Trasplante de Heces Aliviaría la Diarrea Grave
Parece el tratamiento disponible más desagradable, pero un estudio pequeño demuestra que insertar materia fecal de una persona sana en los intestinos de otra con diarrea grave sería una cura más efectiva que los antibióticos.
El estudio, publicado en New England Journal of Medicine, incluyó a pacientes con diarreas reiteradas por la bacteria Clostridium difficile, que se apodera de los intestinos luego de que el tratamiento antibiótico eliminó las bacterias saludables.
Un trasplante de materia fecal de un voluntario, incluida su bacteria saludable, eliminó la diarrea grave en 13 de 16 voluntarios. El tratamiento antibiótico habitual, en cambio, funcionó en cuatro de 13 pacientes.
“Es la primera prueba sólida de este tratamiento”, dijo el autor principal, doctor Josbert Keller, de la Universidad de Ámsterdam.
“Los que lo utilizamos, conocemos su efectividad”, dijo la doctora Colleen Kelly, de la Escuela Alpert de Medicina de la Brown University, en Estados Unidos, y que no participó del estudio.
Cada año, C. difficile infecta a unos 3 millones de estadounidenses; se disemina principalmente en los hospitales, los hogares de cuidados especiales y los consultorios.
Se llama “difficile” por una razón: cuando se apodera de los intestinos, es muy difícil de eliminar. Los antibióticos actúan sólo en un 15-26 por ciento de los pacientes. Luego de varias rondas de tratamiento, los fármacos pierden efectividad.
“Hice 90 de esos trasplantes en los últimos cuatro años y medio. Los pacientes en los que fallan varios intentos con antibióticos, mejoran con una dosis de materia fecal”, dijo Kelly a Reuters Health.
Dado que los trasplantes de materia fecal son una alternativa, el equipo de Keller comparó tres tratamientos.
Trece voluntarios con C. difficile recibieron la terapia habitual con un antibiótico (vancomicina) cuatro veces por día durante 14 días. A las 10 semanas, cuatro se habían curado.
Otros 13 pacientes recibieron la misma terapia, pero después de beber una solución de lavado intestinal, un procedimiento similar al que se utiliza antes de una colonoscopía. Funcionó en tres casos.
Los 16 voluntarios restantes recibieron un tratamiento breve con vancomicina combinado con el lavado intestinal seguido de la infusión de 500 ml de heces de donante diluidas. El trasplante se realizó mediante un tubo que ingresó por la nariz, recorrió la garganta y el estómago hasta el intestino delgado. En trece casos fue efectivo.
En los tres casos en los que falló el trasplante, los médicos volvieron a tratar a los pacientes con materia fecal de otro donante, lo que funcionó en dos casos.
A 18 voluntarios de los otros dos grupos que tuvieron una recaída de la infección se les realizó un trasplante fecal, que curó a 15, aunque cuatro de ellos necesitaron dos trasplantes.
Todos los donantes fueron trabajadores del hospital que no se dedicaban a la atención de pacientes; periódicamente, se los evaluaba para detectar distintas enfermedades.
Al analizar los efectos adversos del trasplante, el 94 por ciento de los participantes tratados tuvo diarrea, el 31 por ciento sufrió calambres y el 19 por ciento tuvo eructos, pero todos estos síntomas desaparecieron en tres horas. El 19 por ciento tuvo constipación después del tratamiento.
Los trasplantes de heces parecen extremadamente desagradables, pero “los pacientes estaban desesperados por la repetición de las diarreas. No podían hacer otra cosa. No fue una carga psicológica para ellos”, aseguró Keller.
FUENTE: New England Journal of Medicine, 17 de enero del 2013
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