Vacuna contra un Tipo de Tumor Cerebral se muestra promisoria
Una vacuna que estimula el sistema inmunológico se muestra prometedora en mantener un tipo de tumor cerebral canceroso a raya.
El glioblastoma o glioma maligno es el tipo más común de tumor cerebral canceroso. También es letal. La mayoría de la gente muere a los 12 a 14 meses después del diagnóstico, apuntó el Dr. Isaac Yang, neurocirujano de la Universidad de California en Los Ángeles y autor principal de un estudio sobre la vacuna.
El senador Ted Kennedy murió a causa de un glioblastoma en 2009.
En ensayos iniciales, los investigadores crearon vacunas personalizadas para 34 pacientes usando el tejido del tumor cerebral y las propias células dendríticas del paciente, que forman parte del sistema inmunológico.
Cuando se unieron en la vacuna, la introducción de las células tumorales a las células dendríticas “entrenó” al sistema inmunológico para que reconociera y atacara a las células cancerosas.
Ceca del 91 por ciento de los pacientes que recibieron la vacuna seguían con vida luego de un año. El 55 por ciento seguía con vida luego de dos años, mientras que el 44 por ciento vivió tres años o más.
Tres pacientes seguían con vida después de cinco años, apuntó Yang.
“Lo que intentamos hacer es entrenar al sistema inmunológico como a un perro de caza”, señaló Yang. “A un perro de caza se le da algo para oler. Lo que la vacuna hace es dar al sistema inmunológico el ‘aroma’ correcto para que reconozca el cáncer cerebral y lo elimine”.
Se tenía previsto presentar los resultados del ensayo clínico de fase I el lunes en la reunión anual de la Asociación Estadounidense de Neurocirujanos, en Denver.
Los investigadores ya están finalizando los ensayos clínicos de fase II. El siguiente paso es un ensayo multicéntrico de fase III, que actualmente está en proceso de reclutamiento de pacientes, apuntó Yang.
Hay un interés creciente en el uso de vacunas personalizadas para tratar determinados cánceres, apuntó William Chambers, director de investigación clínica e inmunología del cáncer de la Asociación Estadounidense del Cáncer. El año pasado, la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) de EE. UU. aprobó una vacuna para tratar el cáncer de próstata que también actúa estimulando el sistema inmunitario.
Chambers destacó que los resultados de los ensayos del tumor cerebral parecen “prometedores. El aumento de la supervivencia en meses es bastante sorprendente”.
Aún así, no todo el mundo que tiene un glioblastoma es candidato para la vacuna, señaló, incluidas las personas cuyo cáncer es muy grave o que ha avanzado tanto que resulta inoperable. Esto incluye a casi la mitad de todos los pacientes, apuntó Chambers.
Y ser capaz de operar no es el único desafío con este tipo de tumor cerebral. Los tumores tipo glioblastoma envían tentáculos que se infiltran en las áreas que rodean al cerebro, señaló Chambers.
Los neurocirujanos utilizan microscopios para que los guíen durante la cirugía, señaló Yang. Aún así, cuando creen que han extirpado todo el tumor, éste reaparece de forma inevitable.
Lo que la vacuna parece hacer es ayudar al sistema inmunológico a combatir esas células de glioblastoma que se propagan después de la extirpación de un tumor visible.
En los ensayos, los investigadores probaron dos tipos de vacunas. Una, llamada “células dendríticas enteras mediante lisado tumoral”, se creó utilizando el tejido de todo el tumor para estimular un ataque amplio del sistema inmunológico, señaló Yang. La otra vacuna se diseñó específicamente para buscar y atacar péptidos específicos o marcadores de las células tumorales.
La vacuna “del tumor entero” funcionó mejor, explicó Yang. La supervivencia promedio de los pacientes fue de aproximadamente 36 meses (tres años) en comparación con casi 18 meses para los que recibieron la vacuna de marcadores específicos.
Debido a que este estudio se presentó en una reunión médica, sus datos y conclusiones deben ser considerados como preliminares hasta que se publiquen en una revista revisada por colegas.
Otra medida del éxito de los tratamientos contra el cáncer es “el tiempo de progresión”, o cuánto tiempo tarda el tumor en reaparecer. En ambos grupos de vacunas, esto varió ampliamente, desde unos pocos meses a varios años, y no hubo diferencias estadísticamente significativas entre los dos grupos.
Es posible que, aunque el tumor reaparezca más pronto que tarde, la vacuna todavía pueda prolongar la supervivencia ya que el tumor crece más lentamente de lo que lo haría sin la estimulación del sistema inmunológico, señaló Yang.
En el estudio, los pacientes recibieron la vacuna cada dos semanas al principio y luego un refuerzo cada tres meses.
Y a pesar de los resultados prometedores, es poco probable que una vacuna llegue a curar un tumor cerebral, señaló Yang.
Los tumores cambian constantemente y con el tiempo producen moléculas que desactivan o interfieren con las respuestas inmunológicas, apuntó Chambers.
Sin embargo, los investigadores esperan que las vacunas contra el cáncer puedan con el tiempo mantener a raya los tumores durante muchos años y “que el glioblastoma deje de ser una enfermedad mortal y se convierta en una enfermedad crónica”, señaló Yang.
“Esto es medicina personalizada”, apuntó Yang. “La vacuna de cada persona es diferente porque cada cáncer cerebral es diferente. Hemos estado tratando a los cánceres cerebrales como si fueran iguales, pero no lo son”.
FUENTES: Isaac Yang, M.D., assistant professor, department of neurological surgery, University of California, Los Angeles; William Chambers, Ph.D., director, clinical cancer research and immunology, American Cancer Society, Atlanta; April 11, 2011, annual meeting presentation, American Association of Neurological Surgeons, Denver
HealthDay
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