Tai Chi Podría Ayudar a los Pacientes de Insuficiencia Cardiaca
El antiguo ejercicio chino llamado Tai Chi podría mejorar la calidad de vida de las personas que sufren de insuficiencia cardiaca, según informan investigadores de la Harvard.
El Tai Chi combina movimientos circulares fluidos, equilibrio y cambios en la distribución del peso, técnicas de respiración y una conciencia interna enfocada. Ya se ha demostrado que resulta útil en una variedad de afecciones médicas, entre ellas la hipertensión, las enfermedades del equilibrio y musculoesqueléticas, y la fibromialgia, anotaron los investigadores.
“El entrenamiento en Tai Chi mejoró importantes parámetros de la calidad de vida, el estado de ánimo y la confianza de hacer ejercicio en pacientes de insuficiencia cardiaca”, apuntó la Dra. Gloria Yeh, investigadora líder, de la división de medicina general y atención primaria del Centro Médico Beth Israel Deaconess, y profesora asistente de medicina de la Facultad de medicina de la Harvard.
“Mantener un régimen de ejercicio es importante en la insuficiencia cardiaca. El Tai Chi podría ser una alternativa adecuada o un ejercicio adjunto para estos pacientes”, señaló.
El Tai Chi incorpora aeróbicos de intensidad baja y moderada con entrenamiento de fuerza, técnicas de respiración, relajación y gestión del estrés, explicó Yeh.
El informe aparece en la edición del 25 de abril de Archives of Internal Medicine.
Para el estudio, el equipo de Yeh asignó al azar a cien pacientes de insuficiencia cardiaca a un programa de Tai Chi de doce semanas o a sesiones educativas sobre la insuficiencia cardiaca.
Los investigadores encontraron que aunque ambos grupos tenían un uso similar de oxígeno durante caminatas de seis minutos, los que practicaban Tai Chi mostraron mayores mejoras en la calidad de vida, que se midió con el Cuestionario de vida con insuficiencia cardiaca de Minnesota.
Además, los que practicaron Tai Chi también mostraron una mejora en el estado de ánimo y en el número de calorías que quemaban semanalmente, frente a los que estaban en el programa educativo, añadieron los investigadores.
Las personas que tienen insuficiencia cardiaca sufren por la incapacidad del corazón de bombear la sangre con eficacia para satisfacer las necesidades del organismo. La afección provoca falta de aire, tos, congestión venosa crónica, inflamación de los tobillos y dificultad para hacer ejercicio.
El Dr. Gregg Fonarow, jefe asociado de cardiología de la facultad de medicina Geffen de la Universidad de California en Los Ángeles, anotó que “la insuficiencia cardiaca resulta en una discapacidad funcional en la capacidad funcional, la calidad de vida y el estado de ánimo”.
“Aunque el ejercicio aeróbico tradicional puede ofrecer algunos beneficios a los pacientes de insuficiencia cardiaca, muchos de ellos tienen dificultades para realizar y continuar con ejercicio aeróbico regular”, agregó.
Ha habido un interés creciente en utilizar ejercicios de cuerpo y mente como el Tai Chi en pacientes de insuficiencia cardiaca, dijo Fonarow. “Tal vez sea más fácil de implementar y agradable, y conllevar el beneficio añadido de la meditación”, apuntó.
“Como complemento de la atención médica estándar, este estudio ha demostrad que el Tai Chi mejoró la calidad de vida, el estado de ánimo y la auto eficacia del ejercicio”, aseguró Fonarow. “El Tai Chi parece ser una alternativa segura al entrenamiento con ejercicio convencional de intensidad de baja a moderada en pacientes de insuficiencia cardiaca. Se necesitan más estudios para comparar el Tai Chi con el entrenamiento en ejercicio aeróbico y para determinar si practicar Tai Chi tendrá un impacto favorable sobre el riesgo de hospitalización o la supervivencia en pacientes de insuficiencia cardiaca”.
Otro estudio que apareció en la misma revista encontró que los pacientes de VIH podrían estar en mayor riesgo de desarrollar insuficiencia cardiaca.
En el estudio, el Dr. Adeel A. Butt, de la Facultad de medicina de la Universidad de Pittsburgh, y colegas recolectaron datos sobre 8,486 veteranos, 2,391 de los cuales eran VIH positivos. Durante el seguimiento de 7.3 años, los investigadores encontraron que los que eran VIH positivos tenían un riesgo de desarrollar insuficiencia cardiaca 81 por ciento más elevado que los que no lo eran.
Podría haber varios motivos para la conexión entre el VIH y la insuficiencia cardiaca, entre ellos la infección misma, el uso empedernido de alcohol, los efectos secundarios de la terapia antirretroviral, deficiencias nutricionales y daño al músculo cardiaco, especuló el grupo de Butt.
“La infección con VIH se asocia con un mayor riesgo de insuficiencia cardiaca tras ajustar por los factores de riesgo tradicionales de esa enfermedad”, escribieron los investigadores. “Esta asociación persiste incluso tras excluir a los pacientes con antecedentes de línea de base de enfermedad cardiaca coronaria, insuficiencia cardiaca y angina, además de un evento de enfermedad cardiaca coronaria en el periodo de seguimiento tras el diagnóstico de insuficiencia cardiaca, y antecedentes de abuso de alcohol o un diagnóstico de dependencia. La infección viral continua se asocia con un mayor riesgo de insuficiencia cardiaca”.
FUENTES: Gloria Yeh, M.D., M.P.H., division of general medicine and primary care, Beth Israel Deaconess Medical Center, and assistant professor, medicine, Harvard Medical School, Boston; Gregg Fonarow, M.D., associate chief, cardiology, David Geffen School of Medicine, University of California, Los Angeles; April 25, 2011, Archives of Internal Medicine
HealthDay
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