Medicamentos Para los Huesos Contra el Cáncer
Un estudio reciente halla que los pacientes de cáncer tratados con bisfosfonatos como Aredia o Zometa para reducir o retrasar las complicaciones óseas del cáncer podrían estar en mayor riesgo de fibrilación articular, un tipo de arritmia, y de un evento relacionado, el accidente cerebrovascular.
En la fibrilación auricular, las cámaras superiores del corazón laten de manera caótica y causan la acumulación de sangre, lo que aumenta el potencial de coágulos, accidente cerebrovascular, insuficiencia cardiaca y muerte.
Sin embargo, el aumento en el riesgo con los bisfosfonatos fue “relativamente modesto”, señaló el Dr. James Goodwin, autor principal de un documento que aparece en línea el 12 de octubre de la Journal of Clinical Oncology.
A dosis relativamente bajas, los bisfosfonatos se han usado ampliamente durante cerca de tres décadas para tratar la osteoporosis, sobre todo en mujeres mayores.
Luego, “en los noventa, se descubrió que tenía un efecto bastante milagroso para tratar o prevenir metástasis de huesos de ciertos tipos de cáncer”, anotó Goodwin, director del Centro de Envejecimiento Sealy de la rama de medicina de la Universidad de Texas en Galveston. Los bisfosfonatos también se utilizan para reducir el dolor retrasando la destrucción de los huesos causada por el cáncer que se ha propagado a ellos.
“Se trata de medicamentos costosos, de varios miles de dólares por inyección, pero ofrecen el beneficio de prevenir la pérdida ósea y de reducir la cantidad de fracturas en pacientes de cáncer, cosa muy significativa”, agregó un experto, el Dr. Jay Brooks, presidente de hematología y oncología de la Fundación Clínica Ochsner de Baton Rouge, Luisiana. “Si se fractura un fémur o una cadera, resulta devastador si tiene cáncer metastásico”.
Este nuevo uso para los medicamentos, sin embargo, implica ciertos retos. Los pacientes de cáncer toman bisfosfonatos como Aredia (pamidronato) o Zometa (ácido zoledrónico) por vía intravenosa a dosis diez veces superiores que las de los pacientes que no tienen cáncer, que usualmente toman el medicamento como pastilla.
Los bisfosfonatos ya tienen un historial contradictorio y se han notado algunos riesgos posibles, como dolor muscular u óseo intensos, reacciones alérgicas y mayor riesgo de un tipo poco común de fractura de fémur. También se ha informado sobre una enfermedad ósea grave que causa desmoronamiento de la mandíbula en algunos pacientes de cáncer que toman bisfosfonatos por vía intravenosa junto con otros medicamentos oncológicos.
Para el estudio, Goodwin y sus colegas examinaron datos de Medicare sobre casi 7,000 hombres y mujeres de 65 años o mayores a las que se había diagnosticado cáncer y estaban recibiendo bisfosfonatos por vía intravenosa. Se comparó a estos participantes con un grupo de control de cerca de 14,000 pacientes de cáncer que no recibían bisfosfonatos.
El estudio halló que recibir bisfosfonatos por vía intravenosa incrementó el riesgo tanto de fibrilación auricular como el riesgo de accidente cerebrovascular en cerca de 30 por ciento.
Ocho por ciento de los pacientes que recibieron bisfosfonatos durante seis años desarrollaron fibrilación auricular, frente a cuatro por ciento en el grupo de control.
Sin embargo, el riesgo absoluto para usuarios de bisfosfonato intravenoso fue bastante más modesto, un riesgo de 5.3 por ciento de fibrilación auricular luego de tres años y uno de ocho por ciento luego de seis, así como un riesgo de 1.5 por ciento de accidente cerebrovascular luego de tres años y uno de cuatro por ciento luego de seis.
El estudio también estuvo limitado por varios factores, como su naturaleza retrospectiva y falta de datos de Medicare sobre el uso bisfosfonatos orales, escribieron los investigadores, quienes no informaron sobre ningún conflicto de intereses.
Un editorial acompañante señaló que la relación entre estos medicamentos y la fibrilación auricular siguen sin comprobarse. Tampoco hay, por ahora, pruebas de una relación causal.
Además, según los investigadores, los pacientes de cáncer ya podrían estar en riesgo de problemas cardiacos por medicamentos tóxicos para la quimioterapia.
“El mensaje final es que sigue siendo un aumento relativamente modesto [en el riesgo]”, señaló Goodwin. “Aunque existe toxicidad seria, hay que pensar en la gente que usa estos medicamentos. Muchas de las personas que reciben estos medicamentos no vivirán tanto tiempo y el medicamento está teniendo efectos dramáticos. No hay duda de que hay un beneficio enorme para la mayoría de la gente a la que se administra este medicamento”.
Pero debido a que la fibrilación auricular puede conducir al accidente cerebrovascular, esta información más reciente podría resultar útil para “incrementar la concienciación de los oncólogos de que esto es algo real… [que] podría conducir a un reconocimiento más temprano del riesgo y prevenir el accidente cerebrovascular”, señaló Goodwin.
“Generalmente, durante el tratamiento del cáncer, la gente se enfoca en esa enfermedad porque es el mayor riesgo para la existencia del paciente”, agregó. “Si los pacientes han recibido bisfosfonatos para el tratamiento del cáncer y notan que tienen pulso irregular, palpitaciones, si sienten el corazón, es algo que se debe evaluar médicamente con rapidez”.
FUENTES: Jay Brooks, MD, chairman, hematology/oncology, Ochsner Clinic Foundation, Baton Rouge, La.; James S. Goodwin, M.D., George and Cynthia Mitchell Distinguished Chair in Geriatric Medicine and director, Sealy Center on Aging, University of Texas Medical Branch, Galveston; online, Oct. 12, 2010,Journal of Clinical Oncology
HealthDay
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