Infección Bacteriana y el riesgo de Muerte Súbita del Lactante
¿Podrían las infecciones bacterianas comunes causar algunos casos de síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL)?
Según los autores británicos de un estudio de la edición de esta semana de The Lancet, la respuesta es un sí calificado. Los investigadores hallaron niveles elevados de Staphylococcus aureus y Escherichia coli (E. coli) en niños que habían muerto de SMSL.
Sin embargo, de ninguna manera significa, que los pacientes deberían exigir antibióticos para sus recién nacidos, advirtió el Dr. Jim Greenberg, director de la división de neonatología del Hospital infantil de Cincinnati. “Esto cae todavía en la categoría de investigación preliminar y no tiene aplicaciones directas en la manera cómo abordamos la atención del paciente”, dijo.
“Aún no comprendemos el verdadero significado de los hallazgos”, agregó el Dr. Nigel Klein, coautor del estudio, profesor de enfermedades infecciosas e inmunología y jefe del departamento de infecciones de la Universidad de Londres y del Hospital Great Ormond Street para niños del Reino Unido. “Por el momento, no se ha establecido una relación causal. Por eso, no hay implicaciones clínicas directas”.
Según el American SIDS Institute, el índice de SMSL se ha reducido dramáticamente desde 1983 gracias a esfuerzos de prevención concertados de varias organizaciones. Sin embargo, cerca de 2,500 bebés continúan muriendo de SMSL cada año en los EE.UU.
Las causas siguen siendo en gran parte un misterio, aunque se sabe que acostar al bebé boca arriba y evitar fumar cerca de él le protegen.
Klein y sus colegas realizaron autopsias de 546 bebés que habían muerto repentinamente entre los 7 y los 365 días de nacidos. Se tomaron muestras de bacterias de 470 de los bebés.
Muchos más organismos potenciales se aislaron de los niños cuya muerte repentina no pudo explicarse que de aquéllos cuyas muertes se explicaron por causas no infecciosas. En particular, S. aureus (“estafilococo”) y E. coli tuvieron mayor presencia en las muertes inexplicables que en aquéllas explicadas por causas no infecciosas.
Como señaló un editorial acompañante, la cantidad de casos de SMSL aumenta entre las 8 y las 10 semanas de edad. Ese periodo coincide con concentraciones en la sangre de inmunoglobulina que protegen a los recién nacidos de las infecciones bacterianas.
“Justo en el punto en el que los anticuerpos que atraviesan la placenta, de la madre al bebé, para protegerlos comienzan a desaparecer y los bebés todavía no cuentan con los suyos”, anotó la Dra. Cheryl Cipriani, profesora asociada de pediatría del Colegio de medicina del Centro de ciencias de la salud Texas A&M y neonatóloga de Scott & White. “Este parece ser un punto particular de vulnerabilidad en la vida de los bebés “, dijo.
Además, tanto el S. aureus como el E. coli son bacterias que generan toxinas, explicó Cipriani, “y una toxina podría no causar necesariamente todos los cambios histológicos observados con las infecciones”.
“Ésta es otra pieza de nuestro conocimiento sobre este tipo de muertes, aunque dicha relación no implica una causalidad”, advirtió Cipriani. “Sin embargo, se trata de un grupo suficientemente grande de bebés en el que se piensa que es necesario prestarle atención a los hallazgos”.
Hasta que se descubran causas precisas para el SMSL, los padres deben tener en cuenta que poner a los bebés a dormir boca arriba reduce el riesgo del síndrome entre 40 y 60 por ciento, aseguró Greenberg. Evitar la exposición de su hijo al humo del cigarrillo también reduce el riesgo.
El uso de un chupete también podría reducir el riesgo, aunque se trata de algo controvertido, agregó Greenberg.
HealthDay
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