Esteroides dañarían la capacidad de Bombeo del Corazón
El uso a largo plazo de esteroides anabólicos debilita el corazón más de lo que se pensaba, según un nuevo estudio de levantadores de pesas.
El estudio provee lo que podría ser la primera prueba clara de que estos fármacos para aumentar músculos, muy utilizados por culturistas y atletas, pueden dañar a la función cardiaca, señaló el Dr. Aaron L. Baggish, asistente de medicina del Hospital General de Massachusetts, y autor principal de un informe sobre el estudio que aparece en la edición en línea del 27 de abril de la revista Circulation: Heart Failure.
“Han habido suposiciones mezcladas, pero muy pocos estudios científico directo, sobre lo que le sucede al corazón cuando es expuesto a un esteroide anabólico, y nada sobre lo que sucede con el uso crónico”, apuntó Baggish.
Los esteroides anabólicos que imitan los efectos de fomento muscular de la hormona masculina testosterona han sido usados por atletas de varios deportes. Entre los jugadores profesionales de béisbol, Mark McGwire reconoció recientemente usarlos intermitentemente durante casi una década, incluso en 1998, cuando golpeó 73 home runs y alcanzó un nuevo récord de una sola temporada en grandes ligas. El tercera base de los Yankees de Nueva York Alex Rodríguez ha reconocido usar las drogas, y se han relacionado legaciones con otros jugadores famosos, como Barry Bonds y Roger Clemens, sobre su uso.
Para el estudio, Baggish y colegas de la Facultad de medicina de la Harvard y el Hospital McLean inscribieron a 19 levantadores de pesas de sexo masculino, entre ellos doce que informaron tomar, en promedio, 675 miligramos de esteroides a la semana, durante nueve años, y siete que afirmaron que nunca habían utilizado esteroides. Los investigadores usaron ecocardiografía Doppler, que usa ultrasonido para generar imágenes en movimiento del tamaño y función del corazón, para estudiar la función del ventrículo izquierdo, la cámara que bombea sangre, del corazón de cada levantador de pesas.
“El mito común es que los esteroides hacen que el corazón se agrande mucho”, dijo Baggish. “Eso no fue lo que vimos”.
Lo que sí vieron fe que los corazones de los usuarios de esteroides no se contraían con tanto vigor ni se relajaban con tanta eficacia como los de los no usuarios.
La fracción de eyección, que es el volumen de sangre expulsado por cada latido, de los usuarios de esteroides estaba por debajo de lo normal en diez de los usuarios, pero apenas en uno de los no usuarios. Un ventrículo izquierdo sano tiene una fracción de eyección de 55 a 70 por ciento, pero apenas dos usuarios de esteroides cumplían con ese estándar, encontró el estudio. Además, la medida de eficacia en la relajación, que refleja la tasa en que la sangre rellena el ventrículo izquierdo, estaba reducida en casi la mitad entre los usuarios de esteroides.
“El número de personas en el estudio era pequeño, y hay que estudiar el tema en ensayos de mayor tamaño, pero los datos de este estudio piloto sugieren que el uso de esteroides predispone a las personas a la insuficiencia cardiaca”, aseguró Baggish.
La insuficiencia cardiaca, la pérdida progresiva de la capacidad de bombear sangre, es la principal causa de muerte cardiaca.
Sin embargo, a partir de este estudio no está claro cuánto tiempo se debe usar esteroides para que causen ese daño cardiaco, apuntó Baggish. “Varios estudios pequeños de duración más corta encontraron daño sólo en la relajación del corazón, pero no en la contracción”, dijo. “A medida que continúa el uso, se desarrolla toxicidad”.
Y anotó que han habido “muchos informes de casos de horribles eventos vasculares por el uso a corto plazo”.
Baggish comentó que espera repetir el estudio con un grupo mayor de participantes para confirmar los hallazgos. Mientras tanto, aseguró, “cuando se considera en conjunto todos los sistemas orgánicos para los cuales los esteroides resultan nocivos, y el corazón es apenas un órgano importante, la recomendación lógica es que el uso de esteroides es totalmente negativo, para propósitos cosméticos o atléticos”.
FUENTES: Aaron L. Baggish, M.D., assistant in medicine, and associate director, Cardiovascular Performance Program, Massachusetts General Hospital, Boston; April 27, 2010, Circulation: Heart Failure, online
HealthDay
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