No todas las Rupturas del LCA exigen Cirugía Temprana
Las rupturas del ligamento cruzado anterior (LCA) de la rodilla son lesiones deportivas relativamente comunes y debilitantes que exigen por lo general reparación quirúrgica.
Sin embargo, un estudio reciente en la edición del 22 de julio de la New England Journal of Medicine sugiere que algunos pacientes podrían tener opciones que van más allá de la cirugía reconstructiva inmediata.
“La reconstrucción del LCA, además de la rehabilitación supervisada, no es necesaria para que todos los atletas que no sean profesionales alcancen una función y una calidad de vida similares referidas por ellos mismos”, concluyó Ewa Roos, profesora y jefa de la Unidad de Investigación de la Función Musculoesquelética y Fisioterapia de la Universidad del Sur de Dinamarca en Odense.
“Sin embargo, hace falta al menos un seguimiento de cinco años para saber si cualquiera de las estrategias [de tratamiento alternativo] se relaciona con menos daño estructural”, agregó Roos.
El LCA es un ligamento vital para la estabilidad de la rodilla. Cualquier lesión o ruptura de este ligamento puede causar dolor y aflojamiento de la rodilla incluso con actividad normal. Estas lesiones ocurren con más frecuencia en los deportes que someten al LCA a mucho estrés, según explicaron los investigadores.
Para el estudio, el equipo danés asignó de manera aleatoria a 121 adultos jóvenes activos que tenían lesiones del LCA a rehabilitación más cirugía reconstructiva precoz del ligamento, o a rehabilitación con cirugía posterior, si era necesaria.
Según los autores del estudio, entre los 59 pacientes asignados a la rehabilitación, 23 terminaron sometiéndose a la cirugía posteriormente, mientras que otros 36, no.
En cuanto al dolor, la función y la “calidad de vida relacionada con la rodilla”, los investigadores no hallaron diferencias a los dos años después de la lesión entre los que se sometieron a reconstrucción precoz, los que recibieron rehabilitación y reconstrucción retrasada, o los que recibieron únicamente rehabilitación, aseguró Roos.
“Una estrategia de rehabilitación inicial supervisada se relacionó con una reducción en el índice de cirugías de 60 por ciento”, aseguró Roos. “Esto tiene implicaciones monetarias porque los costos directos de las reconstrucciones del LCA se calculan en $3,000 millones [al año] solo en los EE. UU.”, dijo.
Los resultados sugieren que el tratamiento para adultos jóvenes y activos que tengan lesión aguda del LCA, debe comenzar con rehabilitación estructurada en lugar de reconstrucción precoz del LCA, aseguró Richard B. Frobell, coautor del estudio, del departamento de ortopedia de la Universidad de Lund en Suecia.
“Al hacerlo, la cantidad de pacientes que necesitan cirugía reconstructiva podría reducirse a menos de 50 por ciento sin comprometer los resultados”, dijo.
Sin embargo, el Dr. Bruce A. Levy, del departamento de cirugía ortopédica de la Clínica Mayo de Rochester, Minnesota, aseguró que las decisiones sobre si someterse a cirugía o no debe basarse en la evaluación de cada paciente.
“No hay dos lesiones del LCA, ni dos rodillas, ni dos pacientes iguales”, advirtió Levy, quien también es autor de un comentario en la revista que acompaña el artículo. “La decisión sobre si recomendar cirugía o no depende de muchos factores y se ajusta individualmente a las necesidades específicas de cada paciente. Entonces, es realmente difícil recomendar una estrategia de tratamiento para todas las lesiones del LCA”.
Anotó que para los atletas de alto desempeño, las probabilidades de poder regresar al nivel de actividad anterior a la lesión sin reconstrucción del LCA es muy reducida. Pero para otros, optar por no someterse a la cirugía puede ser un plan exitoso.
Sin embargo, la lesión del LCA se relaciona con otra lesión de la rodilla, como un desgarramiento del menisco, un cartílago de la rodilla, y sería necesaria una cirugía para repararlos ambos, aseguró Levy. “Cuando el cirujano comienza a reparar el menisco, pero no repara el LCA, hay buenas probabilidades de que la reparación del menisco no funcione”, dijo.
Levy coincidió con los autores de que la cirugía para las lesiones del LCA siempre se puede posponer. “Muchas veces operamos años después de la lesión”, dijo.
Para los que deciden no hacerse la cirugía, las lesiones de LCA son tratadas con un programa de rehabilitación y aparatos ortopédicos, explicó Levy. Si luego de algún tiempo el aparato deja de funcionar o la rodilla sigue aflojándose, la cirugía sigue siendo una opción, aseguró.
“No todo el mundo tiene éxito con la gestión no quirúrgica”, concedió Levy. “Aún así, definitivamente hay pacientes que pueden lograrlo sin reconstrucción del LCA”.
FUENTES: Richard B. Frobell, Ph.D., department of orthopedics, clinical sciences, Lund University, Sweden; Ewa Roos, Ph.D., professor and head of the Research Unit for Musculoskeletal Function and Physiotherapy, Institute of Sports Science and Clinical Biomechanics, University of Southern Denmark, Odense, Denmark; Bruce A. Levy, M.D., department of orthopedic surgery, Mayo Clinic, Rochester, Minn.; July 22, 2010, New England Journal of Medicine
HealthDay
CLIC AQUÍ Y DÉJANOS TU COMENTARIO