Procedimiento Para el Reemplazo de Válvula Aórtica
Un nuevo procedimiento cardiaco menos invasivo podría ayudar a mantener con vida a los pacientes que están demasiado enfermos para soportar cirugías para tratar una válvula aórtica estrecha.
Hasta 300,000 estadounidenses sufren de estenosis aórtica, una afección que evita que la válvula aórtica se abra totalmente y que envíe sangre de regreso al corazón. Según los investigadores, debido a la edad o mala salud, cerca de treinta por ciento de los que tienen estenosis aórtica no pueden someterse a cirugía.
“La estenosis aórtica es una enfermedad de alta prevalencia entre los adultos mayores. Debido al envejecimiento de la población, se está haciendo cada vez más frecuente”, señala el Dr. Martin B. Leon, investigador líder, director del Centro de Terapia Vascular de Intervención del Hospital Presbiteriano de Nueva York y del Centro Médico de la Universidad de Columbia en la ciudad de Nueva York.
“Este procedimiento realmente salva la vida de aquellos pacientes que no pueden someterse a cirugía cuando tienen esta terrible enfermedad”, señaló Leon.
Sin un reemplazo de válvula, que exige cirugía para abrir el tórax, cerca de 50 por ciento de los pacientes con estenosis aórtica mueren en cuestión de dos o tres años luego del diagnóstico.
Para el estudio, publicado en la edición del 23 de septiembre de la New England Journal of Medicine, 358 pacientes con estenosis aórtica grave que no podían someterse a cirugía de reemplazo de la válvula se asignaron al azar a una terapia estándar o a un procedimiento nuevo. La edad promedio de los pacientes fue de 83 años y el 20 por ciento tenía 90 años o más, aseguró Leon.
La terapia estándar incluía medicamentos y un procedimiento conocido como valvuloplastia aórtica con balón, que ofrece algo de alivio, pero no altera los resultados a largo plazo.
El nuevo procedimiento, la implantación de válvula aórtica transcatéter (IVAT) consiste en enrutar un catéter de gran tamaño a través de la arteria femoral por la ingle del paciente hasta el corazón. Cuando el catéter alcanza la válvula aórtica, el balón se infla y abre la válvula. Los médicos luego implantan la válvula cardiaca de una vaca, explicó Leon.
El procedimiento tarda menos de una hora y los pacientes abandonan el hospital luego de uno o dos días. La cirugía a corazón abierto, por otro lado, puede durar entre cuatro o seis horas, y la recuperación puede tomar tres meses, anotó.
Luego de un año, los pacientes que se sometieron a IVAT tuvieron un índice significativamente más bajo por cualquier causa, frente a pacientes que recibieron terapia estándar (30.7 frente a 50.7 por ciento).
Según los investigadores, los pacientes de IVAT también presentaron un índice reducido de muerte o rehospitalización con los que recibían atención estándar (42.5 frente 71.6 por ciento respectivamente).
Los pacientes de IVAT informaron sobre mayor reducción de los síntomas que el otro grupo y no se notó el deterioro de las válvulas durante el año siguiente al procedimiento.
“No se trata simplemente de que viven más tiempo, sino que se sienten mucho mejor”, aseguró Leon.
Sin embargo, más pacientes que se sometieron a IVAT tuvieron un accidente cerebrovascular mayor (5 por ciento) en los treinta días siguientes al procedimiento que los del grupo de terapia estándar (1.1 por ciento), anotaron los investigadores.
Se están realizando esfuerzos para reducir las complicaciones, según Leon.
Otro ensayo está evaluando el procedimiento en pacientes de alto riesgo que podrían someterse a cirugía. “En el futuro, también estaremos examinando pacientes de menor riesgo”, dijo.
Anteriormente, no había tratamientos efectivos disponibles para pacientes de estenosis aórtica grave que no eran candidatos para cirugía de válvula aórtica, señaló el Dr. Gregg Fonarow, vocero de la American Heart Association, AHA y profesor de cardiología de la Universidad de California en Los Ángeles. Estos pacientes “se enfrentaron a un riesgo muy elevado de mortalidad”, agregó.
“Como resultado de este nuevo ensayo impresionante y, a la espera de la aprobación de la FDA, la implantación de válvula aórtica transcatéter representa una avance terapéutico importante y un nuevo estándar de atención para esta importante población de pacientes”, aseguró Fonarow.
El Dr. William O’Neill, decano ejecutivo de asuntos clínicos de la Facultad de medicina Miller de la Universidad de Miami, agregó que este es uno de los mejores estudios de la década. “Me parece que se va a considerar como un verdadero hito”, opinó.
“Esto revolucionará la práctica”, agregó O’Neill. “Si las válvulas son durables, eliminarán la necesidad de que los pacientes tengan que someterse a cirugía a corazón abierto para reemplazar las válvulas.
FUENTES: Martin B. Leon, M.D., professor of medicine, director, Center for Interventional Vascular Therapy, New York-Presbyterian Hospital and Columbia University Medical Center, New York City; Gregg Fonarow, M.D., American Heart Association spokesman and professor, cardiology, University of California, Los Angeles; William O’Neill, M.D., executive dean, clinical affairs, University of Miami Miller School of Medicine
HealthDay
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