Vacuna contra el Cáncer de Próstata
La recién aprobada vacuna terapéutica para el cáncer de próstata, Provenge, es segura y conlleva pocos efectos secundarios, según encuentra un estudio reciente.
En abril, la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA) aprobó la vacuna para su uso en hombres que sufren de cáncer de próstata avanzado, y para quienes la terapia hormonal no funcionó.
“Provenge se aprobó en base a datos tanto de seguridad como clínicos”, afirmó el Dr. Simon J. Hall, líder de la investigación y catedrático de urología del Centro médico Mount Sinai de la ciudad de Nueva York.
Estos datos de seguridad muestran que hay efectos secundarios muy limitados, añadió Hall.
La ventaja de la vacuna para los pacientes de cáncer de próstata metastásico resistente a las hormonas es que conlleva menos efectos secundarios que la quimioterapia, que es la única otra opción de tratamiento para estos pacientes, explicó Hall.
Además, Provenge ha mejorado la supervivencia, en comparación con la quimioterapia, añadió. El tiempo medio de supervivencia entre los hombres que reciben Provenge es de 4.5 meses, aunque algunos pacientes experimentaron una prolongación de dos o tres años en sus vidas.
“Se trata de un tratamiento recientemente disponible, con efectos secundarios muy limitados, en comparación con otras cosas que un hombre en esta situación consideraría”, aseguró Hall.
Hall debía presentar los hallazgos el lunes en la reunión anual de la American Urological Association en San Francisco.
Los datos de cuatro ensayos en fase 3 que incluyeron a 904 hombres que recibieron Provenge o un placebo de forma aleatoria mostraron que la vacuna prolongaba la supervivencia, mejoraba la calidad de vida y apenas tenía efectos secundarios leves.
De hecho, más del 83 por ciento de los hombres que recibieron Provenge pudieron realizar actividades sin ninguna restricción, anotaron los investigadores.
En cuanto a los efectos secundarios, los más comunes fueron síntomas parecidos a la gripe como escalofríos, fiebre y dolor de cabeza, observados en 3.5 por ciento de los hombres. En general, los síntomas se resolvieron en uno o dos días.
3.5 por ciento de los pacientes se vieron afectados por efectos secundarios más graves, como reacciones a la infusión. El grupo de Hall encontró que los problemas cerebrovasculares afectaron a 3.5 por ciento de los que recibieron la vacuna, así como a 2.5 por ciento de los que recibieron el placebo.
El Dr. Nelson Neal Stone, profesor clínico de urología y oncología de la radiación de la Escuela de Medicina Mount Sinai de la ciudad de Nueva York, señaló que “los efectos secundarios se parecen a tener gripe, y se pueden manejar con aspirina”.
Sin embargo, Stone apuntó que Provenge tiene una gran desventaja: el costo. “He escuchado que cuesta $30,000, o $90,000.. No tengo ni idea de lo que costará. ¿Y quién va a pagarlo?”, planteó.
Provenge es una vacuna terapéutica (no preventiva) hecha a partir de los propios glóbulos blancos del paciente. Estas células, tan pronto se extraen del paciente, son tratadas con el medicamento y se vuelven a inyectar al paciente. Luego estas células tratadas provocan una respuesta inmunitaria que a su vez acaba con las células cancerosas sin dañar las células normales.
Según la FDA, Provenge se administra por vía intravenosa en una programación de tres dosis administradas a intervalos de dos semanas.
La vacuna fue desarrollada por Dendreon Corp, con sede en Seattle, que realizó estudios iniciales con hombres que tenían cáncer de próstata avanzado y que no habían respondido al tratamiento hormonal estándar.
Según calcula la Sociedad Estadounidense del Cáncer, se diagnostican más de 192,000 nuevos casos de cáncer de próstata en Estados Unidos cada año y que 27,360 hombres mueren a causa de esta enfermedad.
El cáncer de próstata es el tipo de cáncer más común entre los hombres estadounidenses, tras el cáncer de piel. Hoy en día, hay más de dos millones de hombres estadounidenses que han tenido cáncer de próstata en algún momento, y siguen con vida. El índice de mortalidad disminuye, y la enfermedad se está encontrando antes, según la asociación del cáncer.
FUENTES: Simon J. Hall, M.D., associate professor and chair, urology, Mount Sinai Medical Center, New York City; Nelson Neal Stone, M.D., clinical professor, urology and radiation oncology, Mount Sinai School of Medicine, New York City; May 31, 2010, presentation, American Urological Association annual meeting, San Francisco
HealthDay
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