Glucosamina no es efectiva para el Dolor Lumbar relacionado con Artritis
Un estudio reciente halla que la glucosamina, un complemento popular, ofrece poco o ningún alivio para quienes sufren de dolor lumbar crónico por osteoartritis.
El ensayo noruego parece ser otro golpe duro contra la glucosamina, pues hay otros estudios recientes con resultados similares.
“El estudio responde a la pregunta de si ingerir glucosamina durante seis meses le ayudaría a quien ha tenido dolor lumbar por largo tiempo (más de seis meses”, señaló Philip Wilkens, investigador líder e investigador del departamento de ortopedia de la Universidad de Oslo. “Según este estudio, la respuesta es negativa”.
Lo bueno es que “la glucosamina parece ser segura de usar”, agregó. “Además, hace falta más investigación para establecer si la glucosamina es beneficiosa para prevenir el dolor lumbar crónico o si tiene beneficios a largo plazo, digamos en cinco o diez años”.
La osteoartritis afecta a más de veinte millones de estadounidense, cifra que se espera que aumente, según anotan los investigadores. La glucosamina es un tratamiento común de venta libre para la osteoartritis, aunque su uso ha sido controvertido.
Por ejemplo, un estudio de la Universidad de Pittsburgh presentado en una reunión de reumatólogos en octubre halló que el complemento no prevenía la pérdida de cartílago en rodillas artrósicas, mientras que estudios publicados en 2008 en Arthritis & Rheumatism y en Annals of Internal Medicine hallaron que la glucosamina tenía poco o ningún efecto sobre la artritis de las rodillas y las caderas, respectivamente.
El informe nuevo aparece en la edición del 7 de julio de la Journal of the American Medical Association.
Para el estudio, el equipo de Wilkens asignó al azar a 250 pacientes de dolor lumbar crónico y de osteoartritis lumbar degenerativa a 1,500 mg diarios de glucosamina o un placebo.
Se midió el dolor de los pacientes con el Cuestionario de Discapacidad de Roland Morris a las seis semanas y luego de nuevo a los tres, seis y doce meses. Además, los investigadores evaluaron la calidad de vida referida por los mismos pacientes.
Al comienzo del ensayo de seis meses, los pacientes que tomaron glucosamina obtuvieron un puntaje de 9.2 en la escala de dolor, mientras que los que tomaron el placebo, 9.7, señalaron los investigadores. El equipo de Wilkens halló que a los seis meses, ambos grupos obtuvieron 5.0 y un año después, el grupo de glucosamina obtuvo un 4.8,mientras que el del placebo, 5.5.
Sin embargo, las pequeñas diferencias en los puntajes a los seis meses o al año no fueron estadísticamente significativas, según los investigadores. Tampoco se consideraron significativas las diferencias menores en la calidad de vida entre los dos grupos.
El mensaje de fondo, según Wilkens, es el siguiente: “Los pacientes de dolor lumbar crónico y osteoartritis degenerativa no se beneficiarán más de la glucosamina que de un placebo para tratar su problema de espalda”.
El Dr. Andrew L. Avins, científico de la división de investigación de Kaiser Permanente Northern California y autor de un editorial acompañante, aseguró que, “desde un punto de vista clínico, el estudio demuestra que la glucosamina no parece ser mejor que un placebo para los pacientes de dolor lumbar crónico y artritis espinal”.
De todos modos, el estudio no halló efectos perjudiciales por tomar el complemento. Por eso, los pacientes que toman glucosamina y consideran que les ayuda, deben tener la seguridad de que, al menos, no es perjudicial, señaló Avins, quien también es profesor de medicina, epidemiología y bioestadística de la Universidad de California en San Francisco.
“Las implicaciones mayores [de este estudio] son que aún sabemos muy poco acerca de cómo ayudar a la mayoría de los pacientes de dolor lumbar y necesitamos investigaciones mucho más cuidadosas y dirigidas para ayudar a avanzar en brindarle alivio a los pacientes de dolor lumbar”, agregó.
Aunque el dolor lumbar es un problema de salud pública y de calidad de vida sumamente importante, Avins considera que no recibe suficiente atención ni fondos de investigación. “En los EE. UU. invertimos muchísimo más en tratamientos de valor reducido o cuestionable que en investigaciones para hallar terapias efectivas. Es un mal uso de los escasos recursos de la atención de la salud”, dijo.
El Dr. Andrew Sherman, profesor asociado y vicepresidente del departamento de medicina de rehabilitación de la Facultad de medicina Leonard M. Miller de la Universidad de Miami, estuvo de acuerdo en que los hallazgos deberían disuadir a los médicos de recomendar glucosamina a los pacientes de dolor lumbar.
De todos modos, “este [estudio] no va a impedirle a la gente que la pruebe”, dijo, y el hallazgo no implica que la glucosamina no vaya a funcionar con otros tipos de artritis.
FUENTES: Philip Wilkens, M.Chiro., research fellow, orthopedic department, University of Oslo, Norway; Andrew L. Avins, M.D., M.P.H., research scientist, Division of Research, Kaiser Permanente Northern California, professor, of medicine, epidemiology & biostatistics, University of California, San Francisco; Andrew Sherman, M.D., associate professor and vice-chair, department of rehabilitation medicine, University of Miami Leonard M. Miller School of Medicine, July 7, 2010,Journal of the American Medical Association
HealthDay
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