Medicamentos para la Anemia podrían causar Coágulos Mortales

Anemia Megaloblástica y Manifestaciones Neuropsiquiátricas

Una investigación reciente de pacientes de cáncer aviva la controversia que rodea a los medicamentos de la anemia como Procrit y Aranesp, al concluir que aumentan el riesgo de tromboembolismo venoso, la formación de coágulos potencialmente mortales.

Estos medicamentos, llamados agentes de estimulación eritropoyética (AEE), se recetan comúnmente para combatir la anemia asociada con la quimioterapia y la enfermedad renal crónica. Estudios recientes los han relacionado con un mayor riesgo de muerte, accidente cerebrovascular y nuevos cánceres.

“Estos medicamentos salieron al mercado a mediados de los años 90, y para 2002, el 50 por ciento de los pacientes que recibía quimioterapia los tomaba”, comentó la investigadora principal, la Dra. Dawn Hershman, codirectora del programa del seno del Centro Oncológico Integral Herbert Irving del Hospital Presbiteriano de Nueva York y el Centro Médico de la Universidad de Columbia en la misma ciudad.

El examen inicial de estos medicamentos se realizó para un periodo de solo doce semanas de uso, destacó. “Desde el principio, hubo la preocupación de que estos medicamentos causaran algunos efectos secundarios, pero los estudios iniciales no encontraron ningún riesgo de trombosis”.

Su estudio a más largo plazo resultó más informativo. “Confirmamos que estos agentes pueden aumentar al doble el riesgo de trombosis”, agregó Hershman.

El informe aparece en la edición en línea del 10 de noviembre de la revista Journal of the National Cancer Institute como avance de la publicación impresa del 2 de diciembre.

Para el estudio, el equipo de Hershman recopiló datos de más de 56,210 pacientes de cáncer tratados con quimioterapia de 1991 a 2002. De estos pacientes, 15,346 también recibieron AEE.

Los investigadores encontraron que el 14.3 por ciento de los pacientes que recibieron AEE desarrollaron tromboembolismo venoso (trombosis venosa profunda o embolismo pulmonar) en comparación con el 9.8 por ciento de los que no recibieron AEE.

Los AEE estimulan la producción de glóbulos rojos y pretenden reducir el número de transfusiones sanguíneas necesarias durante la quimioterapia. Sin embargo, la tasa de transfusiones de sangre siguió siendo la misma en ambos grupos (22 por ciento). La supervivencia también fue similar en ambos grupos, apuntaron los investigadores.

“Estos agentes se aprobaron para reducir el riesgo de transfusiones de sangre en 50 por ciento”, señaló Hershman. “No hubo ninguna diferencia en la tasa de transfusión a lo largo de un periodo de 10 años desde la llegada de estos medicamentos al mercado”, señaló. “La mayoría de los pacientes que toman estos medicamentos también reciben transfusiones”.

Tomando en cuenta los problemas planteados por estudios anteriores, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE. UU. exigió en 2007 la colocación de una etiqueta de recuadro negro para los AEE con el objetivo de alertar sobre el riesgo de tromboembolismo venoso, el desarrollo de tumores y la muerte. La advertencia sugería restringir el uso de los AEE en tipos de tumores específicos, y abordaba cuestiones como la dosis, la duración y niveles de hemoglobina objetivos.

En 2006, las ventas de AEE ascendieron en EE. UU. a $10 mil millones y representaron el gasto más grande en Medicare de todos los medicamentos.

Hershman cree que los hallazgos plantean preguntas sobre el proceso de aprobación del medicamento y si se llevó a cabo una investigación adecuada después de su comercialización para garantizar su seguridad a largo plazo.

Estos medicamentos tienen su lugar, dijo. “Pero debemos averiguar cuál es la mejor indicación y usar cada agente con precaución. Debemos reflexionar sobre los medicamentos que recetamos”.

El Dr. J. Leonard Lichtenfeld, subdirector médico de la Sociedad Estadounidense del Cáncer, declaró que “este estudio es uno más de la lista que sugiere que el valor de los AEE es inferior a lo esperado y que sus efectos secundarios son mayores que los previstos”.

Tanto los pacientes como los médicos deberían conocer todos sus riesgos y beneficios antes de usarlos, dijo.

“Si va a ser tratado con estos medicamentos, tómelos con precaución y pleno conocimiento, discuta con su médico sobre la necesidad de usar estos medicamentos y las complicaciones potenciales que podría experimentar”, aconsejó.

FUENTES: Dawn Hershman, M.D., co-director, breast cancer program, Herbert Irving Comprehensive Cancer Center at New York-Presbyterian Hospital/Columbia University Medical Center, New York City; J. Leonard Lichtenfeld, M.D., deputy chief medical officer, American Cancer Society, Atlanta; Nov. 10, 2009, Journal of the National Cancer Institute, online

HealthDay

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