El Electrocardiograma predice el Riesgo de ataque Cardiaco en mujeres Posmenopáusicas
Incluso las anormalidades leves en las lecturas de electrocardiograma pueden predecir si una mujer posmenopáusica aparentemente sana está en riesgo de ataque cardiaco o incluso de muerte, según los hallazgos de un nuevo estudio.
“En términos de predecir los resultados de la enfermedad cardiaca, el ECG (electrocardiograma) ofrece información adicional no disponible” a partir de los factores de riesgo habituales para la enfermedad cardiaca como la hipertensión, el colesterol elevado o los altos niveles de azúcar en sangre, aseguró el autor del estudio, el Dr. Pablo Denes, profesor de medicina en la Facultad de medicina Feinberg de la Universidad de Northwestern.
Un electrocardiograma es un examen no invasivo que mide la actividad eléctrica del corazón. Algunas veces se le suele llamar también ECG o EKG, y puede realizarse en el consultorio de un médico.
Aunque este examen ha sido estudiado tanto en hombres como mujeres con enfermedades cardiacas, Denes señaló que aún no había sido evaluado del todo en mujeres sanas.
El reciente estudio aparece en la edición del 7 de marzo del Journal of the American Medical Association.
Para determinar si el examen era efectivo en la predicción del riesgo de enfermedad cardiaca en mujeres sanas, Denes y sus colegas reunieron los datos de la Women’s Health Initiative, un ensayo a gran escala que se inició en 1991 en los EE.UU. para averiguar las causas más comunes de mortalidad y discapacidad en mujeres posmenopáusicas.
Los autores del estudio se centraron en los datos relacionados con las mujeres en la sección de terapia de reemplazo hormonal del ensayo. Las mujeres estuvieron inscritas en el estudio desde principios de 1993 hasta 1998. La WHI se interrumpió en 2002, después de quedar claro que la terapia hormonal aumentaba el riesgo de ataque cardiaco, accidente cerebrovascular y cáncer de mama de la mujer.
En el nuevo estudio participaron casi 15,000 mujeres entre los 50 y 79 años. Todas se hicieron un ECG al comienzo del estudio, tres años después, y de nuevo seis años más tarde, si aún continuaban en el ensayo. El tiempo de seguimiento promedio del estudio fue de 5.2 años.
La mayoría de las mujeres (9,744) tenían ECG normales al principio del estudio. Otras 4,095 mujeres mostraron anormalidades leves en las lecturas de sus ECG, mientras que 910 presentaron anormalidades importantes. Ciento dieciocho mujeres de las que tuvieron ECG normales sufrieron un evento cardiaco coronario, como ataque cardiaco o muerte por enfermedad cardiaca. Noventa y una mujeres de las que presentaron anormalidades leves padecieron con el tiempo un episodio de enfermedad cardiaca, y 37 mujeres de las que mostraron anormalidades importantes sufrieron un evento similar, de acuerdo con el estudio.
Los investigadores hallaron que las mujeres con anormalidades leves tenían un riesgo 55 por ciento mayor de tener un episodio de enfermedad cardiaca coronaria, mientras que las mujeres con anormalidades significativas en las lecturas de ECG enfrentaban el triple del riesgo promedio de padecer un evento similar.
Alrededor del 5 por ciento de las mujeres que tuvieron lecturas iniciales normales de ECG desarrollaron anormalidades durante el periodo de estudio. Estas mujeres tenían un riesgo 2.6 veces más alto de sufrir un episodio de enfermedad cardiaca coronaria.
El hecho de que una mujer tomara o no hormonas no tuvo efecto alguno sobre la capacidad del ECG para predecir problemas cardiacos, de acuerdo con el estudio.
“Éste es un examen que predice el futuro”, aseguró Denes. “Esperamos que pueda motivar a las personas que tienen serias dificultades para decidirse a perder peso, incrementar su actividad física o ingerir una dieta saludable, porque ahora saben que existe un factor adicional que sugiere que podrían tener problemas en el futuro”.
Sin embargo, Denes hizo una advertencia sobre los hallazgos. Señaló que debido a que la población del estudio estaba compuesta en su mayoría por mujeres blancas, los investigadores desconocen si este examen sería útil en la predicción del riesgo cardiaco de mujeres que pertenecen a grupos étnicos minoritarios.
La Dra. Nieca Goldberg, directora médica del Programa cardiaco para la mujer de la Universidad de Nueva York, destacó que “en efecto, esta área es virgen ya que nunca antes había sido analizada, y parece que el electrocardiograma puede predecir mucho más de lo que se pensaba”.
Goldberg recomienda que las mujeres deben empezar a hacerse un ECG a la edad de 50 años, y las mujeres de cualquier edad que tengan síntomas de enfermedad cardiaca deberían someterse también a este examen.
“Si el ECG es anormal, eso debería conducir a una evaluación más agresiva para la enfermedad cardiaca”, señaló.
HealthDay
CLIC AQUÍ Y DÉJANOS TU COMENTARIO