así habremos perdido el esfuerzo.
Cordialmente,
JORGE EDUARDO ALMARIO CHAPARRO, MD.
Director – Editor
Comité académico
