El Potasio Mejora la Salud del Corazón, y la Sal la Daña

El Potasio Mejora la Salud del Corazón, y la Sal la Daña

Demasiada sal y muy poco potasio en la dieta podrían aumentar el riesgo de enfermedad cardiovascular y muerte, muestra un estudio reciente.

Estudios anteriores habían hallado una asociación entre la hipertensión, los niveles altos de consumo de sal y los niveles bajos de ingesta de potasio. La combinación de mucha sal (que a veces se conoce como sodio) y poco potasio parece conllevar un riesgo más potente de enfermedad cardiovascular y muerte que cada mineral por sí mismo, apuntaron los autores del estudio.

“La combinación de mucho sodio y poco potasio realmente es un doble golpe para el riesgo cardiovascular y la mortalidad”, apuntó el investigador líder, el Dr. Frank B. Hu, profesor de medicina de la Facultad de medicina de la Harvard.

Aunque el sodio y el potasio actúan de forma independiente, los niveles altos de potasio pueden contrarrestar parte del efecto del sodio alto, aseguró Hu. “Pero los efectos adversos del exceso de sodio no pueden compensarse por completo con una dieta rica en potasio”, advirtió.

Para el estudio, que aparece en la edición del 11 de julio de la revista Archives of Internal Medicine, el equipo de Hu recolectó datos sobre 12,267 personas que participaron en el Archivo de mortalidad relacionada con la tercera Encuesta nacional de examen de la salud y la nutrición, de 1988 a 2006. Además de los datos sobre la mortalidad, esta encuesta contiene información sobre la dieta.

Para averiguar el papel de la sal y el potasio en el riesgo de muerte y enfermedad cardiovascular, los investigadores observaron los niveles de esos minerales y la proporción entre ellos. Durante un seguimiento promedio de 14.8 años, 2,270 personas murieron. De ellos, 825 murieron de enfermedad cardiovascular (que incluye el accidente cerebrovascular) y 443 de enfermedad cardiaca.

Tras tomar en cuenta variables como el sexo, la raza y la etnia, el peso, la hipertensión, la educación y la actividad física, el grupo de Hu halló que una ingesta alta de sal se asociaba con un aumento de 20 por ciento en el riesgo de muerte, mientras que una alta ingesta de potasio se asociaba con una reducción del 20 por ciento en el riesgo de muerte.

Además, un consumo alto de sal junto con una baja ingesta de potasio fue un factor de riesgo significativo de enfermedad cardiovascular y cardiaca, añadieron los investigadores.

“Debemos seguir reduciendo la cantidad de sodio de la dieta, sobre todo en los alimentos procesados”, dijo Hu. “También debemos fomentar un consumo alto de potasio, sobre todo de frutas y verduras”, añadió. “Ambas cosas deben ir juntas”.

Aunque el estudio halló una relación entre la enfermedad cardiaca y los dos minerales, no probó causalidad.

En un comentario sobre el estudio, Lona Sandon, profesora asistente de nutrición clínica del Centro Médico de la Universidad Texas Southwestern en Dallas, dijo que “los hallazgos no me sorprenden”.

Hace años se conocen los beneficios del potasio para contrarrestar los efectos de la sal y controlar la hipertensión, pero se les presta poca atención, lamentó Sandon. “En la literatura de investigación anterior ha habido pistas de que la proporción entre ambos podría ser más importante que los nutrientes individuales”, dijo.

Las dietas ricas en frutas y verduras se asocian con una mejor salud cardiaca, señaló Sandon. “Las frutas y verduras son la mejor fuente natural de potasio, y son naturalmente bajas en sodio”, explicó.

“Concurro con los autores en que se debe dar más énfasis a la importancia de consumir más potasio y reducir la ingesta de sodio”, enfatizó Sandon.

“La dieta DASH (por la sigla en inglés de métodos dietéticos para reducir la hipertensión) hace justo eso, y ya hace tiempo que se conoce”, afirmó. “Anima a la gente a comer más alimentos ricos en potasio (frutas, verduras y lácteos bajos en grasa) y a comer menos alimentos llenos de sodio”.

Sandon anotó que esto concuerda con las Directrices dietéticas para los estadounidenses de 2010, que animan a una mayor ingesta de frutas y verduras y a reducir la ingesta de alimentos ricos en sodio.

Esas directrices recomiendan que los estadounidenses limiten su ingesta diaria de sal a menos de 2,300 miligramos (alrededor de una cucharadita) para la mayoría de personas, y a menos de 1,500 miligramos para las personas mayores de 51 años, todos los negros y las que sufren de hipertensión, diabetes o enfermedad renal crónica, independientemente de la edad.

FUENTES: Frank B. Hu, M.D., Ph.D., professor, medicine, Harvard Medical School, Boston; Lona Sandon, R.D., assistant professor, clinical nutrition, University of Texas Southwestern Medical Center at Dallas; July 11, 2011, Archives of Internal Medicine

HealthDay

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