Filtro Específico para Coágulos se Relaciona con Complicaciones

Filtro Específico para Coágulos se Relaciona con Complicaciones

Dos tipos de filtro que se utilizan para evitar que los coágulos de sangre lleguen a los pulmones podrían romperse y algunos fragmentos podrían viajar a los pulmones y causar complicaciones potencialmente mortales, según sugiere un nuevo estudio.

Los filtros para vena cava se colocan en la vena cava (la vena grande que devuelve la sangre al corazón desde la parte inferior del cuerpo) con el fin de atrapar los coágulos antes de que se desplacen desde otras partes del cuerpo a los pulmones. Estos filtros se utilizan en pacientes que no pueden tomar medicamentos anticoagulantes o los que desarrollan coágulos a pesar de tomar medicamentos.

El filtro para vena cava llamado Bard Recovery estuvo disponible en Estados Unidos desde abril de 2003 a octubre de 2005, pero hubo informes de ruptura de piezas de estos filtros, señalaron los autores. El fabricante realizó cambios para mejorar la resistencia del filtro a la fractura. El filtro rediseñado Bard G2 se ha implantado en más de 65,000 pacientes desde 2005.

Para este estudio, los investigadores analizaron datos de 189 pacientes que recibieron un filtro Bard Recovery o Bard G2 en el Hospital York en York, Pensilvania, entre abril de 2004 y enero de 2009. Al inicio del estudio, una paciente de 35 años que estaba embarazada falleció y a 10 se les retiró el filtro.

Los investigadores se valieron de la fluoroscopia para evaluar la integridad del filtro en 80 pacientes y encontraron fracturas en los filtros de 13 (16 por ciento) de ellos. Las fracturas ocurrieron en siete de los 28 pacientes (25 por ciento) que recibieron filtros Bard Recovery. En cinco de esos siete casos (71 por ciento), por lo menos un fragmento del filtro viajó al corazón, tres pacientes presentaron síntomas de latidos cardiacos acelerados o de acumulación de líquido alrededor del corazón que pusieron su vida en peligro, y un paciente sufrió muerte repentina en su casa.

Las fracturas ocurrieron en seis de los 52 pacientes (12 por ciento) que recibieron filtros Bard G2. En dos de esos seis casos, un fragmento del filtro bloqueó el flujo de sangre, uno en la vena que va desde el hígado y otro en los pulmones. En los otros cuatro pacientes, los fragmentos se mantuvieron cerca del filtro, de acuerdo con el informe.

“Estos datos sugieren inicialmente que la tasa de fractura del filtro Bard G2 es aproximadamente la mitad del filtro Bard Recovery. Sin embargo, en un análisis posterior, esta conclusión podría no ser precisa”, escribieron el Dr. William Nicholson y sus colegas del Hospital de York.

Los autores del estudio anotaron que el tiempo medio desde la implantación del filtro fue de casi 50 meses para los pacientes con filtro Bard Recovery y de 24 meses con filtro Bard G2. “Los intervalos de tiempo promedio en pacientes en los que se observó la fractura de los grupos de Bard Recovery y Bard G2 fueron casi idénticos a los de todos los pacientes en los grupos respectivos”, escribieron.

“Es vital que los pacientes y los médicos que los tratan sean concienciados sobre la complicación tan poco reconocida y potencialmente mortal de estos dispositivos”, concluyeron los investigadores. “Dotados de este conocimiento, los pacientes concienciados pueden estar alertas a la presencia de dolor torácico pleurítico y otros síntomas que deberían conducir a una evaluación médica inmediata. Tal concienciación y evaluación tempranas podrían con toda certeza salvar vidas. Además, la propensión a la fragmentación del filtro podría relacionarse directamente con la duración del implante. Los pacientes y sus médicos deberían ser concienciados sobre este hecho para que tengan la oportunidad de considerar si se quitan el filtro”.

El estudio aparece en la edición avanzada en línea del 9 de agosto y en la edición impresa del 8 de noviembre de la revista Archives of Internal Medicine.

FUENTE: JAMA/Archives journals, news release, Aug. 9, 2010

HealthDay

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