Esquizofrenia revela algunos de sus Secretos Genéticos
Investigadores afirman haber encontrado variaciones genéticas específicas relacionadas con la esquizofrenia, lo que los acerca a las causas genéticas y un tratamiento eficaz para la afección.
En específico, tres supresiones poco comunes en el genoma humano parecen aumentar el riesgo de desarrollar la devastadora enfermedad cerebral de manera considerable.
“Estos hallazgos proveen mucha esperanza, para los individuos que padecen esquizofrenia, sus familias, sus seres queridos y sus cuidadores, de que estamos avanzando en la comprensión de las causas de la enfermedad”, afirmó la Dra. Pamela Sklar, autora correspondiente de un artículo que aparece en la revista Nature y directora de genética en la Facultad de medicina de la Harvard, en Boston.
En dos trabajos publicados en las ediciones en línea del 30 de julio de Nature y Nature Genetics se detallan hallazgos adicionales reportados en una teleconferencia de prensa el martes.
Pero los hallazgos actuales son apenas la punta del iceberg, enfatizaron los investigadores.
“Sólo hemos explicado una minúscula fracción de por qué la gente podría desarrollar esquizofrenia, y se necesita mucho más trabajo para conectar cambios específicos al espectro completo de otros tipos de factores genéticos que podrían influenciar la esquizofrenia, además de las maneras en que podrían interactuar con el ambiente”, añadió Sklar, quien es miembro del International Schizophrenia Consortium, que llevó a cabo uno de los estudios.
La esquizofrenia, un terrible trastorno caracterizado por alucinaciones y delirios, afecta a alrededor del uno por ciento de la población, usualmente aparece a finales de la adolescencia o la adultez temprana, y a pesar de algunos tratamientos eficaces, tiende a ser crónica.
Los avances en la comprensión de este trastorno han sido pocos y distanciados entre sí.
“Hemos estado trabajando en la esquizofrenia por más años de lo que queremos pensar, y los éxitos no han sido dramáticos”, reconoció Michael O’Donovan, autor principal del estudio de Nature Genetics y profesor de psiquiatría de la Universidad de Cardiff en el Reino Unido.
“Se sabe más bien poco sobre las enfermedades del cerebro, y lo que parece emerger es que muchas de ellas, incluso la esquizofrenia y el autismo, parecen ser conferidas por variantes [genéticas] poco comunes, como supresiones raras”, apuntó el Dr. Kari Stefansson, autor principal de uno de los trabajos que aparecen en Nature y director ejecutivo de deCODE, en Reikiavik, Islandia.
El enfoque en los determinantes genéticos de la enfermedad se debe a que la esquizofrenia tiende a darse en familia.
Los primeros dos trabajos, que aparecen en Nature, compararon los genomas de 3,300 individuos que padecían esquizofrenia contra los de 3,200 individuos que no.
“Evaluamos un tipo relativamente poco común de cambio en el ADN en el que a la gente le sobra o le falta una porción sustancial de un cromosoma. Esto se conoce como cambios en el número de copias”, explicó Sklar.
En este caso, el consorcio encontró tres supresiones: una en el cromosoma 1 y dos en el cromosoma 15, que se vieron varias veces en la gente que padecía esquizofrenia. Dos de las supresiones nunca se habían reconocido antes. “Eso triplica el número de áreas específicas del ADN que podrían ser responsables de la esquizofrenia”, dijo Sklar. “En conjunto, todas éstas se encontraron en alrededor del uno por ciento de los pacientes”. Pero conferían un riesgo muy alto, multiplicando las probabilidades de tener esquizofrenia por un factor de más de diez, apuntó Stefansson.
El trabajo de Nature Genetics identificó “tres polimorfismos nucleótidos simples” (cambios) o PNS que se asociaron a la esquizofrenia y que parecen ser factores de riesgo para la enfermedad. La asociación más potente se vio con una variante cerca del gen ZNF804A, cuya función podría ser regular otros genes.
Según O’Donovan, otros investigadores han estudiado lo que se conoce como “capítulos completos” en el genoma. En contraste, su equipo se enfocó en lo que describió como minúsculas diferencias en la forma de deletrear.
Las variaciones identificadas son mucho más comunes que las reportadas en los dos trabajos anteriores.
“Además de las variantes poco comunes, pudimos demostrar de manera convincente que hay variantes comunes involucradas en la esquizofrenia. Pero no sabemos qué tanto tienen que ver en comparación con las variantes raras”, apuntó O’Donovan. “Esto significa que casi todos tenemos genes de esquizofrenia, pero probablemente los que no tenemos la enfermedad no portamos suficientes de los genes, o tal vez no hayamos sido expuestos a [un estímulo ambiental]”.
“La esquizofrenia es la enfermedad humana por excelencia, ya que afecta lo que nos caracteriza como individuos”, añadió Stefansson. “Tal vez con un poco de suerte aprendamos sobre la patogénesis de la esquizofrenia… y descubramos suficientes variantes para conformar instrumentos diagnósticos significativos para esta enfermedad tan difícil”.
HealthDay
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