La FIV y los Medicamentos para la Fertilidad
Los niños cuyas madres tomaron medicamentos para la fertilidad tenían casi el doble de riesgo de padecer autismo que otros niños, según encuentra una investigación reciente. Ser concebido mediante fertilización in vitro (FIV) o nacer prematuro también pareció aumentar el riesgo de autismo, según otro estudio.
En el primer estudio, los investigadores preguntaron a 111 mujeres que participaban en el Estudio de salud de las enfermeras II que tenían un hijo que sufría de un trastorno del espectro autista sobre sus antecedentes de problemas de fertilidad y uso de fármacos para inducir la ovulación, como Clomid o gonadotropinas.
Alrededor de 34 por ciento de las madres de un hijo autista habían usado fármacos de fertilidad, frente a alrededor de 24 por ciento de unas 3,900 madres que no tenían hijos autistas, encontraron los investigadores.
Con frecuencia, el Clomid y las gonadotropinas se utilizan como tratamiento de primera línea para la infertilidad, definidas por los intentos de quedar embarazada durante un año o más sin tener éxito, apuntó la autora del estudio Kristen Lyall, becaria postdoctoral de investigación de la Facultad de salud pública de la Harvard.
Casi 47 por ciento de las madres de hijos autistas refirieron infertilidad, frente a alrededor de 33 por ciento de las demás madres, encontró el equipo.
Una advertencias sobre de estas estadísticas es que las mujeres mayores son más propensas a tener problemas de fertilidad y a tomar fármacos para inducir la ovulación. Investigaciones anteriores han mostrado que también es más probable que las madres mayores tengan hijos autistas.
En el estudio, la edad materna promedio en el nacimiento del primer hijo fue de 35 años, frente a unos 25 años para la población general en EE. UU., señaló Lyall.
Aún así, cuando se tomaron en cuenta la edad de la madre y las complicaciones del embarazo, factores que también pueden aumentar el riesgo de autismo, las mujeres infértiles que usaron fármacos para la ovulación seguían teniendo el doble de probabilidades de dar a luz a un niño con trastorno del espectro autista.
El riesgo absoluto de que una madre en particular tuviera un hijo autista siguió siendo relativamente bajo, anotaron los autores. En el estudio, alrededor de cuatro por ciento de las madres que tomaban medicamentos para la fertilidad tuvieron un hijo con autismo, frente a alrededor del dos por ciento de las madres que no los tomaban.
Aún así, “encontramos que los antecedentes de infertilidad y el uso de fármacos para inducir la ovulación se relacionaban significativamente con un mayor riesgo de tener un hijo con un trastorno del espectro autista”, apuntó Lyall, anotó que los hallazgos son preliminares, que participó una muestra relativamente pequeña de mujeres y que esto debe ser confirmado en investigaciones futuras.
El riesgo de autismo fue menos pronunciado entre las madres más jóvenes que tomaron medicamentos para la fertilidad, añadió Lyall. Entre las mujeres de 25 a 34 años de edad, alrededor del 3.1 por ciento de las que sufrían de infertilidad y tomaban fármacos para tratarla tuvieron un hijo autista, frente a 2.6 por ciento de las mujeres de ese grupo de edad que no lo hicieron.
Se esperaba que el estudio fuera presentado el jueves en la Reunión Internacional para la Investigación del Autismo en Filadelfia.
Otro estudio que debía ser presentado en la reunión, esta vez de investigadores israelíes, encontró que la fertilización in vitro y el nacimiento prematuro se relacionaban con un mayor riesgo de autismo en la descendencia.
Alrededor del 10.2 por ciento de 461 niños a los que se había diagnosticado un trastorno del espectro autista habían sido concebidos mediante FIV, mientras que cerca del 3.5 por ciento de los niños en la población israelí en general son concebidos de esa forma, según el estudio.
Las madres que se sometieron a FIV tendían a ser mayores, con una edad promedio de 32.6 años, frente a poco menos de 31 años entre las madres que no lo hicieron, anotaron los autores del estudio.
Casi el cuatro por ciento de los niños autistas nacieron de forma prematura, mientras que casi el cinco por ciento tuvo bajo peso al nacer, frente a alrededor de uno por ciento en la población general.
“La prematuridad y el bajo peso al nacer también afectan de manera adversa el funcionamiento del niño en las habilidades de adaptación”, señaló la autora principal del estudio, la Dra. Ditza Zachor, directora del Centro de Autismo del Centro Médico Assaf Harofeh de la Universidad de Tel Aviv. “Esto significa que estos dos factores de riesgo actúan como un ‘segundo golpe’ que afecta al niño más allá del autismo”.
Zachor enfatizó que los hallazgos son preliminares y que se necesita una investigación más amplia. “Esto nos dará la respuesta de si estos procedimientos conllevan algún riesgo para el bebé”.
¿Qué significa esto para las parejas que luchan por concebir? El Dr. Andrew Zimmerman, director de investigación médica del Centro para el Autismo y Trastornos Relacionados del Instituto Kennedy Krieger de Baltimore, dijo que las mujeres que toman fármacos para la fertilidad o se someten a FIV no deben alarmarse sin necesidad.
La inmensa mayoría de los niños concebidos por estos medios no terminan con autismo y la mayoría de los niños que sufren de autismo no fueron concebidos mediante FIV ni con ayuda de medicamentos para la fertilidad, apuntó.
Sin embargo, muchos médicos que trabajan con niños autistas han notado que muchos de sus pacientes parecen haber sido concebidos vía FIV. Antes de estos estudios, la observación era mayormente anecdótica, apuntó.
“No creo que estemos listos para hacer recomendaciones, pero comenzamos a comprender que es probable que haya una relación”, aseguró Zimmerman.
Se desconocen los motivos de la conexión, pero tal vez se trate de algo sobre el proceso de la fertilización in vitro, en que el esperma y el óvulo se unen fuera de la matriz, un embrión es creado e implantado, o a veces congelado y almacenado, y luego descongelado para su uso posterior. Zimmerman dijo que tomar fármacos para la fertilidad a principios del embarazo también podría contribuir.
El autismo es un trastorno del desarrollo neural que se caracteriza por problemas con la interacción social, la comunicación verbal y no verbal, e intereses y conductas restringidas.
FUENTES: Kristen Lyall, Sc.D., postdoctoral research fellow, Harvard School of Public Health, Cambridge, Mass.; Andrew Zimmerman, M.D., director, medical research, Kennedy Krieger Institute’s Center for Autism and Related Disorders, Baltimore; Ditza Zachor M.D., senior lecturer and director, Autism Center, Assaf Harofeh Medical Center, Tel Aviv University, Israel; presentations, International Meeting for Autism Research, May 20, 2010, Philadelphia
HealthDay
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